La incertidumbre en el que viven sumidas las pensiones de jubilación de carácter público han fomentado el auge de las carteras privadas de inversión como un modo de asegurar la jubilación de millones de españoles.
En este sentido, cobra especial importancia diseñar una cartera sostenible y equilibrada para que la inversión redunde en la tranquilidad y la buena salud económica del jubilado durante aquellos años en que tenga que hacer uso de la misma.
Para ello, tal y como se señala desde Finect, es importante tener muy presente las tres variables clave a la hora de confeccionar nuestra cartera de cara a la jubilación: la rentabilidad que necesita el inversor, el riesgo máximo que está dispuesto a asumir y el plazo de la inversión.
Como en muchos casos a la hora de tratarse de economía personal, no existen casos paradigmáticos y cada uno es especial y diferente al anterior en función de las circunstancias y las necesidades de cada persona. Con esto en mente, Finect recomienda seguir una serie de pasos para construir la cartera idónea.
En primer lugar, fijar claramente el marco temporal a nuestra disposición, pues en función del número de años hasta nuestra jubilación se podrán asumir más o menos riesgos.
Otro aspecto muy importante es determinar la rentabilidad necesaria para cumplir con el objetivo y establecer el nivel de riesgo máximo.
En resumen, debemos buscar una cartera correcta, es decir, una distribución de activos robusta, que permita capturar la rentabilidad adecuada, pero que cuente con las protecciones suficientes para dotarla de mayor estabilidad y control del riesgo.
Además, debemos intentar que la cartera esté activamente gestionada, que tenga detrás un equipo de gestión profesional, dedicado y que se ocupe de detectar la oportunidades de inversión que se vayan presentando.