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Arquitectura y Residencias: ¿Es la industrialización de la construcción "la panacea" para el mundo de las residencias?

Barcelona Housing Systems.
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Barcelona Housing Systems. (Foto: BHS)
Por César Ramírez
viernes 22 de octubre de 2021, 13:32h

La respuesta debería ser que si, pero todo en este mundo se debe medir bien antes de apuntarse a la corriente general. Muchos tienen puestas grandes expectativas en esta tendencia (casi moda) pero veamos un poco mejor la situación real.

Desde la perspectiva que me proporciona una dilatada experiencia profesional opino que el éxito en construcción se basa en el equilibrio de 3 componentes básicos: precio, plazo y calidad.

I.-Todos entendemos con facilidad el componente precio, porque se mide en dinero, aunque el precio de un edificio se compone de muchas variables que analizaremos ahora brevemente y a fondo mas adelante. En un mundo ideal sin costes financieros, permisos ni gastos jurídicos y regístrales se podría acotar el precio controlando muy bien esas tres variables: costes de proyectos, costes de construcción y costes de sus instalaciones y equipos.

II.-Tenemos más problemas en entender bien el componente calidad, porque tradicionalmente se sobrentiende que hablamos de calidades de acabados…, pero la calidad de un edificio va mucho más allá de lo que “se ve”, ya que elementos tan importantes para la experiencia (y bolsillo) del usuario como son el nivel de aislamiento térmico o acústico no se pueden ver, pero de ellos depende el nivel de calidad intrínseca o calidad global de un edificio; eso es mucho más difícil de apreciar a simple vista que las terminaciones de superficies o carpinterías, y sin embargo de ella depende en gran medida el éxito comercial del edificio a explotar cómo residencia.

III.-Donde todo el mundo se pierde es al tratar de comprender cómo funciona el componente plazo; es un hecho comúnmente aceptado que la duración prevista del proceso de construcción de un edificio SIEMPRE se va a incrementar. Pero es que el plazo depende de la productividad y por lo dicho anteriormente, si no hay equilibrio entre los 3 componentes básicos, los otros dos se resienten forzosamente…., luego precio y calidad también son dependientes de ella.

Resumiendo: si no mejora la productividad, no mejorarán ni el precio ni el plazo ni la calidad, y por consiguiente no podremos construir de forma económica y de calidad.

¿Porque ese declive? Hay muchas y variadas explicaciones, de orden climático, retrasos de suministros, huelgas, etc. pero la realidad es que la construcción es el único sector económico que en los últimas décadas ha perdido productividad: se construyen menos m2 por hombre y hora / día / mes o año que hace 50 años. ¿Como es eso posible?

Veamos lo ocurrido en Estados Unidos durante los últimos 70 años, que es equiparable a Europa.

En el gráfico adjunto se observa como hasta los años 70 la productividad en todos los sectores creció de forma parecida, pero a partir de ahi se aprecia un claro declive de la curva relacionada con la construcción. En pocas palabras: acabando el 1er cuarto del siglo XXI, estamos a los mismos niveles de productividad que a mitad del siglo XX.

¿Cuáles son las causas de ese deterioro? ¿Cómo puede ser que TODOS los demás sectores hayan crecido en promedio 3 veces su capacidad de hacer cosas y algunos como la agricultura se hayan podido organizar para ser 15 veces mas productivos?

Las causas son varias, y pasare a enumerarlas si ninguna pretensión de ser exhaustivo, porque varían en función de la geografía, la climatología, la burocracia y la riqueza de cada pais o ciudad.

Causas de orden social y ambiental

Lo que es evidente es que en la sociedad de la inmediatez y de la información instantánea, las actividades que dependen de la actuación física no son ni tan populares -ni tan cómodas- como las relacionadas con la actividad intelectual.

Una de las razones por las cuales la productividad ha disminuido es porque la gente preparada, con iniciativa, con ambición de mejora vital, hace décadas que se ha desentendido de implicarse físicamente en la actividad constructora. Levantarse muy pronto y aguantar las inclemencias del tiempo es algo muy poco apetecible para una sociedad cada vez más acomodada y alérgica al esfuerzo.

Solo han quedado los técnicos de grado medio o superior que por tradición, condicionamiento social, o por otras razones de tipo ambiental, “no se ensucian los zapatos” mas que lo justo en tareas de inspección y supervisión, pero nunca en labores productivas.

Pero este colectivo ya estaba dirigiendo las obrasen la época de las pirámides, o la Grecia clásica que le dio nombre a nuestra profesión: Arqui Tekton significa encima de trabajadores, luego es evidente que hay un desapego entre el personal técnico, y los operarios.

Desde mi humilde opinión, esa falta de personal cualificado, ambicioso e inteligente que anteriormente estaba “en el tajo” y que hace lustros ha desaparecido de nuestras obras de construcción, es una causa fundamental en esa baja productividad.

Causas de orden organizativo y logístico

Cuando yo empece a acompañar a mi abuelo por las obras, (un prestigioso arquitecto que fue colaborador y discípulo de Antonio Gaudi), los ladrillos se descargaban a mano de los camiones, pero antes se llevaban en carros y en según que ubicaciones, a lomos de mula.

Mi abuelo siempre me hacia observar que al apilarlos en los lugares de acopio, si el operario no tenía cuidado, algunos ladrillos se descascarillaban e incluso se rompían, y eso era un problema para el desarrollo posterior de la obra. “Ya se lo encontrarán” solía decirme.

De esa actividad absolutamente manual, se pasó al transporte en “volquetes” que permitían descargar toda la carga sin la actividad humana y simplemente se depositaban miles de ladrillos en una amalgama sin orden alguno, en que un alto porcentaje de las primeras hileras se rompía inevitablemente.

El lector se planteará: bueno, se rompen algunos ladrillos, pero se ha descargado mucho más rápido: ha sido más productivo, la realidad nos dice que lamentablemente no.

El proceso de descarga manual, pero diligente y bien programado permitía ir llevando los materiales a los distintos lugares donde iban a ser colocados, (los tajos) y ello aunque mucho más lento propiciaba el reparto equilibrado de materiales y lo que es más importante: no se volvían a mover hasta que se ponían es su posición definitiva.

Por el contrario, una montaña deforme de ladrillos en un lugar alejado de su posición final (para dar acceso al camión y darle posterior salida), implica muchos más movimientos internos de materiales.

Es decir que aun disponiendo de mejores herramientas, NO se logró aumentar la productividad en una de las operaciones más simples: el acopio de materiales. Pero es que la cosa fue a peor, a mucho peor. Por increíble que parezca al mejorar las herramientas, fue disminuyendo la productividad, en todas las partidas de obra.

La realidad es (otra vez desde mi modesta opinión) que la construcción tal como se entendía en la época de Roma, intensiva en mano de obra y a base de materiales de pequeño formato para ser manejados manualmente, se ha trasladado sin casi ningún cambio hasta nuestros días.

Por seguir con el ejemplo, Posteriormente se paletizaron los ladrillos y se usaron grúas para su izado. Eso si significa un serio aporte tecnológico…., pero las roturas (mermas) fueron en aumento y la productividad en descenso. Ello ha ido de mal en peor hasta nuestros días.

Y no hay otra solución que cambiar como se hacen las cosas para superar ese bucle. Ahí es donde aparece la construcción industrializada, como solución disruptiva al problema.

César Ramírez i Martinell, arquitecto y urbanista, fundador de BHS

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