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GEMA PÉREZ ROJO, DIRECTORA DE LA CÁTEDRA DEL BUEN TRATO: “HAY QUE RECONOCER A CADA PERSONA COMO ÚNICA”

¿Qué es el buen trato hacia las personas mayores que viven en una residencia y por qué hay que promoverlo?

La profesora Gema Pérez Rojo, catedrática de la Universidad CEU San Pablo y codirectora de la Cátedra en Buen Trato en la jornada 'Una nueva visión del cuidado a las personas mayores. Por una cultura del buen trato' organizada por DomusVi.
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La profesora Gema Pérez Rojo, catedrática de la Universidad CEU San Pablo y codirectora de la Cátedra en Buen Trato en la jornada 'Una nueva visión del cuidado a las personas mayores. Por una cultura del buen trato' organizada por DomusVi. (Foto: JC/Dependencia.info)
miércoles 29 de octubre de 2025, 04:06h
Gema Pérez Rojo destaca que el buen trato es un concepto dinámico que debe adaptarse a las necesidades cambiantes de cada individuo.

El buen trato hacia las personas mayores se ha convertido en uno de los pilares esenciales sobre los que debe asentarse el futuro de los cuidados. No se trata solo de ofrecer atención o asistencia, sino de reconocer la dignidad, los derechos y la individualidad de cada persona, algo que va mucho más allá de los recursos materiales o los protocolos asistenciales. En este contexto, la Cátedra del Buen Trato de la Universidad CEU San Pablo trabaja para fomentar una nueva cultura del cuidado basada en el respeto y la autonomía personal.

Hay que recordar que la Fundación DomusVi y la Universidad CEU San Pablo crearon la Cátedra 'Buen trato hacia las personas mayores' para visibilizar a este colectivo, impulsando proyectos de investigación y construyendo un foro de debate para profesionales. Su directora, Gema Pérez Rojo, defiende que el buen trato implica ver al otro como un agente activo de su vida, capaz de decidir, elegir y mantener el control sobre su entorno y su destino. “Todos desearíamos poder seguir ejerciendo nuestros derechos y mantener nuestra capacidad de elección”, afirma, recordando que el respeto a la dignidad humana no depende de la edad, sino de una mirada que reconozca la valía de cada individuo.

La investigadora advierte, sin embargo, que no existe una definición universal de buen trato, y que este debe entenderse como un concepto dinámico, en continua evolución, que se adapta a las generaciones, los contextos y los cambios sociales. Frente al sobreenvejecimiento y la creciente complejidad de los cuidados, Pérez Rojo insiste en que “si yo no me encuentro bien, no puedo cuidar bien”, subrayando la necesidad de cuidar también a quienes cuidan, y de construir una sociedad que no infantilice ni subestime a las personas mayores.

La experta en buen trato en el cuidado a las personas mayores lo explica con detalle todo en esta entrevista:

Gema Pérez Rojo que es la catedrática de la Universidad de Madrid y la directora de la Catedral de Buen Trato.

- ¿Qué es el buen trato? ¿Y por qué es bueno?

Por definición, claro. Sí, claro. Al final, lo que implica es que seamos considerados, por un lado, como las personas únicas que somos, por otro lado, que se tengan en cuenta todos los derechos fundamentales, el poder seguir teniendo control sobre nuestra vida personal y siempre siendo tratados no solamente como adultos, sino como agentes activos de nuestra vida.

Creo que es bueno porque si todos nos planteásemos o pensáramos en qué es lo que nos gustaría en un futuro, sería poder mantener, no solamente esa capacidad física, esa capacidad funcional para poder seguir haciendo lo que queremos, sino para poder seguir ejerciendo esos derechos que son fundamentales en nosotros y para poder elegir.

- ¿Por qué? ¿Por qué hay que hacer buen trato?

Porque el buen trato es universal, y realmente no depende de la edad, es decir, dar y recibir buen trato es algo que todos deberíamos tener de forma inherente en nosotros. Si yo quiero que me traten bien, yo tengo que tratar bien a los demás, esto es una contrapartida, esto no va solamente en una dirección, es bidireccional.

Pero no hay una definición consensual. Es decir, podemos tener diferentes perspectivas acerca de lo que consideramos que es ese buen trato, y esto tiene limitaciones. Y es que si partimos de definiciones diferentes podemos llegar a conclusiones también distintas con respecto a qué pensamos, si la persona está siendo bien tratada o no está siendo tratada de forma adecuada.

El tener una definición consensuada nos podría ayudar, pero es verdad que estamos hablando de un tema que tiene muchas aristas. Aunque es cierto que no tenemos esa definición universal, sí que hay determinados elementos que son comunes a todas las percepciones, definiciones que se han ido elaborando. Una de ellas tiene que ver con la universalidad, que decíamos antes. Además, hablamos de que es el resultado del respeto, respecto a la dignidad de la persona.

- ¿Por qué surge esta Cátedra?

Cuando vemos los estudios que se han realizado sobre buen trato, lo que nos encontramos es que esas investigaciones se han centrado especialmente en el ámbito comunitario. Pero es verdad que tenemos un porcentaje de personas mayores que están en el entorno institucional y que es necesario que también haya ese abordaje.

Nosotros consideramos que realmente es fundamental y de ahí surge al final la cátedra, que está dentro de una línea de investigación que llevamos en la Universidad CEU San Pablo, en el grupo de investigación en envejecimiento Buena Vejez, y en la que llevo trabajando más de 20 años. Queremos que sea una forma diferente de abordar este nuevo fenómeno de buen trato, donde ciertamente nos centramos en la persona y en el fomento al final de ese buen trato.

