En la actualidad podemos observar cómo los modelos de vivienda van cambiando y son cada vez más variados…Senior Living, Cohousing, apartamentos con servicios. Si nos detenemos a pensar el por qué y el para qué nacen estas nuevas opciones de alojamientos, a reflexionar sobre las motivaciones que las impulsan, y si son o no buenas alternativas para el envejecimiento… tenemos que pararnos y realizar un análisis del ecosistema.
Decía Brofenbrenner, psicólogo y autor de la teoría ecológica del desarrollo humano, que entendía el entorno como un conjunto de sistemas que se relacionan entre sí ejerciendo influencia sobre las personas: “Ninguna sociedad puede sostenerse por mucho tiempo, a menos que sus miembros hayan aprendido las sensibilidades, motivaciones y habilidades involucradas en ayudar y cuidar a otros seres humanos”.
Entonces si el entorno es de especial importancia para el ser humano… ¿qué ocurre en el caso de uno de los espacios en los que el ser humano pasa la mayor parte de su tiempo, es decir, la vivienda?
En palabras de Gaston Bachelard: “La casa es nuestro rincón del mundo; es nuestro primer universo. Es realmente un cosmos compuesto de imágenes del ‘espacio feliz’, es decir el conjunto de imágenes sencillas pero profundas, asociadas a los ‘espacios amados’ para cada uno”. Por tanto, el hogar se constituye como la base sobre la cual construir el bienestar social, físico y psicológico de las personas.
A partir de este análisis, y viendo como la vivienda constituye la base sobre la que se construye el bienestar, detengámonos un momento para entender a qué nos referimos con bienestar y su relación con el envejecimiento. Existen dos grandes enfoques: uno relativo al placer, al que denominan bienestar hedónico, y otro relacionado con el desarrollo del potencial humano, el bienestar eudaimónico.
El primero, el hedónico, hace referencia a la satisfacción con la vida, a la búsqueda del placer y la evitación del dolor, y en este caso el bienestar se considera un estado, un sentimiento y la experimentación de la satisfacción. El segundo, el bienestar eudaimónico, se considera un proceso que consiste en el funcionamiento óptimo, en el máximo desarrollo personal o también llamado autorrealización e incluye la satisfacción de tres necesidades psicológicas básicas comunes a todas las personas. Estas necesidades son: La necesidad de vinculación (sentimientos de cercanía y conexión con otras personas), la competencia (sentimientos de valía y capacidad para asumir desafíos) y la autonomía (ser personas activas, que se sienten responsables para la toma de decisiones y para el control sobre las consecuencias de lo que deciden en su propia vida) (Ryan y Deci, 2001).
Por tanto, el bienestar hedónico o subjetivo está centrado en el individuo y el eudaimónico es aquel bienestar que se obtiene de la relación entre el individuo y la conexión con otras personas.
Si observamos estas variables en la generación de los baby boomers, aquellos nacidos entre 1958 y 1975 que han sido protagonistas de importantes cambios sociales, económicos y tecnológicos, vemos que a pesar de los desafíos vividos son personas que han demostrado resiliencia y una gran capacidad de adaptación, con un nivel de satisfacción con la vida alto, que se caracterizan por ser comprometidos, y que su tendencia es a funcionar en grupos más que individualmente. Buscan los placeres sencillos, el compañerismo y los detalles tanto en lo emocional como en lo material.
Conociendo estas premisas y sabiendo que esta generación se ha jubilado o está jubilandose ¿Qué les puede aportar a ellos estos nuevos modelos de vivienda?
Las formas como el Senior Living o los apartamentos con servicios son muy buenas alternativas para ellos porque les permiten disfrutar de un envejecimiento activo y saludable compartiendo intereses y gustos con personas de su misma edad y con un nivel socioeconómico y cultural parecido. Les ofrece una opción de vida compartida y flexible, ya que cada uno tiene la libertad de elegir sus tiempos para estar solo y/o estar acompañado. Y poder acceder a servicios de ocio, entretenimiento y salud adaptado a sus intereses y necesidades.
Estas nuevas formas de vivienda les permiten desarrollar proyectos de vida integradores y estimulantes que mitigan aspectos que son necesarios atender durante el envejecimiento, como la soledad no deseada, el aburrimiento y la inutilidad, elementos que sirvieron de impulso al médico geriatra americano Bill Thomas, creador de la Alternativa Eden, y uno de los primeros en desarrollar el concepto Senior Living en EE.UU.
Tenemos muchos ejemplos en los que estos alojamientos son una realidad que funciona, vamos a observarlos, conocerlos y adaptarlos a nuestra cultura e idiosincrasia…¡Es posible, es positivo, hagámoslo real!
Diana Gutiérrez Ortega