Vivir en una residencia no tiene por qué suponer la anulación de los derechos sexuales de las personas, aunque esto sea lo que ocurre en la mayor parte de las ocasiones. Inforesidencias.com celebró el pasado 17 de mayo un interesante seminario en Madrid que se repite este 25 en Barcelona con el título Trabajar la intimidad y la sexualidad en residencias de personas mayores.
Tres expertos compartieron algunas de las claves que, se ha demostrado, funcionan bien. Abrió la jornada recordando algunos de los elementos clave de la Atención Centrada en la Persona (ACP) en el marco de un modelo más amplio que es la Atención Integral y Centrada en la Persona (AICP) la presidenta de la Fundación Pilares para la Autonomía Personal y experta en servicios sociales y en el modelo de AICP, Pilar Rodríguez, que recordó que todo este sistema está refrendado por los organismos internacionales que recomiendan a todos los estados hacer una atención integrada y centrada en la persona.
Del mismo modo, recordó alguno de los elementos básicos de la ACP, como el concepto de autonomía, de la moral (para tomar las propias decisiones y seguir desarrollando tu propio proyecto de vida), que tiene que ver con la dignidad, en cuanto a ser consciente y tener oportunidades para hacer un plan de vida propio y, finalmente, conflicto de derechos. La propuesta del modelo es pasar de un concepto basado en derechos que son determinados por los profesionales (la necesidad normativa) y ahora estamos en un paradigma basado en los derechos de las personas. Entre estos, muy importante, subrayó, está "el derecho a la intimidad y el derecho a la sexualidad".
Después cogió el micrófono el profesor titular en el departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Barcelona, Feliciano Villar, que explicó a Dependencia.info que su sesión tenía como objetivo visibilizar la sexualidad como una necesidad y un derecho de las personas que se mantiene con la edad y que no prescribe al entrar en una residencia. Por ello, se plantearon fórmulas para tratar de apoyar la expresión sexual de aquellas personas que lo deseen, preservando al mismo tiempo los derechos de terceros y la convivencia dentro de la residencia.
El coautor de 'Sexualidad en entornos residenciales de personas mayores. Guía de actuación para profesionales', apuntó que para esto es importante ser conscientes de las barreras que encuentra la expresión sexual en residencias, barreras que incluyen la dificultad para encontrar lugares y momentos íntimos en un entorno cerrado y colectivo como una residencia, una filosofía de cuidados todavía muy basada en modelos biomédicos y, por supuesto, las actitudes hacia la sexualidad de los profesionales, de las familias de los residentes y de los propios residentes.
Se comentó con más detalle una situación que puede ser especialmente desafiante, como es la expresión sexual de personas con demencia, y la sesión acabó comentando diversas medidas prácticas para abordar este tema. Estas medidas pasan, entre otras, por incrementar la formación y la información de los colectivos implicados, por la asunción de una perspectiva ética y de derechos en la atención residencial, por el tratamiento individualizado de cada caso y por el establecimiento de políticas explícitas respecto a cuestiones sexuales dentro de la residencia.
Finalmente, el enfermero, asesor y formador de innovación en gerontología social, atención centrada en la persona y TIC, Stephan Biel, habló sobre el concepto del colectivo LGTB senior, de cómo se enfrentan a las situaciones en residencias con heteronormas (heteronormatividad). Básica, trató de cómo un homosexual que ha luchado toda su vida por sus derechos, llegado un momento en el que necesita una atención y tiene que "encajar en algo que no es tuyo".
En definitiva, muchas personas personas del colectivo LGTB se encuentran ante el proceso de "salir del armario y volver a entrar al armario". Salir del armario es un proceso que hace una gran parte del colectivo para defender su propio ser. Le preguntan en la calle, dice que es gay y ya está. Pero cuando es mayor y está en una residencia, en muchas ocasiones, vuelven al armario porque no van a expresar su ser como gay o lesbiana porque tiene miedo a represalias.