Historietas

Historietas: La receta de la felicidad, por Susana Sierra

Dulce de Navidad. (Foto: Pixabay).
Susana Sierra Álvarez | Martes 20 de diciembre de 2022

La llegada del invierno con el frío y los días más cortos y grises marcaban todos los años un cambio en la residencia para mayores que estaba al final de la avenida.

Los dos enfermeros y las tres enfermeras, los celadores, las chicas de la cocina, las de recepción, el fisio, la médica… con la primera chaqueta de lana que se sacaba del armario o el primer comentario de «hoy no salgo que parece que ha refrescado» se ponían en guardia, pues sabían que a medida que el otoño terminaba y el invierno se convertía en una certeza tendrían que lidiar con nuevos males del cuerpo y del alma.

El frío se me mete en los huesos, la humedad es mala para mis articulaciones, no salgo que soy propensa a los catarros… se unían a silencios más prolongados, largas horas mirando una ventana o sin hacer nada específico… a ese no sé qué de tristura que llega con la falta de luz del sol.

Pero, eso era solo la antesala de las fiestas de Navidad. Aunque no faltaban los residentes entusiastas que reclamaban en noviembre que ya se instalara el belén de la sala común o que eran los primeros en apuntarse en los talleres para hacer guirnaldas y demás decoración festiva, la mayoría oscilaba entre la indiferencia o la abierta tristeza.

Los trabajadores hacían esfuerzo encomiables por mantener la alegría impostada y exagerar la gracia de los torpes y ya tan vistos letreros y espumillones. No era fácil. A veces la sensación de felicidad a la fuerza a quien no la desea hacía todavía más penoso mantener el ánimo y complicaba las estrategias para que por unos días todos se sintieran especiales.

Además, estaba lo normal en estas fechas que ponían más en evidencia las situaciones de soledad de muchos; todos sabían que algunos no recibían visitas, que otros eran unos cascarrabias desabridos y que unos cuantos realmente no se enteraban de nada. Sin embargo, había quien se esforzaba en llenar con actividades y buen humor esos huecos de tiempo que llevan a la melancolía y a la nostalgia por los tiempos y personas que se fueron para siempre.

Sofía era cocinera en la residencia. Su amor por los sabores y aromas se ponía a prueba todos los días entre comidas bajas en sal, en grasa, de dietas varias para alérgicos, etc. que la hacían dudar de su capacidad para idear menús atractivos y apetitosos para todos.

La idea se le ocurrió buscando recetas navideñas en internet. Se quedó extasiada viendo a un grupo de niños haciendo figuritas de mazapán. Era una receta fácil y tenía bastante de artística, mezclar almendra y azular molidas y la gracia estaba en moldear luego cada uno la figurita que quisiera y luego pintarlas con huevo. Dificultad poca, creatividad mucha. Pensó en sus hijos, pensó en las bandejas de dulces navideños que se ponían en las mesas de la residencia en las fechas señaladas, que en ocasiones eran algo tristes y nada originales.

El 20 de diciembre Juan y Sonia, los pinches de Sofía, colgaron un cartel en el comedor antes de que entrara el primer turno: «Hoy a las cinco en la cocina taller de mazapanes, entrada libre».

A las cinco en punto Sofía abrió las puertas de la cocina, en grandes boles ya tenían preparada masa para moldear, huevo batido para pintar y los hornos con la salamandra dispuesta a tostar.

Pasados diez minutos asomaron la cabeza Juana y Luci. Las dos amigas inseparables, aburridas, se acercaron para cotillear, pero se vieron arrastradas por el abrazo y la charla entusiasta de Sofía y sus pinches que a punto estaban de desistir cuando las vieron aparecen.

Enseguida empezaron las risas:

—¡Ja, ja, ja! ¡Menudo churro te ha salido! Eso parece un burro.

—Pues es un conejo, anda que estarás orgullosa de ese caracol, que parece una cagarruta…

La curiosidad acercó a varias mujeres más, pero, definitivamente, fue el olor de la primera hornada que salió alegre por la puerta abierta la que congregó en la cocina a cuantos estaban por ahí.

Residentes, trabajadores y visitas fueron cogiendo sillas, taburetes y un cuenco de pasta, enseguida se organizaron y mientras unos amasaban, otros colocaban en las bandejas de horno y una tercera brigada colocaba las figuritas, algunas más artísticas que otras, en grandes fuentes. Don Eusebio y don Luis, célebres por su misantropía, se hicieron en el mando en la dura tarea de impedir que nadie se comiera un mazapán y mucho menos los diabéticos.

Diecisiete residentes, dos enfermeros, tres cuidadoras, una de las chicas de recepción, el equipo de la cocina, la administrativa y siete familiares que estaba de visita, entre los que había cuatro niños, elaboraron una cantidad ingente de figuras de mazapán de tamaños que iban desde una canica a una pelota de pim-pom, y de grandes elaboraciones escultóricas y auténticos churros. Trabajadores y familias se llevaron cada uno una caja con figuritas a sus casas, los residentes almacenaron el resto en primorosas bandejas con blondas blancas.

Esa fue la primera Navidad distinta en la residencia. Los cocineros artistas daban a probar sus figuritas a sus familias, los mazapanes estaban en los despachos, en los postres, eran tema de conversación, de orgullo, de crítica, de propuestas para el año siguiente como si se podrían hacer con un sustituto del azúcar, que si hacer el belén con mazapanes, que ojalá hubiera algún concurso e incluso los había osados que pensaban en su comercialización.

La residencia del final de la avenida es desde hace diez años un lugar distinto en Navidad. Desde que Sofía abrió su cocina por primera vez, el taller de mazapanes, numeroso, con gente de todas las edades y condición, inaugura unos días especiales en los que las personas que viven en ella y quienes les ayudan en su día a día se sienten parte de algo mejor y más grande que el edificio.

Solo son almendras, azúcar, huevo y un toque de horno. La receta de la felicidad.

Susana Sierra Álvarez, asesora lingüística. Corrección y redacción de textos

Autora de Guía para corregir textos dramáticos. Cómo corregir textos dramáticos sin que sea un drama

TEMAS RELACIONADOS:


Noticias relacionadas