Casi un millar de fallecidos, miles de heridos y desaparecidos y daños materiales millonarios en un país, Haití, devastado una y otra vez por la fuerza de la naturaleza. En esta ocasión ha sido el huracán Mathew el que ha golpeado con toda su virulencia al país caribeño, que a duras penas se repone de un desastre natural para al poco tiempo ser víctima de otro.
La comunidad internacional y numerosas ONG se han volcado con los afectados, enclavados en un fuego cruzado con el Gobierno, que niega las cifras de fallecidos de la Cruz Roja e insiste en minimizar los daños.
Por lo pronto, decenas de miles de personas se han quedado sin hogar y están en serio riesgo de contraer alguna de las enfermedades que suelen suceder a este tipo de sucesos, como el tifus o el cólera.
Más al norte, en Estados Unidos, que también ha sufrido los envites del huracán pero en su caso con una cifra mucho menor de muertos, diez, el candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, sigue protagonizando polémica tras polémica en una sucesión que le está restando opciones de ganar los comicios presidenciales del próximo 8 de noviembre.
En esta ocasión ha sido un vídeo de hace unos años en el que el magnate se muestra abiertamente machista con comentarios tremendamente despectivos hacia las mujeres, a las que alude como ganado. Esto le ha valido la retirada de algunos respaldos clave dentro de su propio partido, como el del líder de la mayoría en el Congreso, Paul Ryan.
También polémico ha sido el Premio Nobel de la Paz 2016, concedido al presidente de Colombia Juan Manuel Santos por sus esfuerzos por pacificar su país, inmerso en un conflicto con las FARC desde hace más de medio siglo.
La designación coincide justo con el rechazo de la sociedad colombiana mediante referéndum de dicho proceso, por lo que muchos se preguntan cómo Santos puede haber sido distinguido con semejante galardón sin haber llevado a buen puerto su misión.
Mientras, el Kremlin sigue con su particular tira y afloja con Occidente, esta vez en los aires. No es la primera vez que sucede, pero esta semana, a modo de desafío de las leyes internacionales, cazas de combate rusos y diversas aeronaves han sobrevolado sin permiso el espacio aéreo europeo llegando incluso hasta territorio español. Bruselas ha pedido explicaciones, que Moscú elude desafiando aún más a los socios comunitarios.
Además, Grecia agobiada por los números rojos de su cuentas públicas, está preparando una gran amnistía fiscal para repatriar miles de millones de euros que salieron del país durante la crisis financiera que llevó al país heleno a la bancarota.
La medida, adoptada y promovida por el Gobierno del izquierdista Tsipras, está levantando ampollas y duras críticas al Ejecutivo por parte de opositores y numerosos estamentos de la sociedad civil griega.