Existe un problema evidente de falta de personal de enfermería al no sustituirse convenientemente a los profesionales que se van de vacaciones. Desde el sindicato de enfermería Satse se asegura que “no encuentran suplentes porque la gente no quiere venir, es lo más normal del mundo”. Las razones son fáciles de entender, según el sindicato: el profesional que pueda marcharse a salud, se va a salud porque tienen mejores condiciones laborales y pueden desarrollarse profesionalmente.
En Asturias, lo mismo. SATSE en la Red de Establecimientos Residenciales del Principado (ERA) ha reclamado insistentemente más personal de enfermería para garantizar una asistencia de calidad a las personas mayores. Denuncian allí que, en la actualidad, una única enfermera por turno atiende durante el día a todos los residentes en el grueso de los establecimientos residenciales públicos asturianos, que tienen entre 90 y 120 residentes.
Y mientras las plantillas en España no crecen, en Europa, donde se mantiene continua la demanda de enfermeras, saben aprovechar esta circunstancia para ganar talento y conocimiento con el que mejorar la atención y cuidados en sus servicios de salud. De hecho, nuestro país contúa siendo uno de los últimos países europeos en cuanto al número de enfermeras por habitante.
Así, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE), la media en Europa es de 9,8 enfermeras por 1.000 habitantes, en España es tan solo de 5,2. SATSE asegura que son más de 130.000 los profesionales necesarios en España para equipararnos con la media de los países europeos.
Nos amplía los detalles de este problema que es una constante en todo el año, pero que es más evidente durante el periodo estival la portavoz de Satse, Mar Rocha:
Hay falta de enfermeras en las residencias de mayores durante los meses de verano, ¿por qué pasa esto?
La falta de enfermeras y enfermeros en las residencias de mayores y en otros centros sociosanitarios de nuestro país es, por desgracia, un problema permanente durante todo el año. Sí es cierto que en verano se agudiza porque resulta complicado cubrir a los profesionales que se van de vacaciones, ya que los contratos que se ofertan son muy precarios.
El déficit de plantillas conlleva que los profesionales que trabajan en las residencias soportan unas cargas de trabajo desproporcionadas durante todo el año, y aún más si cabe durante el verano. Podemos hablar de más de 100 residentes por enfermera o enfermero.
Este déficit de plantillas se debe a que las administraciones competentes contratan muy poco personal y a que las condiciones laborales que se ofertan son pésimas. Esta situación lleva a las enfermeras y enfermeros a intentar encontrar trabajo en otros ámbitos asistenciales.
¿Es un problema generalizado en toda España?
Lamentablemente, se trata de un problema generalizado. En todas las comunidades autónomas hay déficit de plantillas de enfermeras en los centros residenciales.
La mejora de las condiciones laborales y profesionales de las enfermeras que trabajan en los centros sociosanitarios es una reivindicación permanente de nuestro Sindicato, al constatar que los recursos destinados a este tipo de centros son escasos, y que ancianos y dependientes no son atendidos por el suficiente número de profesionales.
En 2013 firmamos un acuerdo con el Ministerio de Sanidad por el que se comprometía a trabajar, junto a las CCAA, para propiciar una mayor presencia de enfermeras y enfermeros en el sector sociosanitario (residencias, centros de día…) y aún no estamos viendo que la situación haya cambiado a mejor.
¿Qué consecuencias directas tiene esta falta de personal para los centros residenciales y sus residentes?
La falta de profesionales de Enfermería lógicamente repercute en la calidad de la atención y cuidados que se presta a los mayores.
Las enfermeras y enfermeros hacen todo lo que está en su mano para que la atención no se resienta pero es imposible atender igual a 40 internos a tu cargo que si son 100, 120 o incluso más.
¿Y para las propias enfermeras?
Esta situación también repercute en la propia salud del profesional, el cual se ve sometido a numerosas situaciones de tensión y estrés que van deteriorando su estado físico y psíquico.
¿Por dónde pasa la solución? ¿Al final es solo una cuestión de dinero o hay también políticas erróneas?
La solución pasa por una mayor dotación de recursos económicos y materiales y también porque estos se gestionen de manera más eficaz y eficiente.
España es, junto a Japón, el país del mundo con mayor esperanza de vida y el que experimentará un mayor aumento de personas mayores de 65 años en los próximos años, pero las distintas administraciones sanitarias siguen sin dar respuesta a las necesidades de cuidados que éstas requieren al no contar en sus centros sanitarios y sociosanitarios con profesionales de Enfermería suficientes.
Según el informe “Health and Glance 2017” de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), España es el segundo país del mundo, tras Japón, y el primero de Europa con una mayor esperanza de vida, con 83 años de media, y que cerca del 40 por ciento de la población española tendrá más de 65 años en 2050, mientras que cerca de un 15 por ciento superarán los 80 años. En 2015, era el 19 por ciento de la población la mayor de 65 años, siendo también el primer país de Europa y el segundo del mundo.
Este informe destaca también que en España hay cuatro profesionales dedicados a los cuidados de larga duración por cada 100 personas mayores de 65 años, mientras que la media de la OCDE son 6, siendo nuestro país el sexto “por la cola”.
El envejecimiento de la población española, así como el aumento de la cronicidad y dependencia, es una realidad que irá a más en los próximos años, y Gobiernos y CC.AA. deben priorizar la atención y cuidados que requieren estas personas, siendo las enfermeras y enfermeros los profesionales más indicados por su cualificación y competencias en la materia.