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El secreto mejor guardado de las residencias donde los mayores disfrutan comiendo

Dos personas mayores en el comedor de una residencia.
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Dos personas mayores en el comedor de una residencia. (Foto: Sodexo)
lunes 15 de diciembre de 2025, 15:51h

En cualquier residencia de mayores, el comedor es mucho más que un lugar donde “dar de comer”. Es el espacio donde las personas se encuentran, conversan, se sienten cuidadas… o, por el contrario, donde pueden experimentar apatía, desinterés y hasta rechazo hacia la comida.

Cada vez más direcciones de residencias se plantean una pregunta clave:

¿Cómo puedo convertir el comedor en un verdadero espacio de bienestar, donde los residentes esperen con ilusión la hora de comer?

La respuesta pasa por cambiar la mirada: dejar de pensar solo en menús y proteínas, y empezar a hablar de experiencias sensoriales. Eso es precisamente lo que propone el programa El Despertar de los Sentidos de Sodexo, diseñado específicamente para residencias de mayores.

Del comedor “correcto” al comedor que ilusiona

Muchos centros ya cumplen con todos los requisitos nutricionales y de seguridad alimentaria… pero, aun así, se encuentran con problemas muy habituales:

  • Residentes que “no tienen hambre” o comen cada vez menos.
  • Platos que vuelven a la cocina casi intactos.
  • Quejas por la monotonía de las comidas.
  • Personas que bajan al comedor sin ganas, solo “porque toca”.

A esto se suma una realidad que la ciencia ya ha demostrado: con la edad se deterioran la vista, el olfato, el gusto, el oído y el tacto, y eso afecta directamente al apetito, al disfrute y al estado de ánimo.

Por eso, no basta con cocinar bien. Hay que diseñar todo el entorno del comedor para despertar los sentidos y transformar la comida en un momento que se espera con ganas.

El Despertar de los Sentidos: estimular los cinco sentidos para mejorar la calidad de vida

Sodexo ha desarrollado el programa El Despertar de los Sentidos, un servicio nutricional integral para residencias de mayores que trabaja cada uno de los cinco sentidos durante el momento de la comida, con un objetivo muy concreto:

  • Estimular el apetito,
  • reducir la malnutrición y el rechazo a la comida,
  • y mejorar el bienestar emocional y social de las personas mayores.

Se trata de una propuesta respaldada por estudios sobre el impacto sensorial en las personas mayores y reconocida en el sector, que ayuda a las residencias a pasar de “cumplir” a ofrecer una experiencia gastronómica de excelencia.

Puedes profundizar en el programa aquí:

El Despertar de los Sentidos para residencias de mayores

Cómo convertir tu comedor en un espacio de bienestar a través de los sentidos

1.- Vista: lo que se ve también alimenta

La vista es clave para despertar el apetito. Algunos cambios que marcan la diferencia:

  • Presentación del plato: contraste de colores (purés y guarniciones que no sean del mismo tono), emplatado cuidado, raciones proporcionadas y reconocibles.
  • Vajilla y mantelería: colores que ayuden a distinguir la comida del fondo del plato, evitando la sensación de “todo es igual”.
  • Decoración del comedor: iluminación cálida, cartelería con menús visibles, mesas bien ordenadas, pequeños detalles estacionales (flores, centros sencillos, temática de fiestas).

Un plato bien presentado en un entorno agradable hace que la persona mayor quiera probarlo antes incluso de olerlo.

2.- Oído: reducir el ruido y potenciar la calma

El comedor puede ser un espacio ruidoso y confuso para muchas personas mayores, especialmente si tienen problemas cognitivos o auditivos.

  • Control del ruido de fondo: evitar golpes de vajilla, carros metálicos muy sonoros o conversaciones a gritos entre el personal.
  • Ambiente sonoro cuidado: música suave, conocida y adecuada a la generación de los residentes puede favorecer la calma y la socialización.
  • Ritmos y tiempos: organizar los turnos y el servicio para que no haya momentos de caos o esperas excesivas.

Cuando el oído no se siente agredido, la persona está más tranquila y receptiva a disfrutar de la comida.

