Desde que el 1 de octubre de 2014, y después de 27 reuniones entre sindicatos y las patronales FED, LARES y AESTE, el VII Convenio Estatal de Servicio de Atención a Personas Dependientes se encuentra bloqueado por falta de acuerdo en dos temas fundamentales, según Gracia Álvarez Andrés, secretaria de Salud, Sociosanitarios y Dependencia de FEsP UGT: “la pretensión de incluir en el trabajo del gerocultor/a tareas de limpieza y los descuelgues de convenio (ajustes salariales que se producen tras licitar a la baja en un contrato de la Administración)”.
Dos líneas rojas que el sindicato quiere mantener a toda costa, “estamos dispuestos a sentarnos a hablar, si hay algún mediador que se ofrezca nos sentaremos. Pero estos dos aspectos no son negociables”, señala Álvarez Andrés.
Para la Secretaria de Salud, Sociosanitarios y Dependencia de FEsP UGT¨, “si los/as gerocultores/as están haciendo el esfuerzo de formarse y acreditarse, no les podemos pedir después que se pongan a limpiar las instalaciones. Este personal tiene su función, no pueden lavar un enfermo y a continuación coger un cubo y ponerse a fregar, ya que esto afecta sin duda a la calidad del servicio que se ofrece al residente. Queremos también, que se separen las competencias del personal, para señalar las ratios con arreglo a los/as gerocultores/as que hay en los centros, y no contando al personal administrativo y al de limpieza, para marcarlos”.
“La filosofía de las empresas que se dedican a esto debería cambiar. A lo mejor no importa que la instalación sea de cinco estrellas, pero sí la atención que das”.
Para ello, UGT ha presentado una propuesta que delimita tres áreas de trabajo: asistencial, residencia y administrativa, donde se encuadran a los diferentes colectivos de empleados, y una definición de funciones y grupos profesionales. Esta descripción de puestos distingue, claramente, entre el profesional de la gerocultura, situado dentro del área asistencial, y la categoría de limpiador, inserta en el área residencial.
“Sin duda, es un problema provocado por los recortes, ya que hay un menor número de plazas y también hay un recorte en el dinero que se recibe. De acuerdo que la empresa está ahí para ganar dinero, pero a lo mejor tiene que ganar menos en un área tan deprimida como por ejemplo, lo es la ayuda a domicilio con contratos a tiempo parcial, y donde el salario medio apenas alcanza los 400 euros. No creo que sea descabellado pedir una subida salarial del 1% para 2016, y un 1,5% en el 2017”, añade.
Otra de las líneas rojas, y que mantiene bloqueada la negociación son los descuelgues del convenio. “Ahora mismo hay muchas empresas que están realizando estos descuelgues no a los dos meses, sino al día siguiente de habérsele adjudicado un contrato de la administración, licitando al precio más bajo. A lo mejor, la empresa no debería haber licitado tan bajo, si con el dinero que recibe no puede pagar los salarios y esto es algo que la Administración debería controlar”.
“Para paliar estas situaciones y evitar desigualdades, sería deseable que hubiera unas líneas generales que rigieran en todo el Estado”.
“Creemos que la filosofía de las empresas que se dedican a esto, debería cambiar. Cuando se presta un servicio, a lo mejor no importa tanto que la instalación sea de cinco estrellas, pero sí que la atención que das, lo sea, y para eso hay que contar con el personal necesario y pagarlo bien. Por ejemplo, si el trabajador tiene que ir corriendo de un sitio a otro mientras hace su trabajo, porque no hay suficiente personal, puede empujar a un paciente y tirarlo…”.
“Se habla mucho de la atención centrada en los usuarios de estos servicios, tanto en el ámbito sanitario como en dependencia, pero hacerlo, requiere estar muy encima de la persona que atiende a este paciente, porque de ellas depende que esto funcione. Por eso es importante cuidarlas y pagarlas bien”, concluye Gracia Álvarez.
Esta situación, según la representante de FEsP UGT, “está generalizada en todo el Estado, pero se vive con desigualdad dependiendo del territorio. Para paliarla, sería deseable que hubiera unas líneas generales que rigieran en todo el Estado, aunque cada CCAA, tenga las competencias en el área”.
Por ejemplo desde hace semanas los trabajadores de Residencias de Mayores y Centros de Día de Aragón, se están concentrado para exigir a la Consejería de Ciudadanía y Derechos Sociales del Gobierno de Aragón que modifique la normativa que regula las ratios de personal, ya que en la actual (Decreto 111/1992), no están diferenciadas por categorías profesionales y computa al conjunto de los trabajadores, sin diferenciar la atención directa de la atención indirecta, ni el número de trabajadores por categoría profesional. Así, según la nueva norma, por cada 100 residentes, habría 40 gerocultores; 5 enfermeros, 2 médicos, 2 trabajadores sociales, 2 fisioterapeutas, 2 terapeutas y 15 empleadas de limpieza y lavandería.
Medidas de presión que el sindicato está estudiando extender por el resto del Estado. De momento y ayer mismo abrieron una campaña con el objetivo de denunciar las malas condiciones laborales de los trabajadores del sector de Dependencia y, también cómo estas circunstancias repercuten en los ciudadanos a los que atienden. Para ello han diseñado un banner que da acceso a un folleto digital, al que se podrá acceder a través de la web www.fespugt.es y que se difundirá a través de las redes sociales.
Además, desde la Secretaría de Salud, Sociosanitario y Dependencia se ha iniciado una ronda de encuentros y participación en foros y jornadas, en diferentes provincias españolas, para exponer la situación actual del sector y de los trabajadores de Dependencia, celebrándose la primera ayer mismo en Santander, contando con la participación de Gracia Álvarez Andrés, quien aprovechó su visita a la ciudad para reunirse con la directora general del Instituto Cántabro de Servicios Sociales (ICASS), Felisa Lois, a quien trasmitió su preocupación por la progresiva precariedad laboral de este sector.
El Sindicato solicitará también una reunión al nuevo ejecutivo, para analizar los problemas del sector, de momento le pide “sensibilidad con este tema, no solo por el aumento del envejecimiento de la población y de la dependencia, sino también porque las plantillas que atienden a estas personas, también envejecen y por eso es importante que trabajen en las mejores condiciones posibles”.