dependencia.info

Cuidar desde el dónde y cuándo

Por Natalia Suller Balaguer
miércoles 10 de diciembre de 2025, 23:23h
Natalia Suller Balaguer, directora de la residencia Savia Castellón.
Ampliar
Natalia Suller Balaguer, directora de la residencia Savia Castellón.

Ganamos con el concepto de “calidad de vida” en acceso a la sanidad, a la unidad del dolor, a una buena alimentación e hidratación, a tratamientos dentales y oftalmológicos, a seguridad… ¿Cuál era el riesgo de padecer bulimia de un adolescente en plena postguerra? ¿Qué necesidad tenía el Lazarillo de Tormes de practicar el Mindfulness? ¿Dónde cabe la ansiedad como miedo al futuro si el reto es sobrevivir hoy? ¿Cómo hablar de suicidio cuando luchas por vivir con todas tus fuerzas? ¿Sería más fácil aceptar nuestro cuerpo sin espejos?

Agradecida a Savia por darme la oportunidad de ampliar mi formación con el curso de dirección AERTE. Es evidente lo mucho que aprender de perfiles curtidos en el sector a nivel técnico y humano enriquecidos por una visión europea que comparten muchos de los profesores compartiendo su aprendizaje en países tan cercanos y lejanos a la vez en cuanto a prácticas. Me deja pensativa su exposición y evoca recuerdos de experiencias pasadas como psicogerontóloga.

Tuve la oportunidad de ser parte de un proyecto europeo Erasmus + centrado en la fase severa de la demencia trabajando con entidades turcas, alemanas y francesas. Sigo entusiasmada recordando la diversidad de experiencias vividas en los centros de cada país. Recuerdo la digitalización completa de los cuidados de los alemanes (ya hace seis años), la familiaridad y cercanía de los turcos en el trato residencial más hogareño y la metodología Humanitude aplicada de los franceses. Tras la presentación de Josep de Martí entiendo ahora que es congruente con las diferencias en cuanto al sistema propio para atender la dependencia en cada país.

Me quedo con muchas cosas de las tratadas. Echo mano de la metáfora del termómetro como centro residencial en su conjunto que en una de las sesiones del curso emergió. Puede que el termómetro no sea preciso en cuanto a décimas, pero, si entre la temperatura tomada hoy y la de mañana hay una diferencia hablamos de tendencia, aunque no sea cuantificable. No tenemos un termómetro que funcione a la perfección actualmente pero sí una tendencia a dar más calidez residencial.

No puedo ponerme como objetivo desde dirección la mejora tangible a corto plazo. Pero sí confiar en que cada paso nos acerca, no porque lo creamos (que también), por la evidencia presente ya en otras ciudades que nos llevan tanta ventaja. Con una dirección clara, el modelo de atención centrado en la persona. Un modelo de escucha activa hacia el residente como principal agente que entienda a la familia y al equipo profesional como facilitadores. Cuidar atendiendo las necesidades objetivas y subjetivas del residente desde la bioética.

También me quedo con que los cambios en las necesidades que nos explicaba Maslow van de la mano de la naturaleza de lo que percibimos y sentimos en un mundo cada vez más complejo pero apasionante a la vez. Hablábamos de cómo eran las inspecciones hace 25 años. De que los residentes entrevistados tendían a dejar por las nubes el funcionamiento de la residencia ante la presencia del director. En ese momento, era una figura de autoridad que generaba miedo a que una mala palabra pudiese tener consecuencias en la atención directa recibida por el residente. Hoy en día, ante la misma situación, el residente expresaría seguro sus quejas, observaciones y propuestas de mejora.

¿Esto implica empeoramiento? No necesariamente. Hoy, los residentes son convocados para que, de manera periódica, expresen lo que consideren podríamos mejorar en el centro. También para que compartan lo que sí mantener y reforzar, en estos casos, el buen trabajo del equipo implicado. Se encuentran empoderados y saben que el que hablen “mal” del centro no va a tener ninguna repercusión en sus cuidados.

Volviendo a las necesidades, posiblemente la percepción de las necesidades haya variado muchísimo cuando comparamos las actuales con las que podrían describir la generación que encontramos actualmente en las residencias. Pero, hace cinco años, encontrábamos a la misma generación en los centros y, en muchas ocasiones, pretendíamos compartir necesidades, incluso nos permitíamos el hablar por ellos, el asumir sin preguntar. Actualmente les damos voz y eso nos lleva a las preguntas del primer párrafo, a reflexionar y empatizar. A entender que nuestras prioridades y las suyas pueden no coincidir ante vivencias tan diferentes. Evidentemente ya estarían presentes en su momento, cuando respondían que todo estaba perfecto al inspector, pero permanecían silenciadas o, peor, normalizadas como ejemplo de indefensión aprendida.

También está evolucionando el perfil del residente autónomo. Más crítico e introspectivo, capaz de desprenderse de estereotipos tan poco favorables hacia el sector residencial. Cada vez son más los que nos dan la oportunidad de sorprenderles, de que se vuelvan protagonistas dentro de una rutina en el centro que, aunque esté preestablecida por los beneficios que ofrece en perfiles con demencias (cada día más presentes), siempre permite adaptación.

Ellos y su adaptación a esta evolución de los cuidados es lo que nos reafirma en el proceso dando nuestra mejor versión para que el termómetro se calibre con mayor precisión cada día mejorando la calidez residencial de manera progresiva.

Es maravilloso que la formación nos invite a la reflexión y mejora, que muchas veces, pasa más que por resolver dudas, por crear de nuevas.

Natalia Suller Balaguer es directora de la residencia Savia Castellón

Valora esta noticia
0
(0 votos)
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios