Opinión

Aún más sobre prescripción de medicamentos a residencias: Ahora Cantabria y Cataluña

Josep de Martí, fundador de Inforesidencias.com (Foto: JC/Dependencia.info).
Josep de Martí | Lunes 24 de febrero de 2025

El 6 de febrero desayunamos con otra noticia que confirma algo que llevamos intuyendo desde hace un tiempo: las comunidades autónomas vuelven a ser creativas en la gestión de la administración de medicamentos en residencias. En Cantabria, las residencias rechazan los cambios que plantea Sanidad en el reparto de farmacia (noticia aparecida en el Diario Montañés), mientras que en Cataluña el recientemente publicado Decreto 15/2025 obliga a que los sistemas personalizados de dosificación (SPD) solo puedan ser servidos por farmacias del área básica de salud correspondiente a la residencia que los recibe.

La pregunta es inevitable: después de tantos años, ¿cómo es posible que aún no se haya diseñado un sistema homogéneo que funcione para todas las residencias?

Hace unos meses escribí sobre la aplicación de una normativa europea que complicaba aún más un sistema ya de por sí peculiar. Explicaba cómo, en la práctica, la administración de medicamentos en residencias ha funcionado a través de un equilibrio entre la teoría y la realidad. En teoría, los residentes son ciudadanos como cualquier otro: pueden acudir al centro de salud, obtener su receta y recoger sus medicamentos en cualquier farmacia. En la realidad, la gran mayoría de residencias cuentan con médicos propios que recetan medicamentos, y a través de acuerdos no escritos con los centros de salud y farmacias, se han creado sistemas de suministro que permiten que los residentes reciban su medicación sin mayores contratiempos.

Estos sistemas suelen implicar un mecanismo de 'adelanto' de medicamentos. El médico de la residencia indica la medicación necesaria, la farmacia la suministra de inmediato y posteriormente se generan las recetas oficiales para regularizar la dispensación. Este procedimiento, aunque eficaz, se encuentra en una zona gris legal que, en lugar de resolverse de manera uniforme, sigue dando pie a soluciones parcheadas por parte de cada comunidad autónoma.

El caso de Cantabria es un ejemplo claro. La intención de Sanidad de modificar el reparto de medicamentos ha generado rechazo entre las residencias, que ven peligrar un sistema que, aunque imperfecto, les permite garantizar la atención a sus residentes. En Cataluña, el nuevo decreto añade otra capa de complejidad al establecer que los SPD solo puedan ser suministrados por farmacias de la misma área básica de salud, limitando aún más la flexibilidad del sistema.

Si bien es comprensible que cada comunidad busque adaptar el modelo a sus necesidades, lo llamativo es que, tras décadas de funcionamiento, no se haya logrado establecer un sistema generalizado que garantice seguridad, eficacia y operatividad para todos. En lugar de eso, seguimos asistiendo a 'invenciones' administrativas que no hacen sino complicar más la gestión diaria en las residencias.

Cada cierto tiempo, alguna comunidad intenta regularizar el sistema con decretos y normas que terminan generando más preguntas que respuestas. Andalucía tuvo que llegar hasta el Tribunal Supremo para validar su Decreto 512/2015 sobre prestación farmacéutica en residencias. La Comunidad Valenciana desarrolló un sistema llamado ResiEquiFar que terminó archivado. Cataluña lleva desde 2017 con un modelo de atención farmacéutica que sigue sin aplicarse completamente.

A estas alturas, cabría preguntarse si realmente existe la voluntad de resolver este problema de manera integral o si nos hemos resignado a convivir con soluciones improvisadas y parches regulatorios. Incluso cabría preguntarse si estamos verdaderamente ante un problema que hay que solucionar o sería mejor dejar las cosas tal como están. Al fin y al cabo, no parece éste un obstáculo para que los residentes reciban la medicación a que tienen derecho.

A pesar de ello, me temo que las residencias seguirán enfrentando cambios y adaptaciones según la comunidad en la que se encuentren, con las consecuentes dificultades para garantizar un servicio homogéneo y eficiente. Mientras tanto, en la práctica, se seguirá haciendo lo necesario para que los residentes reciban su medicación a tiempo, aunque para ello haya que seguir simulando que las cosas funcionan de otra manera.

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