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El impacto demográfico en el futuro global: preparativos y desafíos

Por Josep de Martí
miércoles 03 de julio de 2024, 17:04h
Josep de Martí, fundador de Inforesidencias.com.
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Josep de Martí, fundador de Inforesidencias.com. (Foto: JC/Dependencia.info)

Cuando hablo y escribo sobre envejecimiento me suelo centrar en los servicios residenciales, centros de día, ayuda a domicilio, etc… dirigidos a personas mayores dependientes. Me preocupa el hecho de que, cuanta más alta es la proporción de personas mayores sobre el total de la población, más difícil será encontrar a trabajadores para atender a quienes vivan en residencias. También me preocupa quién podrá pagar el coste de la atención.

Pero, el fenómeno del envejecimiento de la población global es algo que tiene y tendrá otros impactos económicos y sociales en las próximas décadas de grandísimo calado. Si las proyecciones actuales se cumplen, el año 2064 marcará un punto de inflexión histórico, siendo el primero en muchos siglos, quizás desde la época de la peste, en el que nacerán menos bebés que morirán personas. O sea que las tasas de natalidad caerán por debajo del nivel de reemplazo con implicaciones significativas para las economías de todo el mundo.

Cuando hablamos hoy de sociedades envejecidas solemos pensar en Euopa o Japón, en cambio en pocos años, la situación se extenderá a todo el mundo. En países como India, se anticipa que la tasa de natalidad caerá por debajo del nivel observado en Estados Unidos el año pasado. Incluso con políticas pronatalistas y de inmigración, la población de Estados Unidos solo verá un ligero aumento. Para el año 2100, el panorama será aún más crítico, ya que habrá menos migrantes disponibles para mitigar la disminución de la población. Se proyecta que la tasa de fertilidad mundial (cuántos hijos tiene una mujer durante su vida) se estabilice en 1.7, con solo unas pocas naciones del Pacífico y África reproduciéndose por encima del nivel de reemplazo.

Las grandes economías globales, inevitablemente, se enfrentarán a una crisis demográfica. El aumento de la factura de las pensiones y los costos sanitarios incrementará la presión fiscal. Con una reducción en la fuerza laboral y una menor generación de ideas, el crecimiento económico podría estancarse, mientras que la deuda pública se disparará. La gravedad de esta situación dependerá de la capacidad de los responsables políticos para mantener la disciplina fiscal, resistir la presión de una población envejecida y tomar medidas impopulares ahora para evitar mayores sufrimientos en el futuro.

Asia Oriental ya está sintiendo los efectos de esta transición demográfica. Corea del Sur, por ejemplo, ha experimentado una disminución de su población en los últimos cuatro años y esta tendencia continuará. Para el año 2036, el número de personas mayores de 65 años en Corea del Sur será el doble que el de aquellos menores de 18 años. China enfrentará una situación similar para 2040, mientras que Estados Unidos no lo hará hasta 2100.

El envejecimiento de la población también tendrá un impacto significativo en los presupuestos nacionales. Según el FMI, para 2050, los países ricos necesitarán destinar el 21% de su PIB anual a los ancianos, en comparación con el 16% en 2015. Este aumento se destinará en gran parte a pensiones y atención médica. Aunque la inteligencia artificial y los avances farmacéuticos pueden ofrecer algunas soluciones, es probable que estos avances también incrementen los costos.

El impacto exacto de esta transición demográfica dependerá de la rapidez con que las poblaciones envejezcan y de las expectativas que tengan sobre el estado. Corea del Sur, con un bajo nivel de deuda en relación con su PIB y una modesta promesa de pensiones, enfrenta desafíos menos severos en comparación con China, donde se proyecta que el fondo de pensiones estatal se agote para 2035 a menos que se tomen medidas drásticas. En Europa y Estados Unidos, las generosas pensiones y la creciente provisión de servicios sociales significan que enfrentarán desafíos similares, aunque un poco más tarde.

La sostenibilidad del endeudamiento gubernamental también será crucial. Las poblaciones envejecidas tienden a ahorrar más para la jubilación, lo que podría llevar a tasas de interés más bajas. Sin embargo, algunos economistas argumentan que el aumento del gasto por parte de los ancianos, impulsado por las ayudas gubernamentales, podría elevar las tasas de interés y dificultar la gestión de la deuda pública.

Hay varias medidas que los gobiernos pueden tomar para mitigar el impacto de esta transición. Una política monetaria creíble que asegure a los inversores que los excesos de gasto serán controlados es esencial. Además, reducir los déficits en anticipación a los desafíos futuros y ajustar las pensiones para reflejar la mayor esperanza de vida son pasos necesarios. El FMI estima que los gobiernos necesitarán aumentar la edad de jubilación en cinco años para fin de siglo para mantener la sostenibilidad fiscal.

Estas reformas, aunque impopulares, son esenciales para evitar mayores crisis en el futuro. La reticencia política a tomar medidas difíciles ahora solo exacerbará los problemas a medida que el voto de los mayores gane más peso. Las decisiones que se tomen hoy tendrán un impacto profundo en la capacidad de las futuras generaciones para disfrutar de una vida digna y segura.

El envejecimiento de la población también plantea cuestiones de equidad intergeneracional. Las generaciones jóvenes no solo enfrentarán una carga financiera mayor, sino que también tendrán que lidiar con un entorno económico más desafiante, donde la innovación y el crecimiento pueden ser más difíciles de alcanzar. La planificación a largo plazo y las reformas estructurales son esenciales para mitigar estos efectos y asegurar un futuro sostenible.

Además, la cooperación internacional será vital. Los países pueden aprender de las experiencias de aquellos que ya enfrentan estos desafíos, como Corea del Sur y China. Al mismo tiempo, las naciones más ricas deben prepararse para ajustes inevitables en sus economías y estructuras sociales. La preparación y la acción temprana serán la clave para navegar este cambio demográfico sin precedentes.

En resumen, el impacto demográfico en el futuro global presenta desafíos significativos, pero también oportunidades para redefinir y mejorar nuestras políticas y estructuras sociales. La clave estará en la planificación proactiva, la adopción de medidas difíciles pero necesarias, y la cooperación internacional para asegurar un futuro donde todas las generaciones puedan prosperar.

Para saber más:

https://www.lisanews.org/internacional/la-problematica-de-la-demografia-en-asia/

https://es.zenit.org/2024/03/22/el-invierno-demografico-tambien-llega-al-sur-de-asia/

https://www.iri.edu.ar/index.php/2023/04/19/india-en-la-transicion-demografica-global/

https://ddd.uab.cat/pub/worpap/1999/hdl_2072_365286/wpdea9906_r.pdf

Autor del texto Josep de Martí Vallés. Jurista y Gerontólogo. Fundador de Inforesidencias.

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En la redacción del caso se ha usado como apoyo Chat-gpt

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