La Ley de Dependencia entró en vigor el 1 de enero de 2007. Un año después, la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales publicó su primer informe del Observatorio de la Dependencia mediante el cual “ponía nota” a cada comunidad autónoma según cómo estaba aplicando esa Ley. Lo hizo de una forma bastante transparente: estableció unos indicadores y se los pasó a cada comunidad, usando datos públicamente accesibles y obtenidos directamente de las administraciones.
Lo que ha hecho que el Observatorio de la Dependencia de la ADGSS se haya convertido en un referente indispensable en el sector geroasistencial ha sido su regularidad. Cada año, desde entonces, con un cambio de escala en 2015, hemos recibido “las notas” y hemos podido ver la reacción de las comunidades autónomas a las mismas.
Al principio, quien sacaba mala nota solía atribuir a la asociación alguna finalidad oculta o inconfesable. A lo largo del tiempo, en cambio, se ha ido viendo que no existe una relación directa entre el color político del gobierno de la comunidad y la nota que saca. Así, Castilla León, con gobiernos del PP durante los últimos años ha estado siempre entre el notable y el sobresaliente; Madrid ha ido alternando suspensos y aprobados hasta llegar en esta última edición al notable. Andalucía ha seguido estando entre el bien y el notable a pesar de haber cambiado el partido en el gobierno en las últimas elecciones; y el País Vasco se ha deslizado de un consolidado notable hasta un aprobado por los pelos este año.
Dos casos interesantes son las Islas Canarias y Cataluña. Las islas afortunadas parecen no serlo tanto en lo que a dependencia se refiere. En los catorce años en que se ha publicado el indicador, la nota más alta que han sacado es un 2,5 sobre 10 y la más baja un 0,4 (tres años seguidos). Ahora se encuentran en el 1,6.
Cataluña, aprobaba por los pelos hasta 2013. Entonces empezó a suspender y este año ha doblado su nota respecto al anterior pasando de un 1,4 a un 2,8.
¿Alguien se sonrojará en Canarias o Cataluña? La experiencia nos dice que no. El gobierno canario parece ser refractario a la crítica, el catalán más bien “desviatorio”. Estoy seguro de que los responsables en servicios sociales dirán que la culpa no la tienen ellos, sino que viene de fuera. Si alguien les dice que el suspenso aparece en un estudio que compara las 17 comunidades y que no todo es dinero (según el informe, en Cataluña el tiempo que pasa entre la solicitud de dependencia hasta que se recibe la prestación es de 580 días, cuando la media en España es de 400 y en Baleares, por ejemplo, es de 181), dirán que no se están comparando bien las cosas.
Como el informe se acaba de publicar, deberemos seguir las reacciones que se vayan haciendo públicas. Lo que este año llama la atención de la presentación de una forma especial es que la Asociación de Directoras y Gerentes también ha hecho una valoración de la aplicación del Plan de Choque de la Dependencia, que debería haber marcado un cambio radical en la aplicación de la Ley y la reversión definitiva de los recortes de 2011. Aquí el resultado tiene un sabor agridulce. Este plan debería haber servido para reducir en 60.000 las personas en lista de espera, o sea un 25,8%, sin embargo, sólo lo ha reducido en un 16,7% por lo que aún se tardaría, a este paso, cinco años en hacer desaparecer esa lista.
Parte de la causa radica en que, sorprendentemente y sin que se entienda muy bien por qué, en 2021, 76 millones del presupuesto de la dependencia quedó sin gastar. ¿Quiere eso decir que el plan de choque se ha estrellado? Sólo un poco. Quizás deberían aprender los gobernantes a lanzar las tracas no cuando anuncian un plan sino cuando, después de aplicarlo, pueden compartir los resultados del mismo. Celebro que hayan bajado las listas de espera, incluso, si pudieran asegurar que en cinco años se acaban del todo, firmaría ahora mismo.
En fin, gracias a la ADGSS por habernos iluminado un año más con su observatorio. Confieso, que de momento me he entretenido mucho con el resumen de 11 páginas. A ver si este fin de semana me atrevo con el informe completo.
Si (
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