La Fundación Matía y la Obra Social La Caixa han elaborado un interesante estudio fruto de un amplio proceso de investigación-acción participativa que presenta opiniones, percepciones y representaciones sociales sobre los cuidados y la dependencia en el ámbito del envejecimiento.
Para ello, se han realizado un conjunto de acciones, coordinadas y complementarias entre sí, utilizando distintos acercamientos metodológicos: El estudio cualitativo Los cuidados en las relaciones de dependencia, en el que se ha tratado de identificar la forma en que quieren cuidar y ser cuidadas las personas implicadas en relaciones de dependencia, a partir de los testimonios recabados en distintos grupos de discusión y triangulares. Un estudio cuantitativo a través de un cuestionario en línea a profesionales y ciudadanos sobre sus opiniones en torno a las responsabilidades en los procesos de cuidado. Se han obtenido 4.784 respuestas. Una serie de entrevistas en profundidad a destacados expertos en materia de cuidados vinculados a varios ámbitos disciplinarios, académicos, asociativos y profesionales. Foros de debate (Girona, Málaga, Madrid, Bilbao) en los que participaron administraciones públicas, asociaciones de personas mayores y cuidadoras, expertos y profesionales del sector gerontológico. Y revisión de la literatura científica y de distintas cartas y posicionamientos sobre derechos y cuidados en el ámbito del envejecimiento.
El fruto de este trabajo es la carta Primero, las personas: Cuidar como nos gustaría ser cuidados, que tiene por objetivo presentar las conclusiones del trabajo realizado en este proceso, y pretende promover el debate, la visibilidad y la concienciación social sobre un tema que no únicamente afecta a la vida privada de las personas, sino también a los fundamentos organizativos de nuestra sociedad.
El documento trata temas como los principios del cuidado, donde se abordan cuestiones referentes a la dignidad, la autonomía, la corresponsabilidad o la transversalidad. También se estudia la prevención y la responsabilidad; las bases para un cuidado digno; la información, la formación y el acompañamiento para aprender y enseñar a cuidar y a cuidarse ; la comunicación y la escucha a la comprensión y el reconocimiento ; y el buen trato y el nuestro compromiso social
Por otra parte, el estudio cuantitativo muestra que cuatro de cada diez personas preferirían ser atendidas en su propio hogar por la familia y servicios profesionales públicos y privados si fueran dependientes.
Lo que más les inquieta a los encuestados, en caso de convertirse en dependientes, es la pérdida de autonomía (34,2%) y ser una "carga" para los demás (27,5%), además de no poder decidir sobre la propia vida (15,9%).
Si necesitasen apoyo afectivo, la familia es la preferida por el 87%, seguida por personas voluntarias (78,2%) y los amigos y vecinos (72,3%). Entre 0 y 10, la familia obtiene 8,6 puntos y los servicios profesionales públicos y privados 8,1 como preferencias de atención en caso de llegar a ser dependiente. A la cola figuran las personas voluntarias (6,4 de media) y los amigos y vecinos (5,4), si bien los encuestados de menor edad les otorgan más puntos que los mayores.
También la mayoría (74,6%) opta por la familia para las tareas domésticas, seguida de cerca por los profesionales (70%), y a cierta distancia por los voluntarios (55,5%) y, después, amigos y vecinos (29,8%). Los parientes más próximos son también los preferidos (85,7 %) para trámites y gestiones.
No obstante, para el cuidado personal, los encuestados profesionales defienden en mayor medida que se ocupen de ellos los servicios públicos o privados. El propio hogar es el lugar que más agradaría al 42,3% para vivir en caso de necesitar ayuda de otros, seguida por la residencia de mayores (28,6%), un hogar adaptado (7,4%), otro tipo de alojamiento para mayores (6,1%), el hogar de algún hijo (4,5%) o en una vivienda compartida con otras personas (2,9%).
En el caso de los encuestados no profesionales, el propio hogar sería la opción del 44,8%, seguido por una residencia (29,3%). Tan solo el 4,7% se decantaría por la casa de un hijo. En relación con una posible situación de dependencia en la vejez, el 62,9% de todos los encuestados se ha planteado informarse sobre los servicios y recursos disponibles, y el 54,6% ha pensado hablarlo con la familia.
Para el buen cuidado de un dependiente, el 30,9% creen que es necesario tiempo; el 26,7%, contar con apoyos y servicios profesionales, y el 22,8%, tener formación. Entre los que atienden a un familiar, se trata de padres o suegros en la mitad de los casos. Un 16,3% ha reducido jornada laboral o ha dejado de trabajar, especialmente, las personas de entre 35 y 54 años, denominadas "generación sándwich", tienen que cuidar tanto de los hijos como de los padres de edad avanzada. Para la mayoría de las personas cuidadoras, esto les aporta sentimientos positivos como un beneficio emocional, pero a costa del tiempo de ocio en la mitad de los casos.
El estudio apunta que, en el futuro, parece que descenderán los cuidados a cargo de familiares y aumentarán los proporcionados por otros actores, como amigos, vecinos y voluntarios. La atención familiar se ha basado fundamentalmente en la mujer, que se ha incorporado masivamente al mercado laboral en las generaciones más recientes.