La presidenta de la Fundación Pilares destaca la evolución del sector hacia modelos de atención más éticos y personalizados, enfatizando la importancia de derechos y dignidad para las personas mayores.
Inforesidencias.com está de aniversario. Lleva 25 años al servicio de las personas que buscan residencias, centros de día y servicio de atención a domicilio. Durante todo este tiempo el sector ha cambiado mucho y han pasado muchas cosas. El portal buscador de residencias y otros servicios para las personas mayores ha visto de todo, pero... ¿cómo lo han visto personas relevantes en el sector durante este tiempo?
Pilar Rodríguez Rodríguez, presidenta de Fundación Pilares opina que "nadie defiende que ajustar la oferta de servicios a las preferencias y gustos de las personas mayores no sea necesario; todo el mundo declara en sus testimonios que tenemos que avanzar en la transformación del modelo de cuidados para que estos se ofrezcan de manera integral y personalizada".
Pero, para ello, "hay que invertir suficientemente en los servicios que permiten la permanencia en el propio domicilio y, en cuanto a los alojamientos, que estos se perciban y, por tanto, se diseñen, desde el concepto 'hogar'".
"Hemos iniciado un camino que no tiene vuelta atrás y que dentro de 25 años tendremos muchas opciones de atención para poder elegir la que mejor se adapte a nuestros deseos para tener una buena vida aunque precisemos ayuda técnica y profesional para ello", afirma Pilar Rodríguez, que da más detalles de estos 25 años de Inforesidencias y de sector geroasistencial:
- ¿Qué hacías en julio de 2000, cuando nació Inforesidencias.com?
En el año 2000 yo me había incorporado al Gobierno de Asturias, como directora general de Atención a Personas mayores, con discapacidad y dependencia, después de haber participado en la elaboración del Plan Gerontológico Estatal para los años 90 y de haber dirigido el Servicio de Estudios del IMSERSO. El nuevo siglo comenzaba con grandes esperanzas en conseguir mejores servicios y más derechos para las personas mayores.
En Asturias intenté formar un equipo con el que impulsar las políticas que, como experta, venía propugnando fruto de la experiencia y del conocimiento que había ido acumulando tanto en cuanto a la investigación y evaluación de servicios y programas, como en el conocimiento directo, mediante visitas a los países más avanzados en políticas sociales (Países Nórdicos, Gran Bretaña, Alemania, Italia...) que hice en el proceso de gestación del Plan Gerontológico. Fue tan grata esta experiencia que, precisamente en el mes de julio de 2000 realizamos nueva visita de estudio, esta vez desde el Principado, con varias reuniones con responsables públicos y privados de las políticas.
A partir de este bagaje, nuestro equipo elaboró un programa de legislatura incorporando algunas de las innovaciones aprendidas dentro y fuera de nuestro país, y siempre adaptando las políticas a las características de la idiosincrasia, geografía y orografía asturianas. Hasta ese momento, la distribución de los servicios se concentraban en el área central de Asturias y el grueso de la inversión se había centrado en la construcción de residencias. En nuestro programa se priorizó la atención domiciliaria y se creó una red de centros de día extendidos por todo el territorio.
Uno de los proyectos más innovadores fue el que denomínanos "Rompiendo Distancias", que consistió en acercar servicios de proximidad (productos de apoyo, biblioteca, peluquería, talleres sociosanitarios... ) a los concejos más alejados del centro (Taramundi, Mancomunidad del Oriente de Asturias y Comarca de la Sidra). Este proyecto, que nació como piloto, se ha extendido por todo el territorio rural asturiano. Otra de las innovaciones fue el diseño arquitectónico de una residencia con unidades de convivencia (en Arriondas) y unas viviendas normalizadas con apoyos para personas con discapacidad con grandes necesidades de apoyo y personas mayores con demencia (Langreo, Luanco)...
Además, también en el año 2000 continúe coordinando los grupos de trabajo de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) de Atención domiciliaria y Residencias, y publicamos varios libros en los que se contenían las nuevas tendencias en una colección que creamos en el seno de la Sección de Ciencias Sociales y del Comportamiento, que se llamó "Gerontología Social", y que se editaba en colaboración con la Ed, Médica Panamericana.
