El 14 de diciembre de 1990, la Asamblea General de las Naciones Unidas, a través de la resolución 45/106, designó el 1 de octubre Día Internacional de las Personas de Edad con el objetivo de promover políticas y programas públicos centrados en las personas mayores para que permanezcan mucho más tiempo activas dentro de la sociedad.
Para este año, la ONU ha escogido como lema “Envejecer con dignidad: reforzar los sistemas de atención y asistencia a las personas mayores en todo el mundo”, por los siguientes motivos, según señala en su propia página web:
“El envejecimiento de la población está transformando las estructuras sociales de todo el mundo. La esperanza de vida al nacer supera actualmente los 75 años en la mitad de los países del mundo, 25 años más que en 1950. Para 2030, se prevé que el número de personas mayores supere al de jóvenes en todo el mundo, y que este aumento sea más rápido en los países en desarrollo. Este cambio demográfico ha transformado significativamente el ámbito de los cuidados, que engloba una amplia gama de necesidades de asistencia, tanto remunerada como no remunerada, en entornos formales e informales.
A medida que la población envejece, la demanda de servicios integrales de atención sanitaria, cuidados y apoyo social ha crecido sustancialmente, sobre todo para las personas mayores con enfermedades como la demencia.
Por este motivo, la 34ª conmemoración del Día Internacional de las Personas de Edad de las Naciones Unidas se centra en el tema "Envejecer con dignidad: reforzar los sistemas de atención y asistencia a las personas mayores en todo el mundo".
Cuelga igualmente la ONU en su web un video de la Organización Mundial de la Salud con el que conmemorar este día del que extraigo el texto por su interés:
La buena salud añade vida a los años
En todo el mundo, las personas viven cada vez más tiempo.
A mediados de este siglo, 2000 millones de hombres y mujeres serán mayores de 60 años.
PODRÍA PENSARSE…:
Que las personas mayores no pueden valerse por sí mismas…;
Que las personas mayores no pueden hacer cosas nuevas en el trabajo;
O divertirse
Las personas mayores no son atractivas
Las personas mayores deben aceptar la enfermedad como parte de la vejez
EL MUNDO ESTÁ CAMBIANDO Y LOS ESTEROTIPOS NOS IMPIDEN AVANZAR
¿Qué podemos hacer?
Adoptar hábitos saludables en etapa temprana
Mantener a las personas mayores en el seno de la familia y la comunidad
Entender las necesidades de las personas mayores y planificar en consecuencia; proporcionar una atención de salud de buena calidad y asequible
EN LAS SOCIEDADES DONDE LAS PERSONAS MAYORES VIVEN BIEN, TODOS SALEN GANANDO
Creo que hay un mensaje en este pequeño video que es de plena actualidad: lo viejo frente a lo nuevo, y no me refiero a la edad, sino a cómo concebimos la capacidad de las personas mayores, capacidad superior en la mayoría de los casos a la que el resto presuponemos.
Así, comparto plenamente, y en más de una ocasión sigo cayendo torpemente, en el peso de los estereotipos que nos llevan a mantener en nuestra mente ideas limitantes sobre la capacidad de las personas mayores tal y como señala la OMS: Que las personas mayores no pueden valerse por sí mismas…; que las personas mayores no pueden hacer cosas nuevas en el trabajo; o divertirse; que las personas mayores no son atractivas; o que las personas mayores deben aceptar la enfermedad como parte de la vejez…
Por el contrario, frente a estas ideas limitantes, me creo que hay otra mentalidad impulsada principalmente por ellos mismos, las personas mayores, y que puede ser sometida a “prueba” para demostrar que es real y es que:
Es ahí donde creo que con este video la OMS nos invita a todos a una reflexión cuando nos dice ¿Qué PODEMOS HACER?, al tiempo que ella misma da una serie de recomendaciones para diferentes destinatarios:
Es en esta última recomendación, la de ”Proporcionar una atención de salud de buena calidad y asequible”, en la que creo que merece en un día como hoy detenerse en base al lema escogido por la ONU (“Envejecer con dignidad: reforzar los sistemas de atención y asistencia a las personas mayores en todo el mundo”), lema que jurídicamente encuentra su encaje en nuestra Constitución Española en el artículo 10.1 (dignidad de las personas como fundamento del ordenamiento político y de la paz social) y en el artículo 43 en el que se reconoce el derecho a la protección de la salud.
