Un estudio del Instituto Gerontológico Matia ha revelado que un importante porcentaje de las personas mayores residentes en centros para la tercera edad y que padecen fibrilación auricular no valvular pueden estar siendo mal tratados mediante anticoalgulantes antivitamina K, los más habituales para este tipo de patologías.
Gracias al estudio, presentado recientemente en San Sebastián bajo el patrocinio de Pfizer y BVS, se ha logrado cuantificar en un 21 por ciento las personas mayores listadas en residencias institucionalizadas que padecen fibrilación auricular no valvular, de las que tan solo la mitad están correctamente diagnosticadas y tratadas.
También se ha detectado la relevancia de la comorbilidad, factores de riesgo cardiovasculares y trastornos clínicos asociados que afectan a un 40 por ciento de la muestra; siendo la tasa de mortalidad del 29 por ciento en aquellos pacientes sin tratamiento antitrombótico.
Javier Álaba, uno de los autores del estudio, ha resaltado la importancia de desarrollar protocolos para controlar correctamente a los pacientes geriátricos institucionales con este trastorno y "adecuar el tratamiento a la valoración geriátrica integral, con el objetivo de marcar adecuadamente los objetivos asistenciales".
Para ello, debe controlarse periódicamente la frecuencia cardiaca, la función renal y el peso como parte fundamental para ofrecer tratamientos adecuados y adaptados a las necesidades concretas de cada uno de los pacientes.