La OMS prevé un aumento significativo de casos de esta enfermedad en los próximos 25 años, destacando la importancia de la concienciación social.
Según la Sociedad Española de Neurología (SEN), 160.000 españoles mayores de 65 años han sido diagnosticados con Parkinson, una enfermedad que impacta en el movimiento y la coordinación. Este trastorno ocupa el segundo lugar en cuanto a incidencia entre las enfermedades neurodegenerativas.
Cada año, se registran aproximadamente 10.000 nuevos casos, lo que representa un aumento significativo en su prevalencia. La Organización Mundial de la Salud (OMS) anticipa que en los próximos 25 años, el número de personas afectadas a nivel global se triplicará. Después del Alzheimer, el Parkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente.
No se trata de un problema exclusivo de las personas mayores, pero, como señala la doctora Carmen Figueroa, coordinadora médica en grupo emeis, sí puede clasificarse como una enfermedad que afecta principalmente a este grupo etario. De hecho, el 85% de quienes sufren esta condición son mayores de 65 años.
La SEN indica que el 2% de las personas que superan esa edad padecen la enfermedad, cifra que aumenta al 4% en aquellos mayores de 80 años. En consonancia con estos datos, la doctora también menciona un dato relevante: el 6% de los ancianos atendidos en los cerca de 60 centros de residencias Bouco, pertenecientes al área sanciosanitaria de emeis, presenta Parkinson.
Se implementa un tratamiento integral y especializado para atender a las personas mayores, utilizando un enfoque holístico que involucra a equipos multidisciplinares de diversas especialidades. La doctora señala que “porque las personas mayores, sobre todo las más dependientes, suelen tener varias patologías, que necesitan un abordaje por parte de distintos especialistas”. Este equipo incluye médicos, enfermeros, trabajadores sociales, psicólogos, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, logopedas y gerocultores.
Después de llevar a cabo una valoración inicial, se lleva a cabo una reunión entre todos los especialistas para definir los diferentes objetivos que permitirán trabajar de manera coordinada. El equipo médico de Bouco señala que “si los residentes de Parkinson no tuvieran las terapias adecuadas empeorarían funcionalmente más rápido y tendrían peor pronóstico y calidad de vida”.
Manifestaciones y fases de la enfermedad de Parkinson
La intervención se fundamenta en dos áreas principales. Por un lado, se aborda el tratamiento de los síntomas, que en su mayoría son motores y afectan al 70% de las personas con Alzheimer —incluyendo temblores, rigidez, lentitud de movimientos e inestabilidad postural—; además, se consideran otros problemas como el insomnio, la disfagia, el estreñimiento, la depresión y el deterioro cognitivo. Por otro lado, se busca estimular las capacidades funcionales para ralentizar tanto el deterioro como la dependencia.
La evolución de la enfermedad se divide en cinco etapas, cada una correspondiente a un nivel de gravedad. En la primera etapa, se proporciona información tanto al paciente como a su familia, además de planificar el tratamiento. La segunda etapa se enfoca en ofrecer asistencia con las actividades diarias esenciales, abarcando también las relaciones sociales, la fisioterapia y la evaluación y ajuste de la medicación. La adaptación del entorno y el apoyo para la alimentación y la comunicación son cruciales en la siguiente fase. En la cuarta etapa, se enfatizan los ejercicios de movilización pasiva para preservar la función muscular, así como el soporte emocional y psicológico tanto para el paciente como para su familia. Finalmente, la quinta etapa está dedicada al cuidado paliativo y exige una atención integral.
Fisioterapia y terapia ocupacional, fundamentales
Las residencias Bouco ofrecen actividades de fisioterapia y terapia ocupacional que contribuyen a mejorar la autoestima y ralentizan el avance de la enfermedad. La doctora Figueroa advierte que, en ambos casos, es fundamental llevar a cabo estas actividades de manera regular. La fisioterapia abarca ejercicios enfocados en la movilidad, el equilibrio y la coordinación, así como entrenamiento de fuerza.
Además, se proporcionan estrategias para facilitar el inicio del movimiento y se trabaja en la reeducación de la postura y los patrones de movimiento que han sido alterados o disminuidos.
En la terapia ocupacional, se aborda simultáneamente el deterioro cognitivo, considerando el nivel de afectación del paciente. Además, se trabaja para preservar la coordinación y la actividad voluntaria de los miembros superiores, con un enfoque particular en la mano. También se promueve la comunicación verbal, no verbal y escrita, mientras se implementan dinámicas destinadas a estimular las capacidades cognitivas.
Logopedia y comida texturizada
Desde las residencias Bouco, se desea resaltar la importancia de la comida texturizada, una innovación que proporciona una nutrición e hidratación adecuadas para los mayores que enfrentan disfagia (dificultad en la deglución). Esta propuesta no solo facilita que los ancianos recuperen el placer de comer, sino que también se presenta de manera atractiva, con colores y formas que evocan el plato base, ya sea pescado, verdura, pollo o postre.
Los logopedas también se encargan de los problemas de comunicación que afectan al 90% de los enfermos, además de abordar la rigidez causada por la enfermedad, la cual resulta en dificultades para tragar.
El Día Mundial del Parkinson, evento respaldado por la Organización Mundial de la Salud, tiene como objetivo fomentar la concienciación social sobre esta enfermedad, promover el apoyo a quienes la padecen y destacar la importante labor de los profesionales de la salud involucrados.