- ¿Cómo han cambiado las residencias en 25 años? (modelos de atención, arquitectura, tecnología, especialidades, servicios, formación de personal...)
Creo que el arranque del nuevo siglo trajo consigo un aire nuevo porque fueron llegando las innovaciones que se estaban produciendo en el ámbito internacional. En concreto, en el de las residencias se fueron afianzando con evaluaciones rigurosas las nuevas tendencias de cambio que rechazaban el modelo de institución clásico, apostando fuertemente por la defensa de los derechos de las personas mayores y los postulados de la ética.
En este sentido, creo que el influjo de los postulados del Plan Gerontológico Estatal se fue extendiendo y fue decantándose o inspirando las líneas maestras por Comunidades Autónomas que adaptaron sus objetivos al ámbito de cada territorio. Una de las convicciones que mayor arraigo produjo en el periodo fue el rechazo general a las macrorresidencias, en las que convivían hasta más de 500 personas. Se fue evidenciando que el pretendido "ahorro" que fundamentó la perversa idea de que cuanto más grande, más barato salía la atención a personas mayores, era de todo punto, además de falsa, perversa, indigna y dañina para la calidad de vida y el ejercicio de derechos de las personas mayores.
En el año 2002 se celebró en Madrid la Segunda Asamblea Mundial del Envejecimiento en la que tuve el honor de participar y constatar así en primera línea que lo que se pedía a los países de todo el mundo es que las políticas fueran respetuosas con los derechos y la dignidad de las personas y que se diera más peso en los presupuestos e inversiones a la atención domiciliaria y al apoyo a las familias. En cuanto a las residencias se exhortaba en las ponencias y documentos que se ubicaran en entornos comunitarios para no alejar a las personas de sus lugares habituales de vida.
Por otra parte, en España fueron desarrollándose planes de adaptación de las residencias que se habían diseñado para personas sin necesidad de cuidados (denominadas de "válidos") para hacerlas accesibles arquitectónicamente a personas con necesidad de cuidados, que eran las que más demandaban este tipo de equipamientos. Así se desarrollaron las residencias "asistidas".

En cuanto a la disposición en estos centros de personal cualificado, fue percibiéndose también la necesidad de dotarlos de equipos profesionales con formación en geriatría y gerontología para cambiar la tónica dominante que seguía denotándose. Téngase en cuenta que en las ofertas laborales de puestos para trabajar en residencias, el perfil más demandado era el de personas que tuvieran experiencia en la gestión y trabajo en la hostelería...
- ¿Cómo valoras el papel de Inforesidencias.com durante estos 25 años y su apuesta por la calidad y la transparencia?
El papel de Inforesidencias.com lo valoro de manera muy positiva. Hay que tener en cuenta que el sector gerontológico en sus inicios apenas estaba regulado, que cada Administración o entidad decidía a su criterio dónde colocarlas, qué diseño arquitectónico y tamaño habría de adoptarse, qué perfiles profesionales habría que contratar y sus ratios correspondientes, qué formación debería ser exigible, cuál era el papel de las personas residentes, el de las familias, la comunidad, etcétera.
Como es bien sabido, el creador del portal, Josep de Marti, es licenciado en Derecho y fue de los primeros egresados en el primer máster de gerontología que se desarrolló en España, en la Universidad de Barcelona, dirigido por Ricardo Moragas. Además, aportaba a esta formación especializada su experiencia como inspector de centros y servicios de atención social de Cataluña.
Es sencillo colegir, a partir de su trayectoria, que en Josep de Martí se reunían una serie de circunstancias muy favorables para cumplir con éxito la misión que estaba llamada a desarrollar la empresa que se decidió a crear. Unía a una fuerte formación académica, la experiencia de su conocimiento directo de una gran diversidad de centros a lo largo y ancho de Cataluña.
Creo que todas las personas que venimos trabajando en el sector desde hace años somos acreedoras del trabajo realizado por Josep de Martí y su equipo. Y el sector residencial en su conjunto ha bebido y aprendido de la fuente de información de un portal que tanto ha significado para dar a conocer una problemática tan diversa y extensa como la que tiene que ver con las residencias.
