Dos encuestas realizadas por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) a familiares de residentes nos permiten conocer cómo funcionan las residencias de mayores, cuáles son los aspectos que más valoran y aquellos que se podrían mejorar. Sus respuestas sacan a la luz algunas carencias que las residencias arrastraban y que durante la pandemia se han acentuado.
El 19% de los familiares están insatisfechos con la gestión de la pandemia por coronavirus en su residencia, pero mucho más lo están con la gestión por parte de las autoridades. En cualquier caso, hay que destacar que un 40% de los encuestados está muy satisfecho.
En marzo de 2020, antes de la explosión de la pandemia por coronavirus, OCU realizó una encuesta a 2.709 personas que tenían un familiar cercano viviendo en una residencia en los últimos cinco años. Preguntamos acerca de su tipo de plaza, tiempo de espera, precios, problemas surgidos con la residencia y grado de satisfacción con los cuidados recibidos.
El retrato de la persona mayor que ingresa en una residencia es el de una mujer de 82 años.
Cuando preguntamos a los familiares de los residentes qué nota pondrían a su satisfacción general con la residencia, resulta un 67 sobre 100, por lo que podríamos decir que se encuentran medianamente satisfechos. No obstante, es de destacar que un 40% de los encuestados está muy satisfecho, ya que da una valoración superior a 80 sobre 100.
En octubre de 2020, OCU realizó una segunda encuesta a 711 personas con un familiar cercano que estuviera viviendo en una residencia de mayores de marzo a octubre, durante la pandemia de la covid-19. Les preguntamos cómo vivió su familiar la situación y en qué estado salió de ella, cómo estaba dotada la residencia en cuanto a equipamiento de protección y tests para los residentes y para el personal. También queríamos saber cuál es su grado de satisfacción con la gestión de la pandemia.
Según las respuestas a la encuesta, el 83% de los residentes pasaron una prueba PCR y el 13% dio positivo.
Cuando echamos la vista atrás, recordamos los días en que faltaban tests, mascarillas, ropa de protección y tantas cosas que hasta entonces no habíamos necesitado. Las residencias sufrieron la escasez con especial urgencia. Estos son los datos que los familiares nos trasladan:
Durante el confinamiento en marzo y abril seguía habiendo una gran falta de pruebas y test, ropa de protección, mascarillas tanto para el personal como para los residentes o desinfectante de manos. No obstante, la tendencia era a mejorar un poco las cifras con respecto al inicio de la crisis.
Sin embargo, la falta de personal se hizo más evidente. Durante el confinamiento se elevaron un poco los porcentajes de falta de personal auxiliar (cuidadores, auxiliares, cocineros), y sobre todo de personal sanitario (enfermeros y médicos).
En la actualidad, la situación ha mejorado notablemente en cuanto al equipamiento, aunque en personal todavía no están las cosas como a los familiares les gustaría: 3 de cada 10 consideran que sigue faltando personal auxiliar y sanitario.
Uno de los objetivos de la encuesta era conocer cuál era el grado de satisfacción con la gestión de la pandemia directamente por la residencia, como por parte de las autoridades.
Pedimos a los encuestados que valoren cómo se ha realizado la gestión de la pandemia durante el confinamiento en la residencia de su familiar: De media, los encuestados puntúan la gestión con un 66 sobre 100, no obstante, un 19% se declara muy insatisfecho.
En general:
En los aspectos en los que podemos comparar con la encuesta precovid, observamos cierto paralelismo, ya que la terapia ocupacional y la asistencia psicológica relacionada con el bienestar emocional aparecen en ambas en los últimos lugares en la clasificación de satisfacción.
¿Y cómo valoran la gestión global de la pandemia en las residencias por parte de las autoridades?
Los encuestados son en este punto menos indulgentes que en la valoración de la gestión de la propia residencia: el Gobierno de España suspende (obtiene una nota de 41 sobre 100) y los gobiernos autonómicos en su conjunto tampoco aprueban (49). La mejor valoración la recibe Asturias (64 sobre 100) y las peores, Castilla-La Mancha (41) y la Comunidad de Madrid (38).