El Documento Marco de Recomendaciones para el control de las Infecciones Respiratorias Agudas (IRAs), aprobado este miércoles por la Comisión de Salud Pública, incorpora diversas indicaciones específicas para las residencias de personas mayores, cuya aplicación dependerá de la intensidad de los contagios.
Entre las medidas generales se mantiene la recomendación de utilizar mascarilla siempre que existan síntomas y, de manera particular, cuando se acuda a hospitales y residencias.
Dentro del conjunto de acciones previstas para todos los escenarios, el documento subraya la revisión de los planes de contingencia en centros sanitarios y sociosanitarios, con el objetivo de asegurar la continuidad asistencial, una ventilación adecuada y el cumplimiento de las normas de higiene respiratoria y de manos.
En el nivel de situación interepidémica o basal, se mantienen las recomendaciones generales, incluida la indicación de uso continuado de mascarilla por parte de trabajadores sintomáticos en centros sociosanitarios. En este mismo nivel, el texto recuerda que las residencias deben seguir las directrices recogidas en la Guía de actuación para la prevención y el control de brotes de infecciones respiratorias agudas en centros residenciales de personas vulnerables (2023), que refuerza la protección en estos entornos y contempla medidas como que los empleados con síntomas lleven mascarilla de manera continuada o que las personas sintomáticas eviten las visitas.
En el escenario de epidemia de nivel bajo o medio, el plan mantiene la recomendación de que los trabajadores de centros residenciales utilicen mascarilla de forma continuada en caso de presentar síntomas. Además, en estos centros se podrán adoptar medidas adicionales si se detecta transmisión interna.
1.- Uso de mascarilla ante síntomas
Se recomienda utilizar mascarilla siempre que haya síntomas y, especialmente, al acudir a residencias.
2.- Revisar planes de contingencia
Las residencias deben revisar sus planes de contingencia para garantizar continuidad asistencial, ventilación adecuada e higiene respiratoria y de manos.
3.- Escenario interepidémico o basal
3.1. Mantener las recomendaciones generales.
3.2. Trabajadores sintomáticos deben usar mascarilla de forma continuada.
3.3. Seguir la Guía de actuación para la prevención y el control de brotes de IRAs en centros residenciales de personas vulnerables (2023).
3.4. Las personas sintomáticas deben evitar las visitas.
4.- Escenario de epidemia de nivel bajo o medio
4.1. Continuar con el uso de mascarilla por parte de trabajadores sintomáticos.
4.2. Se pueden aplicar medidas adicionales si se detecta transmisión dentro del centro.
5.- Escenario de epidemia de nivel alto
5.1. Recomendación de mascarilla también para personas vulnerables en espacios cerrados con ventilación insuficiente.
5.2. Revisión de la política de visitas.
6.- Escenario de epidemia de nivel muy alto
6.1. Posibilidad de que las autoridades establezcan medidas excepcionales específicas para residencias.
6.2. Coordinación extraordinaria entre territorios.
7.- Alta transmisión general en la comunidad
Se recomienda mascarilla siempre que se acuda a centros sociosanitarios, como las residencias.
Esta recomendación será gradual y dependerá de la evolución epidemiológica.
Cuando la situación alcance un nivel alto, las residencias deberán extender la recomendación del uso de mascarilla a las personas vulnerables en espacios cerrados que no cuenten con una ventilación adecuada. En este mismo escenario, también se prevé la revisión de la política de visitas para reforzar la prevención en momentos de alta circulación viral.
En un nivel muy alto de riesgo epidemiológico, las autoridades sanitarias podrán acordar medidas excepcionales dirigidas al control de la transmisión en contextos especialmente sensibles, entre ellos los centros residenciales, dentro de la coordinación extraordinaria prevista entre los distintos territorios.
Finalmente, el plan recuerda que en momentos de alta transmisión se recomienda el uso de mascarilla siempre que se acuda a centros sanitarios y sociosanitarios, manteniéndose como una indicación general, gradual e incremental según la evolución de la epidemia, sin convertirse en una obligación.