De la situación de alerta sanitaria que estamos viviendo se derivan consecuencias a muchos niveles: sanitario, económico y también psicológico, entre otros. Las personas mayores están en riesgo por su gran vulnerabilidad. Aparte de las afecciones médicas, esta situación también puede generar diferentes afectaciones psicológicas (miedo, sensación de indefensión, tristeza, aburrimiento, angustia...).
Desde uno de los centros de Fundació Vella Terra, la neuropsicóloga Laura Selgas ofrece consejos para las personas residentes y los profesionales de cara a poder llevar lo mejor posible estos días de confinamiento.
La gente mayor que vive en centros residenciales tienen el añadido que, a menudo, sufren dolencias degenerativas que complica que puedan comprender la situación. Y, a la vez, se ven afectados por grandes cambios en sus rutinas diarias. La huella psicológica del coronavirus, en el ámbito individual, dependerá de cómo cada persona gestione la situación y de la red social de apoyo de la que disponga.
El miedo, por otro lado, es una emoción desagradable, pero a la vez saludable, necesaria y adaptativa. No obstante, el miedo intenso y extremo nos puede llevar a sufrir un bloqueo emocional. Por eso, a continuación, ofrecemos un resumen de propuestas para dar un apoyo integral a las personas que viven en una residencia, minimizar los sentimientos negativos como el miedo y garantizar el máximo de bienestar para ellos y por los profesionales que los atienden.
En el ámbito emocional:
En el ámbito del comportamiento:
En conclusión, tenemos que asumir ayudar a que comprendan que se trata de una situación excepcional y temporal y que seguro, también, será un momento de crecimiento y de refuerzo como equipo para sentirnos satisfechos del apoyo integral que hemos dado a nuestros usuarios.
Laura Selgas es neuropsicóloga de la Residencia y Centro de Día Campdevànol de la Fundació Vella Terra.
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