dependencia.info

JOSEP DE MARTÍ: "ES EL CORTAFUEGOS ASISTENCIAL QUE GARANTIZA ALIMENTACIÓN, HIGIENE Y CONTROL DE LA MEDICACIÓN"

Inforesidencias reivindica las residencias y los centros de día como antídotos frente a la soledad no deseada

Una residencia de personas mayores.
Ampliar
Una residencia de personas mayores. (Foto: Gemini)
lunes 20 de octubre de 2025, 22:18h
Casos recientes de personas mayores fallecidas en soledad, como el del hombre hallado en Valencia que podría haber muerto hace más de quince años, ponen de relieve la urgencia de abordar este fenómeno desde una perspectiva preventiva.

La soledad no deseada se ha convertido en una epidemia silenciosa que afecta a un número significativo de personas mayores, con consecuencias graves para su salud física y emocional. Ante este creciente problema social, residencias y centros de día emergen como recursos fundamentales, ofreciendo no solo cuidados asistenciales, sino también un entorno que favorece la socialización, el bienestar emocional y la pertenencia a una comunidad.

Los recientes casos conocidos de personas mayores fallecidas en soledad, como el del hombre hallado en Valencia que podría haber muerto hace más de quince años sin que nadie lo advirtiera, han puesto de relieve la urgencia de abordar este fenómeno desde una perspectiva preventiva. La soledad prolongada no solo genera tristeza, sino que puede desembocar en situaciones de abandono involuntario, deterioro físico y mental, así como aislamiento extremo.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística, en España viven solas alrededor de 2,3 millones de personas mayores de 65 años, y de ellas, casi un millón supera los 80. Diversos estudios alertan de que la soledad prolongada tiene un impacto comparable al de factores de riesgo como la obesidad o el tabaquismo, aumentando la probabilidad de deterioro cognitivo y mortalidad prematura.

El caso que ha conmocionado a Valencia... y a todos


A mediados de octubre, la Policía encontró en una vivienda de Valencia los restos de un hombre de unos 70 años que podría haber fallecido hace más de quince años sin que nadie lo advirtiera.
El hallazgo se produjo después de que los vecinos alertaran por la acumulación de agua tras las últimas lluvias. Avisaron a los bomberos para que entraran en el piso, que creían vacío porque pensaban que vivía en una residencia de personas mayores o se lo habían llevado a otra casa.
Antonio, que así se llamaba el hombre, no tenía amigos ni contacto con su familia más cercana desde hacía muchos años.
Paradojas del destino, un tribunal decretó el embargo de su cuenta bancaria para pagar los recibos de la comunidad y de los suministros al acumularse las deudas... una cuenta que permanecía activa porque recibía su pensión al no haberse notificado su fallecimiento.
Aunque excepcional, este suceso evidencia el aislamiento extremo que pueden sufrir algunas personas mayores cuando pierden el contacto con familiares o vecinos.
Casos como el de Antonio nos obligan a mirar más allá del suceso. No se trata solo de una historia triste, sino del síntoma de un fallo colectivo. ¿Qué falló? ¿El sistema de servicios sociales, la comunidad, la familia, o todos a la vez?
Tal vez la verdadera pregunta no sea cómo murió Antonio, sino cómo pudimos permitir que desapareciera en vida sin que nadie lo notara.

En este contexto, Inforesidencias subraya la importancia de promover recursos que, además de atender las necesidades asistenciales, refuercen el acompañamiento y la conexión humana. Las residencias y los centros de día ofrecen precisamente ese espacio donde la convivencia, la atención profesional y las actividades compartidas se convierten en herramientas esenciales para mantener el bienestar y la dignidad de las personas mayores.

Josep de Martí, fundador de Inforesidencias, señala: “El gran valor de estos centros reside en que no solo proporcionan atención sanitaria y soporte físico, sino que, de manera crucial, aseguran el vínculo afectivo y el propósito vital a través de actividades grupales y comunitarias, algo que el hogar aislado raramente puede ofrecer”.

Residencias y centros de día: antídotos contra el aislamiento

Las residencias juegan un papel esencial contra la soledad no deseada al ofrecer un entorno en el que la convivencia y la atención se convierten en pilares del bienestar. Vivir junto a personas de la misma generación permite compartir experiencias, generar nuevas amistades y mantener un sentimiento de pertenencia que muchas veces se pierde en el hogar. Además, los programas de actividades y ocio —como talleres de memoria, manualidades, gimnasia suave, musicoterapia o excursiones— favorecen la interacción y promueven un envejecimiento activo y participativo.

A ello se suma el acompañamiento profesional continuo de médicos, enfermeros, terapeutas y auxiliares, que garantiza una atención constante, apoyo emocional y seguridad. La estructura diaria, con horarios estables y comidas en compañía, aporta rutina y refuerza la estabilidad emocional, convirtiendo la residencia en un espacio donde sentirse acompañado, activo y parte de una comunidad.

Por su parte, los centros de día ofrecen una alternativa equilibrada que combina la permanencia en el hogar con espacios de socialización, actividad y cuidado especializado durante la jornada. Este modelo permite a las personas mayores mantener su independencia y vínculo con su entorno habitual, al tiempo que disfrutan de un entorno estimulante y acompañado. Las actividades grupales y la interacción con profesionales ayudan a romper el aislamiento que muchas veces se vive en casa, favoreciendo la comunicación, el movimiento y la participación social.

"No se trata solo de la pena que da la soledad; se trata del riesgo real de abandono funcional. Una persona mayor aislada deja de ducharse por desánimo o miedo, olvida que tiene que cocinar o, simplemente, no le apetece, y lo más peligroso, puede dejar de tomar sus medicinas", explica Josep de Martí que añade: "La residencia o el centro de día es el cortafuegos asistencial que garantiza esos mínimos vitales básicos. Un centro especializado garantiza alimentación, higiene y el control de la medicación de nuestro ser querido".

Para Inforesidencias, la soledad no deseada no es solo un problema individual, sino un reto colectivo que requiere coordinación entre administraciones, profesionales y ciudadanía. La detección temprana, el acceso a recursos y la existencia de servicios de acompañamiento y convivencia resultan esenciales para evitar que historias como la de Antonio se repitan.

Inforesidencias, 25 años promoviendo la transparencia y la calidad

Desde su creación en el año 2000, Inforesidencias.com ha mantenido un doble objetivo: ayudar a las personas mayores y sus familias a encontrar la residencia o centro de día adecuado y facilitar a los profesionales del sector su acceso al empleo y la formación especializada.

El portal ofrece herramientas como el Indicador de Transparencia, el Certificado de Residencia 100% Transparente y Comparable, servicios de intermediación en la compra-venta de centros, viajes geroasistenciales, Aula Virtual de formación y una bolsa de empleo que conecta profesionales con entidades del sector.

Valora esta noticia
5
(1 votos)
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios