Este año nuestra empresa, Shar Arquitectura cumple sus 25 primeros años. Durante todo este tiempo nuestra labor profesional ha estado principalmente centrada en el desarrollo de arquitectura sanitaria y sociosanitaria, hemos tenido la suerte de trabajar en proyectos muy interesantes y novedosos relacionados con la salud, el bienestar de personas mayores, discapacidad, menores, etc., pero si hay un tipo de proyecto en el que no hemos dejado de trabajar durante todos estos años ha sido en las residencias de mayores.
Desde las primeras residencias, de marcado carácter rural, en la provincia de Valladolid de hace casi treinta años, hasta las más recientes, que estamos empezando a estudiar en estos días, hemos vivido en primera persona cómo han cambiado los criterios de gestión y cómo está visión de la geriatría se ha ido traduciendo en un nuevo modelo arquitectónico, un modelo “vivo” que adaptándose de manera darwiniana, se ha enfrentado a crisis económicas, a la llegada de operadores internacionales, incluso a una terrible pandemia.
Evolución del modelo arquitectónico
Hace treinta años, los criterios que utilizábamos para la construcción de una residencia de mayores no daban respuesta al grado de exigencia en cuanto a la calidad de vida del mayor que tenemos actualmente. A pesar de que muchas normativas eran aún incipientes, ciertos conceptos eran los que en realidad creaban los espacios, como la normativa urbanística, la protección contra incendios, accesibilidad sin barreras arquitectónicas, calidad de las instalaciones, solidez, etc. A ello se unía una filosofía de gestión que ponía el foco en la acción social (en su mayoría por parte de congregaciones religiosas), en la visión de la vejez como una enfermedad a tratar sin tener en cuenta al mayor y su derecho a decidir sobre su propia vida o a criterios de gestión puramente enfocados en la eficiencia del personal.
Todo lo anterior daba como resultado arquitecturas institucionales, poco o nada pensadas para la calidad de vida del mayor.

Condes del Val (Madrid)
Es solo hace 15 años cuando empezamos a trabajar con gestores pioneros en otros modelos. Algunos operadores llegaron a la conclusión de que era necesario un cambio de paradigma a través de su experiencia en la gestión diaria, otros lo empiezan a entender por modelos que nos llegan de fuera, especialmente del norte de Europa.
Todos ellos tienen algo en común y es que por primera vez se empieza a hablar de poner a la persona mayor en el centro de esa ecuación multifactorial. Gana importancia lo que el mayor quiere, sin decisiones paternalistas o médicas, sobre lo que los demás piensan que puede ser mejor para él.

Emera Carabanchel y Emera Juan Bravo (Madrid)
Una nueva organización de espacios interiores, un nuevo tratamiento del entorno, e incluso una nueva imagen del edificio, son consecuencia de este nuevo enfoque.

Ortega y Gasset (Logroño)
Utilizando como base inicial únicamente estos tres conceptos, podemos hacer una aproximación a cómo las cosas han ido evolucionando en estos años:
- En relación a la imagen arquitectónica podemos decir que lo principal es que el edificio huye de la imagen de institución que tenía hasta este momento, ahora se busca la integración arquitectónica en el entorno. Frente a la idea de que el edificio nos tiene que recordar a un centro residencial o a un hospital, ahora se trataría de buscar una imagen más neutra, en consonancia con el espacio donde se ubica.

Amavir Haria (Lanzarote)
- En cuanto al encaje del edificio en el entorno, existen algunos conceptos que adquieren gran importancia, como es la interrelación con la población del entorno. Las residencias ya no deben ser centros cerrados, hiper protegidos, con rejas en las ventanas o vallados de tres metros.

Emera Juan Bravo (Madrid)
- Los mayores cambios que se proponen se producen en el interior de la edificación. Se trata de buscar espacios que fomenten los conceptos fundamentales del nuevo modelo, como son los de autonomía, capacidad de decisión, dignidad, y convivencia.

Camino de Olivos (Logroño) y Emera Carabanchel (Madrid)
A lo largo de los próximos meses compartiremos aquí nuestras reflexiones, donde expondremos pormenorizadamente cómo estos conceptos fundamentales que han ido evolucionando exigen dar una respuesta también desde el modelo arquitectónico a las nuevas necesidades que se plantean para la atención al mayor. Se trata ahora de inventar una máquina nueva.