La Legítima es un derecho personal y una obligación que tiene el Testador, al que se impide decidir sobre un parte de su herencia, que debe ser repartida entre determinadas personas -los legitimarios-.
Todo el mundo conoce que la Legítima da derecho a algunos familiares directos (padres, hijos o el cónyuge) sobre la Herencia de su padre, hijo o cónyuge; sin embargo es poco conocido que no es un derecho inexpugnable.
El derecho a la legítima se basa en las relaciones familiares, que se presumen asentadas en el afecto y los vínculos de protección, por lo que, cuando un heredero legitimario incurre en una conducta censurable, la Ley permite al testador que le prive de su derecho a la Legítima.
Puede pues quitarse la Legítima a un heredero en determinadas circunstancias, por ejemplo, si el heredero maltrata al testador, o si incumple gravemente los deberes conyugales, o si calumnia al testador acusándolo de actos que pueden ser delictivos, o si hay ausencia manifiesta y continuada de relación familiar entre el testador y el legitimario, por culpa exclusivamente de este último.
Para que un heredero pierda su derecho a la Legítima por alguna de estas causas, debe estar expresamente desheredado en el Testamento, donde deben relacionarse y argumentarse los motivos. El desheredado puede impugnar la desheredación y acudir al Juez para que valore la realidad de las causas alegadas.
La Ley también prevé la posibilidad de la reconciliación entre el desheredado y el testador, lo que dejaría sin efecto la desheredación del testamento, pero para ello es importante que el perdón se realice de modo expreso y que conste en un documento público.
Sonia Frouchtman Lang, de Bufete Escura