3.- Olfato: abrir el apetito desde la puerta

El olor de la comida es uno de los estímulos más poderosos del apetito. En las personas mayores, el olfato puede estar disminuido, por lo que hay que potenciarlo de forma intencionada:

  • Aromas que invitan a sentarse a la mesa: guisos tradicionales, caldos, pan recién horneado, hierbas aromáticas…
  • Evitar olores desagradables(productos de limpieza muy fuertes, contenedores cerca, etc.) durante los servicios.
  • Pequeños rituales olfativos: acercar el plato destapándolo frente el comensal, favorecer que puedan oler antes de empezar a comer.

El olfato conecta de inmediato con los recuerdos y las emociones, y ayuda a que el comedor se sienta más como un hogar que como un centro.

4.- Gusto: mucho más que “que sea sano”

La nutrición es imprescindible, pero si el plato no resulta apetecible, no sirve de nada que sea perfecto sobre el papel.

Trabajar el gusto en clave de bienestar implica:

  • Respetar recetas tradicionalesy sabores reconocibles para esa generación.
  • Adaptar texturas y cortessin renunciar al sabor (triturados atractivos, menús fáciles de masticar pero sabrosos).
  • Incluir toques de variedad y sorpresa: días temáticos, guiños a fiestas locales, postres especiales que los residentes esperen con ilusión.
  • Tener en cuenta preferencias individuales, dentro de lo posible.

Cuando el gusto se cuida, el mensaje que recibe la persona mayor es claro: “importa lo que te gusta, no solo lo que necesitas”.

5.- Tacto: texturas, confort y autonomía

El tacto interviene más de lo que parece en la experiencia de comer:

  • Texturas de los alimentos: crujiente, cremoso, suave… todo ello puede trabajarse incluso en dietas de fácil masticación.
  • Utensilios adaptados: cubiertos ergonómicos, platos con borde, vasos fáciles de agarrar… que favorezcan la autonomía.
  • Confort en el espacio: sillas cómodas, mesas a la altura adecuada, temperatura agradable.

Cuidar el tacto es, en el fondo, cuidar la dignidad y la comodidad de la persona mayor mientras come.

Un enfoque integral, no solo “detalles bonitos”

Lo importante de una propuesta como El Despertar de los Sentidos es que no se queda en pequeños cambios estéticos, sino que ofrece un método estructurado para transformar el comedor:

  1. Diagnóstico del punto de partida: análisis del entorno, de los hábitos de los residentes, de la satisfacción actual y de los indicadores de nutrición.
  2. Diseño de la experiencia sensorial: adaptación del comedor, de los menús y de la forma de servir para estimular los cinco sentidos.
  3. Formación del equipo: cocina, auxiliares, camareros, dirección… todos deben entender el porqué y el cómo del cambio.
  4. Seguimiento y medición: observación de la aceptación de los menús, evolución de la ingesta, participación, cambio de ánimo, etc.

Si quieres profundizar en cómo podría aplicarse en tu centro, puedes solicitar un análisis y acompañamiento especializado:

Asesoramiento experto de Sodexo para residencias

¿Qué gana tu residencia cuando el comedor se convierte en un espacio de bienestar?

Para la dirección y la propiedad del centro, apostar por este tipo de enfoque tiene un impacto directo en:

  • Salud de los residentes: mejor apetito, menor riesgo de malnutrición y pérdida de peso.
  • Clima emocional: el comedor pasa de ser una “obligación” a un momento de placer, conversación y pertenencia.
  • Satisfacción de las familias: perciben que sus mayores están atendidos, pero también respetados y mimados.
  • Imagen y diferenciación: la residencia puede posicionarse como un centro que va más allá de lo básico y apuesta por la excelencia en bienestar.
  • Atracción y fidelización: un comedor vivo, agradable y bien gestionado se convierte en un argumento muy potente en las visitas comerciales.

Convertir el comedor en un espacio de bienestar no es un lujo: es una necesidad si queremos que las personas mayores vivan esta etapa con dignidad, gusto por la vida y ganas de compartir. Apostar por propuestas como El Despertar de los Sentidos permite transformar algo tan cotidiano como la comida en uno de los momentos más esperados del día.

Porque cuando se cuidan los cinco sentidos, el comedor deja de ser un lugar de paso y se convierte en el corazón emocional de la residencia.

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