Alimentación en Residencias

Alimentación en Residencias: El papel de la alimentación en la prevención y manejo de la sarcopenia

Un desayuno sano. (Foto: Pixabay).

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Dependencia.info | Lunes 13 de marzo de 2023

La sarcopenia (del griego sarx, carne, y penia, pobreza) es la pérdida de masa muscular derivada del envejecimiento y contribuye en gran medida a la discapacidad y la pérdida de independencia del anciano. Los cambios biológicos relacionados con el envejecimiento se considera que se inician a partir de la década de los 30 años, momento en el que el proceso de crecimiento anabólico deja de predominar sobre el proceso catabólico que conlleva a una pérdida progresiva de los mecanismos de reserva a todos los niveles.



El envejecimiento va a producir un descenso de la masa magra, sobre todo del músculo esquelético, por el contrario, se ve incrementada, paralelamente, la masa grasa. Así, en los jóvenes el 30% del peso corporal hace referencia al músculo, el 20% a tejido adiposo y el 10% al hueso, mientras que a los 75 años el 15% del peso corporal corresponde al músculo, el 40% al tejido adiposo y el 8% al hueso.

La sarcopenia es un síndrome geriátrico multifactorial que ocurre entre el 5% y el 45% de los ancianos donde vemos implicados factores como:

  • Factores del sistema nervioso central.
  • Factores musculares.
  • Factores hormonales: disminución de los niveles de hormonas anabolizantes, como la hormona de crecimiento (GH), testosterona y/o estrógeno provoca una disminución de su efecto trófico y la consecuente atrofia muscular.
  • Factores de estilo de vida: La vida sedentaria produce una mayor y más rápida pérdida de músculo que una vida activa
  • Factores psicológicos y sociales, depresión, soledad, decaimiento hace que muchas de las conductas relacionadas con la prevención de la sarcopenia, dieta, ejercicio…se vean alteradas.

La consecuencia será la discapacidad física, dado que la movilidad de la persona es más lenta y limitada, con una probable marcha inestable, con el correspondiente riesgo de caídas y una mayor tendencia a la fatiga, asociado a fracturas y otras comorbilidades.

¿Podemos hacer algo?

La sarcopenia es un riesgo del envejecimiento sobre el cual podemos intervenir. La mejor manera de prevenir o revertir la sarcopenia es la actividad física y especialmente los ejercicios de potenciación muscular que junto con una alimentación adecuada en energía y, especialmente, en proteína ayuda a incrementar la masa muscular, la fuerza y, consecuentemente, a retrasar la pérdida de esta capacidad funcional relacionada con la edad.

COMO AFECTA LA ALIMENTACIÓN A LA SARCOPENIA

Las personas mayores son muy vulnerables a la malnutrición por la reducción del número de ingestas o la no ingesta de ciertos grupos de alimentos debido a la pérdida de interés por la comida, alteraciones sensoriales, disminución de sensación de hambre (se sacian de manera precoz) …son alguno de los motivos. La malnutrición es un proceso reversible. Por ello es importante adaptar la dieta a gustos y necesidades de una manera individualizada y aportando el correspondiente suplemento proteico cuando las necesidades proteicas no se ven cubiertas con alimentación tradicional.

La mejor manera de prevenir la pérdida de masa muscular es mantener una actividad física adecuada y realizar ejercicios que potencien la musculatura. Así como asegurar una ingesta óptima de proteínas y nutrientes.

La OMS recomienda una ingesta proteica de 0,8 a 1 g/kg/día para los adultos. Sin embargo, en los adultos mayores puede incrementar hasta 1,2 g/kg/día y 1,5 – 2 g/kg/día en situaciones patológicas agudas o crónicas.

Es importante consumir una variedad de alimentos ricos en proteínas para obtener todos los aminoácidos esenciales. Algunos alimentos ricos en proteínas son: carne, aves, pescado, huevos, queso, leche y productos lácteos. Otros alimentos ricos en proteínas incluyen legumbres, nueces, semillas y algunos cereales integrales.

Recomendaciones de ingestas proteicas:

  • Carnes: de 2 a 4 raciones a la semana de 100-150g, preferiblemente carne blanca. Evitar excederse de 2 raciones a la semana de carne roja.
  • Huevos, incluso 1 cada día, a no ser que exista contraindicación al respecto
  • Leche y derivados: de 2 a 4 raciones al día.
  • Pescados: de 3 a 4 raciones a la semana 125 – 150 g de pescado neto, siendo al menos 1 o 2 de pescado azul.
  • Legumbres: de 2 a 4 a la semana.
  • Frutos secos: de 3 a 7 a la semana. 1 puñadito tostados o al natural sin sal, preferiblemente.

Algunos tips para añadir proteínas en el día a día

  • Incluir al menos una fuente de proteína animal o vegetal en cada toma: desayuno, comida, merienda y cena.
  • Añadir queso a platos de sopa, cremas, verduras hervidas…aparte de darle un sabor increíble ¡enriqueceremos cada bocado!
  • Otra manera de aportar proteínas casi sin darse cuenta es añadir huevos duros a las ensaladas, sopas, cremas, tentempiés…
  • Comer yogur, solo o con frutas y/o cereales.
  • Tomar snacks saludables y ricos en proteínas como los frutos secos:almendras, nueces, cacahuetes, entre otros. Además, puedes utilizar su harina para enriquecer cualquier plato. Espolvorea harina de avellanas sobre una crema de calabaza, por ejemplo, la combinación es muy atractiva.
  • Se puede añadir leche en polvo a sopas, cremas, purés, cazuelas, postres

Los suplementos nutricionales también pueden ayudar a los ancianos a obtener el aporte adecuado de proteínas. Los suplementos incluyen concentrados de proteína, así como fórmulas nutricionales especialmente formuladas para los ancianos. Estas fórmulas contienen una combinación óptima de nutrientes para ayudar a combatir la sarcopenia.

¿PODEMOS HACER ALGO MÁS? ¡Muévete todo lo que puedas!

Afortunadamente, hay ejercicios sencillos que pueden ayudar a prevenir y tratar la sarcopenia.

Algunos ejercicios recomendables son caminar o correr, ir en bicicleta, natación, bailar y/o usar máquinas en un gimnasio o en parques biosaludables. Estos ejercicios ayudan a mejorar la resistencia cardiovascular, la fuerza muscular y el equilibrio.

El fortalecimiento de los músculos también es una forma importante de prevenir y tratar, también, la sarcopenia. Es importante recordar que la cantidad de ejercicio necesaria varía según la edad, la práctica y las necesidades individuales.

En resumen, hay muchas formas en que los ancianos pueden ejercitarse desde la comodidad de su hogar sin necesidad de equipamiento costoso o complicado para mantenerse saludables y activos durante la edad avanzada.

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Por Yolanda Jimenez Mateo, dietista-Nutricionista. Experta en Nutrición Clínica

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