- ¿Tienes dolor? Pues eres una persona afortunada.
- Pero, ¿cómo me dices eso?
Pues sí, eres una persona afortunada. Esto se debe a que el dolor es un mecanismo de reacción y de comunicación que tu cuerpo tiene para indicar al cerebro que “algo no funciona bien”. Frente a estas situaciones existen diferentes respuestas automáticas que van a intentar solventar tu malestar cuanto antes. Sobre estos mecanismos es complejo influir, es cierto, pero sí podemos intervenir de forma indirecta.
Es importante que sepas que el dolor es una experiencia sensorial que se transforma en una experiencia emocional, este dolor puede ser agudo o crónico, intermitente o constante… Conocer su origen es imprescindible para poder afrontarlo, y para hacerlo es conveniente seguir algunas recomendaciones como ponerte en manos de profesionales, evitar la búsqueda de explicaciones en fuentes no fiables o contrastar todas las opiniones que recibas al respecto de tu malestar.
Para hacerte un pequeño resumen, el dolor puede ser clasificado según su localización, según sus características o según su origen.
Según su origen puede ser:
Si has identificado alguna de las causas de tu dolor, lo que debes hacer como paciente es buscar la ayuda de un profesional de la salud para describir tu dolencia y confiar en su experiencia para que te ayude a gestionarlo adecuadamente.
Como fisioterapeuta, te animo a considerar tu dolor como una señal importante de tu cuerpo que no debes ignorar. Teniendo en cuenta, además, que el dolor reducirá por sí mismo tus niveles movimiento y esto, a su vez, provocará un aumento del dolor. A esta situación hay que sumarle que es posible que el dolor te provoque un estado emocional complejo, generando una situación de estrés difícil de manejar. Así que… ante el dolor, ¡MUÉVETE! Muévete en busca de soluciones, muévete de manera física o mental, pero MUÉVETE.
En definitiva ¿qué te recomendamos desde Tercera Actividad?
Ángela Soria, fisioterapeuta de Tercera Actividad Aguilar de Campoo