El 82% de los españoles entre 65 y 84 años prefiere envejecer en su propia casa antes que trasladarse a otro tipo de viviendas o a una residencia para mayores, según un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). La cuestión es si, atendiendo a las circunstancias económicas y sociales predominantes en España a día de hoy, una persona mayor puede realmente decidir dónde vivir.
Ante esto, el Consejo Español para la Defensa de la Discapacidad y la Dependencia (CEDDD) y la Fundación Alicia y Guillermo han celebrado la tercera edición de la jornada 'Decidiendo Nuestro Futuro' que, con el patrocinio de Pensium y Qida, ha reunido a expertos y profesionales para debatir sobre los modelos de vida y cuidados en el siglo XXI, así como las diversas formas de vivir esta etapa vital.
En este sentido, al fundador de Inforesidencias.com, Josep de Martí, que ofreció la ponencia inaugural bajo el título 'Sardinas y salmones', según la cual, "las personas que podemos necesitar una residencia somos como sardinas porque nos movemos en grupos y tenemos un comportamiento predecible determinado por la necesidad". Por el contrario, "las personas que son susceptibles de vivir en un cohousing o senior living hace algo que no es lo que hace todo el mundo basándose en sus preferencias y capacidad adquisitiva. Es consciente de que puede elegir y elige y eso hace que se parezca más a un salmón nadando contra-corriente".
El responsable del portal buscador de residencias aseguró que con todas las opiniones vertidas ha quedado de manifiesto que "cada vez las personas mayores son más diversas, más exigentes, con capacidad económica y más conscientes de que pueden llegar a tener lo que quieren". "Las formas alternativas de vida no son una necesidad, son una preferencia", afirma.
Esto, opina, quiere decir que "por un lado está la responsabilidad de aquellos que quieren generar su propio futuro, con la posibilidad de crear cooperativas u otras iniciativas" para vivir, "pero también es una oportunidad para la iniciativa privada de crear modelos de vida en los que una persona pueda superar los retos que suponen la soledad, el aburrimiento y el sentimiento de inutilidad, ya sea en un entorno urbano o rural".
Josep de Martí cree que también hay que destacar la importancia que tiene el "planificar, tanto la vida de las personas como su economía, viendo que esto puede ser algo caro", y cómo "las administraciones tienen igualmente la posibilidad de ser innovadoras creando modelos interesantes para las personas y ver si éstas pueden experimentar y generar iniciativas que puedan ser generalizables".
El responsable de Inforesiencias.com concluía al finalizar la jornada: "La clave es estamos hablando de una forma de vivienda o de una forma de vida, pero salgo contento porque vemos que cada vez hay más iniciativas, más diversidad y nadie se verá obligado a vivir de una manera que no quiere".
No lo tiene tan claro Albert Campabadal, presidente de CEDDD, que opina que, "de alguna manera, lo que queremos está muy condicionado por la parte económica". "Aquí hay un binomio: dónde quiero vivir y dónde puedo vivir. Y a veces, dónde queremos vivir no nos lo permite la economía".
El máximo representante del Consejo Español para la Defensa de la Discapacidad y la Dependencia cree que "lo ideal sería que la Administración tuviera fórmulas, como hay en otro países, para que las personas mayores puedan elegir dónde vivir". "Aquí en España todavía no podemos elegir, ni muchísimo menos, dónde queremos vivir cuando nos hacemos mayores", sentencia.
En la misma línea se expresaba Mar Ugarte, vicepresidenta ejecutiva de CEDDD, sobre si las personas mayores pueden vivir donde quieren vivir: "No, pero es verdad que cada vez tenemos más capacidad de decisión". Recordaba que "estamos en una generación en la que la pensión media, de unos 800 euros, no lo permite, pero la generación del babyboomer, en la que vamos a entrar en unos años, que hemos trabajado y hemos cotizado, tendremos una pensión de 2.000 euros y podremos decidir".
Apuntaba que "somos otra generación y estamos, lógicamente, demandando otras cosas, con más exigencias y otra calidad de vida".
Por su parte, Lola Carbonell, directora ejecutiva de la Fundación Alicia y Guillermo, que se ha mostrado muy satisfecha por la acogida que ha tenido la jornada porque en esta edición ha llegado no solo a los técnicos, también a las personas mayores, apuntaba que "hay muchos factores que pueden influir a la hora de elegir dónde queremos vivir", pero tiene claro que "con ayudas sí podríamos elegir porque uno de los principales problemas es el económico".
Y si el económico puede ser uno de los problemas, se pusieron sobre la mesa algunas soluciones, entre las que destacó la opción de Pensium, fórmula con la que se puede pagar la residencia de ancianos con el anticipo del alquiler de la vivienda. Su presidente, David Igual, apuntaba al respecto de si estamos preparados para esta situación del BabyBoom: "Hemos oído muchas veces cómo se van a pagar los gastos de las pensiones, pero pocas veces cómo vamos a pagar los gastos de la dependencia con todo lo que viene".
Y añadía: "Todo lo que viene es que en 2050, el pico más alto, vamos a tener 2,5 millones de personas con dependencia". Por esta razón subrayaba que vemos como las administraciones debaten sobre el modelo, los ratios, las habitaciones, pero no hay una auténtica discusión sobre cómo se va a pagar todo esto".
"La administración llega hasta dónde puede y para el futuro, lo que nos están anunciando es que no sabe si va a alcanzar a pagar todo esto en un modelo que es garantista", señalaba David Igual, que era muy claro al afirmar que el sector de la Dependencia tiene que hacerse mucho más fuerte, mucho más profesional, utilizar todos los recursos posibles, entre ellos los recursos públicos, pero también, y sobre todo, probablemente, los recursos privados para que mediante una combinación público-privada pueda dar servicio a las necesidades que van a tener las personas en el futuro".
En este punto, tiene sentido una fórmula como la de Pensium: "El 80% de la riqueza de las familias está en el patrimonio inmobiliario... la mayoría de las familias tiene una vivienda, ese es su patrimonio, y nuestra propuesta es que lo utilice para pagar los gastos derivados de la Dependencia... como se va a una residencia, nos deja la vivienda, la ponemos en alquiler y con este alquiler se paga todo".
Por su parte, una solución de cuidados a domicilio es Qida, la tranquilidad de contar con una cuidadora profesional, con un seguimiento experto, humano y cercano que aconseja según las necesidades de la persona a cuidar. Ariadna Puig, directora de prevención y crecimiento de esta empresa, señalaba que "el factor humano es el pilar fundamental". Algo, apuntaba, que no puede cambiar nunca junto a "una atención personalizada" y "cuidar de los que cuidan".
Sobre hacia dónde vamos, Puig apuntaba que lo importante son los "nuevos modelos de financiación" porque "en los últimos cinco años, el coste del cuidado en casa han crecido un 40% y las pensiones están lejos" de cubrir este gasto. Apuntaba igualmente al "factor tecnológico", como soporte que nos puede ayudar a "monitorizar a las personas en el domicilio, a anticiparnos y a generar información y alertas necesarias".
Y un tercer aspecto, incidía Puig, es "la atención coordinada ante necesidades complejas de una persona". "Tanto salud como social, los recursos privados y públicos trabajen ante un mismo plan", indicaba la responsable de Qida.