El director de Inforesidencias.com, Josep de Martí, habló el pasado 27 de junio en la sede de la Universitas Senioribus CEU en Madrid en el curso de verano 'El buen trato a las personas mayores' organizado por AESTE de los cambios que debe hacer la sociedad para adaptarse a un mundo con muchas personas mayores. Como explicó, “es un tema bastante amplio que puede enfocarse desde diferentes perspectivas”.
Para hablar de estos cambios, planteó su ponencia como un viaje: “Partimos a un viaje, pero no tenemos carta de navegación, no sabemos cuál es el destino y, además, no tenemos referentes históricos porque nunca hemos tenido una sociedad con tantas personas mayores como la que vamos a tener dentro de unos años”.
Por eso hizo una comparación con el Titanic en un “universo alternativo” en el que tendremos que sortear “los icebergs de las pensiones”, un tema en el que no se extendió, pero del que dejó claro que “es un iceberg muy fuerte que hay que afrontar, que no se puede ignorar porque existe”. Pero también hay otros icebergs por el camino, como son “qué posicionamiento político van a tomar los mayores, qué va a pasar con la Sanidad y cuáles son los comportamientos éticos que requiere afrontar una situación con tantas personas mayores”.
Josep de Martí hizo también referencia a que “vivimos en una sociedad que evoluciona mucho y muy rápido, en la que hay Inteligencia Artificial, Big Data, robótica y hay necesidad de que con pocos jóvenes cuidemos a muchos mayores dependientes por lo que tendremos que afrontar cosas que hoy ni siquiera pensamos”.
Para el director de Inforesidencias.com 10 años es poco tiempo, pero sí ve que “dentro de 30 años se habrán hecho ya las preguntas adecuadas, porque ya veremos que, por una parte, la lógica nos dice que si tienes pocos recursos y muchas necesidades, tienes que aplicar sistemas para optimizar los recursos”.
En este punto llegó lo importante del tema: “La concreción de todo esto es matar a gente. Este es el problema”. Josep de Martí lo explicó poniendo como ejemplo al menorquín Joan Ruidavets, que falleció a los 114 años y al que operaron de cataratas con 103, por lo que vivió 11 años viendo perfectamente o que se puso un marcapasos con 89 y le tuvieron que cambiar la pila pasados los 100 años.
“Si tomamos decisiones muy racionales con escasos recursos, la lógica nos lleva a no hacer determinados tratamientos a partir de ciertas edades. De esta forma, a Ruidavets lo hemos matado porque no le ponemos un marcapasos o le dejamos ciego 10 años. El día que planteemos las preguntas obtendremos las respuestas. Quizá la respuesta de la sociedad es que el señor Ruidavets debe morir”, explicó De Martí, que añadió: “lo que digo es que si algún día esa es la sociedad, preparémonos para dar la respuesta”.
Al respecto, para terminar, habló de la necesidad de una “armadura ética” y de darnos cuenta de que “lo que nosotros pensamos, quizá no lo estamos pensando nosotros, quizá solo somos información y estamos influenciados por las redes sociales, que nos meten como en un capullo y que nos está reforzando lo que ya pensábamos o cambiando sutilmente lo que ya pensamos. Es tiempo de preguntas”.