La pandemia de la covid-19 no ha sido fácil para nadie y especialmente para las residencias de personas mayores. Entre las conclusiones que se pueden sacar de esta experiencia, el secretario general de AESTE, Jesús Cubero, apunta que "esta crisis sanitaria ha puesto de manifiesto que el perfil de persona mayor que vive hoy en día en las residencias es una persona que requiere una mayor atencion sanitaria en su día a día".
Así, Cubero apuesta por "adaptar el sistema de atención a la dependencia para adecuarlo a las necesidades que tienen hoy las personas mayores: una mayor atención sanitaria".
Antes de hacer un nuevo llamamiento a todos los responsables políticos "para que antepongan los intereses de los mayores y los intereses de la sociedad, a cualquier otro condicionante político o ideológico" y repasar por dónde pasa el futuro modelo de atención a las personas mayores, el portavoz de la Asociación Estatal de Servicios Residenciales de la Tercera Edad considera fundamental "tomar las medidas adecuadas para mejorar la capacidad de reacción de la sociedad ante los rebrotes que vendrán".
¿Qué valoración hace de lo que ha pasado en los últimos 4-5 meses en España con el sector residencial?
Una pandemia es algo horrible que probablemente sólo veamos una vez en nuestra vida, por lo que como sociedad, es algo muy impactante. En el caso concreto de la Covid-19 se ha cebado de forma especial con las personas mayores, y dentro de este colectivo, con el sector más vulnerable: las personas mayores que tienen situaciones de gran dependencia y que por tanto están viviendo en las residencias de mayores.
¿Saca algo positivo de la experiencia vivida?
Parece frívolo hablar de algo positivo cuando han fallecido tantas personas. Creo que debemos tomar las medidas adecuadas para mejorar la capacidad de reacción de la sociedad ante los rebrotes que vendrán, y por otro lado debemos adaptar el sistema de atención a la dependencia para adecuarlo a las necesidades que tienen hoy las personas mayores: una mayor atención sanitaria.
¿Cree que todo esto puede ser una oportunidad y servirá para que las administraciones apuesten más -y gasten más- en los servicios de atención y cuidado a las personas mayores?
Creo que esta crisis sanitaria ha puesto de manifiesto que el perfil de persona mayor que vive hoy en día en las residencias es una persona que requiere una mayor atencion sanitaria en su día a día. Por un lado debemos reforzar los servicios que permiten que el mayor permanezca el mayor tiempo posible en su propia casa, como pueden ser la Teleasistencia, la ayuda a domicilio, los centros de día, el servicio de comida a domicilio, etc.... Y por otro lado, debemos establecer una acreditación por niveles de los centros residenciales, para diferenciar aquellos que pueden tener una estructura más profesionalizada y unas instalaciones que permitan ofrecer un componente adicional de atención sanitaria adecuada a las necesidades de las personas mayores.
Esto no será posible en todos los centros y por ello es necesario que se haga una acreditación de todos los centros residenciales, clasificándolos por sus capacidades y por su estructura profesional.
¿Qué hay que hacer desde las administraciones para evitar que mueran más personas en las residencias si se produjera un rebrote masivo y generalizado?
Desde AESTE ya hemos trasladado a todas las Comunidades Autónomas y al Gobierno cuáles deben ser las medidas a tomar ante un posible rebrote, y vemos que han calado, a tenor de las medidas que comienzan a dictar: sistema de alertas tempranas ante un posible rebrote, stock de seguridad de EPIs si el mercado se bloquea y no permite acceder al mismo a los operadores privados, test generalizados para residentes y trabajadores, y por último un plan de contingencia individualizado para cada centro donde se contemple la coordinación sociosanitaria y donde se fije cómo se atenderá a los residentes en todos y cada uno de los centros.
¿Y desde las propias residencias?
En las residencias hemos aprendido mucho sobre el comportamiento de este virus. En las residencias más profesionalizadas tenemos las estructuras preparadas para sectorizar los centros, atender a los residentes en función de su contagio, y sobre todo tenemos abiertos los canales de diálogo y derivación con el Sistema Público de Salud de cada Comunidad Autónoma para derivar a los residentes en caso necesario.
No debemos olvidar que hoy por hoy, en las residencias cuidamos, pero no curamos.
¿Algún temor al respecto de responsabilidades judiciales por la gestión de las residencias?
La inmensa mayoría de las residencias de nuestro país han actuado según ordenaban los protocolos que tanto el Gobierno como las Comunidades Autónomas han ido dictando en cada momento. Otra cosa es que esos protocolos se hayan mostrado ineficaces y por eso hayan tenido que ser modificados en varias ocasiones. Por nuestra parte y por la parte de los profesionales, creo que hemos cumplido estrictamente lo que se nos ha ordenado en cada momento, y que hemos hecho todo lo humanamente posible.
La Fiscalía está archivando todas las diligencias informativas que ha ido abriendo porque está comprobando que se han cumplido de forma rigurosa las Órdenes vigentes en cada momento. En cualquier caso, si alguno de los 5.400 centros residenciales no hubiera cumplido los protocolos de actuación, por su puesto que debe atenerse a las consecuencias de dicho incumplimiento.
¿Por dónde cree que pasa irremediablemente el futuro del sector residencial?
El futuro del sector pasa por una mayor capacidad de diálogo entre la Administración, las asociaciones de mayores, los trabajadores y las empresas. Entre estas cuatro partes debemos definir el futuro del sector y diseñar un modelo que sea económicamente sostenible para la sociedad, y que satisfaga las necesidades reales de las personas mayores durante los próximos años.