En medio de la pandemia de Covid-19, las personas mayores de 65 años se han convertido en uno de los colectivos más vulnerables y más afectados por el nuevo coronavirus. De esta población, unas 385.000 personas viven en residencias, donde la incidencia de esta pandemia ha sido dramática en muchos casos. Unos 200.000 trabajadores de residencias han cuidado, consolado y ayudado a los mayores, incluso les han acompañado en los últimos momentos de su vida.
En las residencias se crean relaciones casi familiares. Los trabajadores y los residentes hablan todos los días. Se cuentan sus problemas, sus alegrías. Se crean relaciones de complicidad, amistad y cariño, que duran muchos años.
Ellos han hecho lo imposible por ayudar, por dar cariño; han puesto su vida en riesgo, con pocos materiales de protección, pero no les importaba, sus residentes, sus mayores eran su prioridad, no son clientes, son personas a las que quieren y respetan.
Estos TRABAJADORES han estado trabajando de manera extraordinaria, en muchos casos sin poder ver a sus seres queridos. Lo han dejado todo por ayudar a los más vulnerables en esta crisis, los mayores, a los que han estado cuidando todos estos años. Y aún así, al llegar a sus casas, no han tenido reconocimiento a su trabajo ni a su esfuerzo.
Por eso creemos que la sociedad está en deuda con ellos, queremos un reconocimiento público y oficial, y pedimos que se les otorgue una de las mayores distinciones a la labor social: LA MEDALLA A LA ORDEN CIVIL DE LA SOLIDARIDAD SOCIAL.
Ayúdanos firmando esta petición para que nuestros superhéroes reciban el reconocimiento social que se merecen.