Uno de los hitos fundamentales de Inforesidencias fue la decisión de comenzar a organizar sus viajes geroasistenciales, algo que algunos habíamos tenido la suerte de realizar varios años antes de la mano de la gran experta Astrid Lindström. Como siempre comentaba con Josep, podremos leer mucha literatura gerontológica y hablar con expertos, pero no hay aprendizaje mayor que el que se obtiene del conocimiento directo de la realidad en diferentes países y viajar a los mismos, aprendiendo de sus aciertos y errores...
- ¿Cómo imaginas el sector de la atención a mayores dentro de otros 25 años (en 2050)?
Estamos en un momento histórico totalmente diferente del que hemos venido comentando. Hoy en día nadie se cuestiona que la defensa de los derechos de las personas mayores, en especial cuando necesitan apoyos y cuidados de larga duración, no sea una prioridad; nadie defiende que ajustar la oferta de servicios a las preferencias y gustos de las personas mayores no sea necesario; todo el mundo declara en sus testimonios que tenemos que avanzar, tal como mandatan nuestra normativa y las recomendaciones internacionales, en la transformación del modelo de cuidados para que estos se ofrezcan de manera integral y personalizada.
Otra cosa es que a la hora de ponerlo en práctica se demuestre que, efectivamente, se entienden estos postulados y que se actúa con decisión para caminar hacia su consecución. Para ello hay que invertir suficientemente en los servicios que permiten la permanencia en el propio domicilio y, en cuanto a los alojamientos, que estos se perciban y, por tanto, se diseñen, desde el concepto "hogar" con fuerte vinculación comunitaria y siempre garantizando la atención sanitaria que se precise, valiéndose también de una tecnología que tiene que estar, del mismo modo, centrada en las personas.
Creo, en definitiva, que hemos iniciado un camino que no tiene vuelta atrás y que dentro de 25 años tendremos muchas opciones de atención para poder elegir la que mejor se adapte a nuestros deseos para tener una buena vida aunque precisemos ayuda técnica y profesional para ello.
Otro capítulo no menor para fijar en esa meta deseable es que la formación de las y los profesionales sea acorde a los valores del modelo AICP y que no se olviden los apoyos que requieren las familias cuidadoras, a las que hay que cuidar y ofrecer formación, acompañamiento y servicios de respiro.
En definitiva, contemplo el futuro con esperanza, sobre todo porque confío en la fuerza del movimiento de personas mayores que, cada vez será más nutrido y consciente de sus derechos, y desde nuestras reivindicaciones cuidaremos que este itinerario ya iniciado continúe en la línea correcta y con la financiación suficiente para no dejar a nadie atrás.
- ¿Te ves viviendo bien en una residencia dentro de unos años? ¿Cómo sería?
No me cuesta ningún trabajo hacer ese ejercicio futurible, que a menudo comparto, además, con mis amistades y familias. Yo creo que si alcanzo una edad muy avanzada y, sobre todo, si llegara a precisar cuidados de larga duración, tendré que abandonar mi casa (a la que tengo en gran estima). Eso pienso que será algo traumático, aunque esté preparada para ello.
Pero mantengo la esperanza de que iré a un lugar en el que tendré una buena acogida por parte de un equipo profesional con formación, que me ofrecerá las garantías para una buena atención y que, con los apoyos necesarios, pueda continuar desarrollando las actividades que dan más sentido a mi vida. Es decir, que se me facilitará que pueda cuidar y observar plantas con flor, escuchar música clásica, leer, escribir, recibir a las personas que más quiero (familia y amistades)... Que tendré en mi nueva casa las cosas que son o han sido más valiosas para mí a lo largo de mi vida y que se me facilitará el acceso fácil a los recursos de la comunidad a los que querré seguir estando unida (museos, tiendas, iglesias, teatros, asociaciones, peluquería...).
En definitiva, no temo ir a una residencia u otro tipo de alojamiento, sino que aspiro a poder elegir la que más se adapte a mis gustos y necesidades.
Pilar Rodríguez Rodríguez, filósofa, socióloga y gerontóloga, experta en servicios sociales y en el modelo de AICP, es presidenta de la Fundación Pilares.