El cuidado de personas mayores es una tarea compleja que requiere atención constante por parte de los profesionales sanitarios. Los riesgos asociados son numerosos, y la prohibición de las sujeciones físicas añade un reto adicional. En este contexto, la escasez de recursos y la necesidad de rentabilidad son cruciales. Sin embargo, la inteligencia artificial (IA) emerge como una herramienta valiosa para mejorar la seguridad y el cuidado de los pacientes mayores, permitiendo un mayor enfoque en la atención personalizada.
La aplicación de la IA en el cuidado de personas mayores trae consigo numerosos beneficios. En primer lugar, ofrece un alto grado de detección de eventos y comportamientos que podrían poner en riesgo a este colectivo. Sistemas avanzados monitorizan continuamente, permitiendo identificar situaciones peligrosas antes de que ocurran. Además, la precisión de los algoritmos de IA reduce significativamente las falsas alarmas, permitiendo a los cuidadores centrarse en incidentes reales y evitar distracciones innecesarias.
Otra ventaja clave de la IA es su capacidad para filtrar información relevante y notificar automáticamente a los cuidadores de manera oportuna y versátil. Esto asegura que los cuidadores reciban solo las alertas necesarias, optimizando su tiempo y recursos. La generación masiva de datos también permite un análisis continuo para mejorar los procesos de cuidado. La centralización e interrelación de esta información facilitan un enfoque holístico y global en la atención de los pacientes.
En la última década, la tecnología de IA ha avanzado considerablemente, especialmente en el campo de la imagen y la detección. Inicialmente, la IA se utilizaba para detectar movimiento mediante cambios en los píxeles de una imagen. Esta tecnología ha evolucionado para incluir alertas cuando se cruzan líneas predefinidas, diferenciando entre el movimiento de personas y animales. Las versiones más avanzadas permiten la identificación de objetos específicos y el reconocimiento de comportamientos complejos, como el riesgo de caídas.
Uno de los ejemplos más significativos del uso de la IA es la prevención de caídas. Los sistemas basados en IA pueden detectar con una precisión superior al 99% comportamientos que preceden a una caída y alertar inmediatamente a los cuidadores. Además, estos sistemas generan mapas de calor que indican las zonas más transitadas, permitiendo una mejor gestión del espacio y la supervisión. Esto no solo ayuda a prevenir accidentes, sino que también proporciona datos valiosos para optimizar la disposición y el uso de los espacios comunes.
Otra tecnología innovadora es el radar de detección de presencia y caídas. Este dispositivo utiliza señales reflejadas para monitorizar los signos vitales sin contacto físico. Puede detectar la presencia en la cama, el tiempo excesivo fuera de ella durante la noche, y cambios en las constantes vitales, alertando sobre cualquier irregularidad. Esta tecnología es especialmente útil en baños y otras áreas donde las cámaras pueden ser invasivas. La precisión y la discreción de estos sistemas aumentan significativamente la seguridad y el confort de los pacientes.
La IA también se utiliza para la detección de personas que intentan salir de áreas seguras sin autorización. Estos sistemas pueden monitorizar múltiples individuos simultáneamente y activar alarmas, cerrar puertas, y realizar video verificaciones sin necesidad de contacto físico, etiquetas o dispositivos portátiles. Esta capacidad es crucial en zonas comunes, pasillos, salidas de ascensores, y otras áreas donde es importante monitorear el movimiento de las personas para evitar incidentes.
La convergencia e integración de estas soluciones de IA en el entorno del cuidado de personas mayores ofrece una red de seguridad robusta y eficaz. Utilizar la IA no solo mejora la calidad de vida de los pacientes al proporcionar una supervisión constante y precisa, sino que también libera a los cuidadores de tareas de monitoreo continuo, permitiéndoles dedicar más tiempo al acompañamiento y cuidado humano de los mayores.
En conclusión, la inteligencia artificial aplicada a la seguridad del paciente en el cuidado de personas mayores ofrece numerosas ventajas. Desde la detección temprana de riesgos y la reducción de falsas alarmas hasta la centralización de información y la mejora continua de los procesos de cuidado, la IA se presenta como una herramienta indispensable para enfrentar los desafíos actuales del sector. Al liberar tiempo y recursos para un cuidado más humano y personalizado, la IA no solo aumenta la seguridad y el bienestar de los mayores, sino que también optimiza el trabajo de los cuidadores, creando un entorno de atención más eficiente y efectivo.
Alfonso Lorenzo Robledano, BDM Vertical Healthcare