Ejercicios terapéuticos, técnicas de rehabilitación y actividad física personalizada son algunas de las dinámicas que se engloban en el concepto de fisioterapia, cuyo Día Mundial se recuerda cada 8 de septiembre. Así lo explica Pilar Martínez, fisioterapeuta en la residencia de mayores Bouco Madrid Valdemarín, quien subraya la relevancia de esta disciplina para las personas mayores. Según señala, se traduce en “una rutina diaria en el que se vela por garantizar una vida activa saludable y una movilidad funcional, siempre teniendo en cuenta la situación física y cognitiva basal de cada uno de los residentes”.
Desde otra residencia en Collado Villalba, su compañero Juan López sintetiza de forma gráfica cuál es el propósito principal de su labor: “rehabilitar dentro de las posibilidades y mantener su estado físico”. Pilar Martínez añade que su trabajo no se limita a lo físico, ya que también influye “en la empatía, el buen trato y la implicación para con los mayores y familiares”. Además, recuerda que la fisioterapia interviene en la recuperación —parcial o total— tras patologías o intervenciones quirúrgicas que afectan a la movilidad, la percepción, la cognición y la función motriz.
Los centros de mayores de emeis desarrollan programas de rehabilitación traumatológica especializados en patologías de cadera, prótesis de rodilla o fracturas de muñeca. A través de ellos se trabaja la movilidad de las extremidades, el equilibrio tanto en sedestación como en bipedestación, la coordinación del movimiento y la propiocepción, junto con estiramientos y ejercicios de fortalecimiento global o específico según cada caso. También se entrenan y estimulan las transferencias y el patrón de la marcha, con o sin ayudas técnicas.
La fisioterapeuta de Bouco destaca los efectos positivos que estas intervenciones generan en la salud y la calidad de vida de los residentes:
Favorece la socialización con otros compañeros y con los trabajadores.
Mejora la movilidad y los rangos articulares de movimiento activo.
Refuerza la confianza en sí mismos.
Impulsa la independencia en traslados y desplazamientos, adaptados a cada necesidad y con las ayudas técnicas pertinentes.
La práctica en grupo contribuye a establecer rutinas beneficiosas para el bienestar físico, cognitivo y emocional.
Fomenta el sentido de pertenencia, la responsabilidad compartida, el trabajo en equipo y una comunicación eficaz.
La fisioterapia también es esencial en la recuperación individualizada después de intervenciones traumatológicas, periodos de encamamiento prolongados o ingresos hospitalarios. Asimismo, resulta fundamental en patologías neurológicas como ictus y enfermedades degenerativas como el Parkinson, las distrofias o la esclerosis.
En estos casos, explica Pilar Martínez, el primer paso es una evaluación completa que permita marcar objetivos claros. Y subraya que “la comunicación fluida con el residente (según nivel cognitivo) y con los familiares es vital para poder garantizar la evolución satisfactoria de la patología neurológica. A veces ciertas patologías se recuperan, en otros casos se ralentizan y en otros el transcurso de la patología es inevitable, pero sí podemos intentar que el empeoramiento sea lo menos traumático posible tanto para el residente como para la familia”.
Los fisioterapeutas de emeis recuerdan que la prevención es clave y recomiendan a la población en general:
Mantener un estilo de vida activo.
Incorporar estiramientos, caminatas y una dieta equilibrada en la rutina diaria.
Respetar pausas cortas durante la jornada laboral y priorizar un descanso reparador por la noche.
Cuidar la ergonomía postural en el entorno de trabajo.
Detectar signos de patologías músculo-esqueléticas derivadas de movimientos repetitivos o posturas mantenidas y, una vez identificadas, acudir a fisioterapia para corregir debilidades y mejorar la higiene postural.
Pilar Martínez concluye que el uso de herramientas digitales, como vídeos explicativos, aplicaciones de seguimiento o incluso la realidad virtual, puede ser útil tanto para mayores como para adultos más jóvenes.
Estos recursos, apunta, ayudan a consolidar rutinas preventivas y saludables que no solo reducen el riesgo de accidentes, sino que también favorecen el bienestar físico y general de las personas.