Pues bien, no sin antes hacer explícito el reconocimiento a todo el personal sanitario por mostrar diariamente su profesionalidad con las personas mayores (aun en las situaciones más extremas), si acudimos al “Informe Nacional de Salud de 2023” elaborado por el Ministerio de Sanidad hemos de resaltar los siguientes datos:
Referido a la asistencia sanitaria por especialidades, según el “Informe Oferta y Necesidad de Médicos Especialistas en España 2023-2035”, editado en abril de 2024 por el Ministerio de Sanidad y elaborado por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria sabemos los siguientes datos (profesoras Dª Patricia Barber Pérez y Dª Beatriz González López-Valcárcel):
Referido a enfermería, en los citados informes consta que en 2021 la tasa era de 631 por 100.000 habitantes, de las más bajas de los países europeos. También se señala que el 77,9% del personal de enfermería del Sistema Nacional de Salud trabaja en hospitales frente al 19,5% en atención primaria, lo que supone una ratio en atención primaria de 0,7 de personal de enfermería por cada 1.000 habitantes.
Los datos anteriores traducidos en nuestro día a día, conllevan que muchas personas mayores tengan que esperar días para ser atendidos en consulta, para ser visitados en su domicilio por el servicio de enfermería, y lo que es peor, el que dentro de unos años si no se adoptan soluciones estructurales el problema se agrande al aumentar el número de personas mayores.
Estas “disfunciones” alcanzan su grado máximo en el ámbito rural y en centros residenciales, ámbitos que tienen como denominador común el sufrir, aun en mayor grado, la falta de personal a pesar del esfuerzo denodado de los sanitarios.
Con esta realidad, pese al camino recorrido, creo que aún queda mucho por hacer si de lo que tratamos es de reconocer la efectividad del derecho a la protección de la salud de las personas mayores en un país que envejece día a día de forma exponencial.
Dicen los expertos que son necesarios tanto un plan de incentivos dirigido a la medicina familiar y comunitaria, como cambios normativos; igualmente señalan que algunas medidas ya se han puesto en marcha tales como ampliar de forma voluntaria y remunerada la edad de jubilación, acelerar las homologaciones de títulos de terceros países, etc.
Particularmente, confieso que me daría con un canto en los dientes si Estado y Comunidades Autónomas pusieran conjuntamente unas firmes bases por las que disponer de una planificación en materia de recursos humanos tanto en medicina como en enfermería capaz de atender la demanda sanitaria en tiempo y forma de una población muy envejecida tanto en el ámbito urbano como rural, tanto en el ámbito domiciliario como residencial (¡que también es domiciliario!).
El lenguaje de los números nos señala por dónde comenzar: según el informe “Estado de la salud en la Unión Europea, España, Perfil sanitario 2023” publicado por la Comisión Europea, en España el porcentaje de financiación pública destinado a sanidad asciende al 71,6 %, es muy inferior a la media de la UE del 81,1 %.
Es por ello que, reproduzco la conclusión a la que llegan las citadas profesoras con el deseo de que llegue a todos nuestros gobernantes, y es que “Los recursos humanos para la salud deben estar en la agenda política y abordarse con perspectiva de largo plazo, promoviendo pactos en los parlamentos y consenso político […]”, prioridad que, ¡cómo no!, también tiene que traducirse presupuestariamente.
Eduardo Ortega, EO Abogados, Derecho de Mayores