El modelo de Atención Centrada en la Persona, conocido como ACP, ha permitido plantear una forma de cuidar en la que se prioriza a las personas mayores frente a los procedimientos organizativos de las instituciones. Se trata de un enfoque en el que se ha humanizado y mejorado de forma sustancial la calidad de vida de las personas atendidas en las residencias y centros de día.
Ahora, AMADE quiere ir un paso más allá e ir a un segundo nivel de la ACP. La doctora en Psicología y directora general de esta patronal madrileña, Inma Cerejido, ha explicado a Dependencia.info las líneas básicas de un modelo asistencial de Atención Centrada en la Conexión Emocional de la Persona (ACCEP)
Cerejido apunta que ya ha sido presentado en ponencia a sanitarios y subraya que la patronal ha firmado un acuerdo con el Club del Cuidador (iniciativa de Laboratorios INDAS) para empezar A trabajar en esta línea y que le llegue este nuevo modelo de atención a todos los centros y a todos los profesionales.
Este modelo está dirigido a las residencias y centros de día y a todos los cuidadores por eso se ha firmado el acuerdo con el club del cuidador para que empiece a incorporar este tipo de formación a todas las acciones que realiza. Se trata de un modelo teórico, no es un modelo comercial. Una metodología para tratar: "Si tú no conectas emocionalmente con las personas, se mueren de pena".
Un segundo nivel de la ACP
La directora general de AMADE, desde su conocimiento de la atención psicológica del individuo, define el nuevo modelo: "Es un segundo nivel de la ACP. No se trata tanto de que le preguntes a la gente si le gusta la sopa o el puré, que está muy bien que lo hagas, sino que realmente ayudes a que la persona deje de sentirse sola emocionalmente".
"En los centros es verdad que no hay soledad social, pero sí hay soledad emocional y esta es la que tenemos que trabajar desde la conexión", destaca, para añadir: "Cuando hablamos de conexión, hablamos de conectar a la persona para que sienta que su vida tiene sentido que no está ahí esperando la muerte". Explica que la aplicación de este modelo va a requerir de los profesionales dos grandes competencias: en primer lugar, hacer conexión emocional significativa con los mayores y, en segundo lugar, hacer gestión de las emociones.
Para que esto se pueda dar hacen un planteamiento profesional y han acuñado un nuevo término, que se llama "amor profesional" y es "ese trabajo de la atención a la persona donde se le hace sentir que es única y exclusiva y merecedora de un cuidado y de una admiración y respeto", señala Cerejido.
La psicóloga explica que eso va a significar que tenemos que trabajar en varias líneas y entre todas ellas está la de ayudar al residente a "hacer la narrativa que él hace de su propia vida, ayudarle a reconfigurar la narrativa que tiene de lo que ha vivido".
Implicar al familiar
Pero no solamente a él, también implican a sus familiares. "Implicamos a los familiares en el bienestar del mayor. El familiar no solamente puede venir a pedir información, sino cómo participar con ellos, cómo hacer para que esa persona no deje de formar parte de esa familia. Ayudar también a esta persona a conectar con lo que hace, lo que vive y con las nuevas relaciones que va a establecer", insiste.
En este nuevo modelo asistencial aparece también un concepto que es la construcción de un nuevo proyecto vital: "Cuando llegas a una residencia tienes que hacer un nuevo proyecto vital. Es una nueva etapa de la vida y requiere de un nuevo proyecto, como qué vas a hacer en este tramo de la vida y qué quieres hacer, desde trabajar sobre el legado o sobre las actividades terapéuticas que vas a realizar en el centro y las nuevas personas que te van a rodear".
Para terminar, Inma Cerejido resume: "Es un modelo que establece la diferencia entre soledad social y soledad emocional y que habla del concepto de amor profesional. El amor profesional tiene que estar como concepto, tiene que estar en todo aquel profesional que se dedica a la atención porque es hacer sentir al otro como único".