- ¿Y por qué es tan importante?

Vemos cómo se sigue incrementando la esperanza de vida con el paso de los años. Es cierto que con la primera ola de la COVID-19 se hizo un estudio en España donde se observó que había un retroceso de esa esperanza de vida en torno a un año y medio, pero con el tiempo eso se fue recuperando.

Y las proyecciones continúan siendo exactamente las mismas. Van en la misma dirección. Vamos a seguir incrementando el número de años, es decir, España si sigue así, incluso llegará a ser el país más longevo a nivel mundial. Sobre todo sigue incrementando el grupo de 85 años y más. Seguimos hablando de un sobreenvejecimiento y de momento también hablamos de una feminización de la vejez.

- Se ha dicho que el buen trato se construye desde las personas o que el buen trato es cuidar como la gente quiere ser cuidada. ¿Estás de acuerdo con esas dos afirmaciones?

Sí, yo creo que al final es un constructo que creo que va a ser difícil de que esté definido de forma completa, porque es verdad que estamos hablando ahora mismo de un buen trato dirigido hacia una población de mayores con unas características muy concretas, pero que van a ir cambiando. Ya sabemos que las nuevas generaciones de mayores se diferencian mucho de las actuales y yo creo que tiene que ser un constructo, y me parece que es bueno que sea dinámico, que no sea algo estanco, algo fijo, sino que responda a los cambios que se van produciendo en las diferentes generaciones.

Entonces es algo que tiene que construirse, pero que en ningún caso llega a ser completo, una unidad completa, porque tiene que estar cambiando continuamente y que al final tiene mucho que ver con cómo cada uno de nosotros queremos ser tratados.

- Todos los cambios que va experimentando la sociedad a nivel demográfico, a nivel social o económico también ha provocado un cambio del perfil de la persona mayor que vive en una residencia...

Hemos visto en los últimos años también cómo ha cambiado la persona que está en los centros residenciales. Son personas habitualmente de mayor edad, con peor salud, con más deterioro cognitivo, incluyendo síntomas psicológicos y conductuales asociados a la demencia, con mayor dependencia funcional.

Y esto tiene un efecto. Y es que encontramos que ese cuidado es un cuidado más demandante, que puede generar agotamiento en los profesionales, que puede generar sobrecarga. Y no hablamos solamente de una sobrecarga física, hablamos también de una sobrecarga especialmente emocional.

Igualmente, eso tiene consecuencias, consecuencias directas sobre los propios trabajadores, pero también consecuencias indirectas sobre aquellos a los que cuidan. Es decir, al final, si yo no me encuentro bien, no puedo cuidar bien, no puedo hacer las cosas bien. Entonces, en el trato que proporcionamos influye mucho en cómo nos encontramos nosotros.

- ¿Es muy difícil ofrecer un buen trato? ¿O nos sale de forma natural?

Hay cosas que sí, hay cosas que tenemos como muy interiorizadas, y es verdad que en las formaciones en atención centrada en la persona hay determinados elementos que ya van más interiorizadas. Hay otros aspectos que están más relacionados con otro tipo de estereotipos, como la infantilización, donde sí que vemos que todavía queda trabajo por hacer, porque es algo muy sutil y en lo que la gente no es consciente de que no es adecuado tratar a alguien como si fuese un niño.

- Los cuidados de larga duración han sido siempre una preocupación, no solamente a nivel científico y académico, sino también a nivel social, pero... se puede cuidar bien de diferentes maneras, ¿no es así?

Existen diferentes modelos que podríamos incluir dentro de ese buen trato. Hay modelos como el de envejecimiento saludable, desarrollado por la Organización Mundial de la Salud y por Naciones Unidas con la década del envejecimiento saludable, donde se pone el foco en un constructo que denominan capacidad funcional. Esa capacidad funcional no solamente hace referencia a la parte física, también a la parte psicológica y al ambiente.

Ponen atención en lo que es el modelo de atención centrada en la persona, pero también priorizan otros aspectos que son más macro, la integración de los sistemas de salud, que cada uno pueda acceder a esos cuidados, cómo está siendo esa calidad de los cuidados, y reconoce determinantes relacionados con el envejecimiento, cómo tiene que ver con los contextos amigables para las personas mayores, la no discriminación por el hecho de ser mayor.

Otros modelos están más centrados en principios específicos, principios que vemos asociados a ese buen trato, como los que establecen Naciones Unidas, que hacen referencia a la privacidad, a la dignidad, a la capacidad de elección, a la autonomía, cosas que ya hemos visto a lo largo de este inicio de la jornada que se han comentado en varias ocasiones.

El objetivo es generar una cultura del buen trato a través de la humanización donde se reconoce realmente al otro. El otro es valorado, se siente realmente valorado.

- ¿Ofrecer buen trato y tenerlo como máxima le cuesta dinero a la residencia, a la institución, o es simplemente una cuestión de metodología?

Hay una cuestión que es personal. El llamar a la persona por su nombre, el dar los buenos días, el llamar a la puerta antes de entrar... hay determinadas cosas que forman parte de nosotros y que no requieren de más recursos.

Lógicamente, luego sí que vemos, no solamente recursos por parte de la institución, sino que cuando hablamos de buen trato, esto iría en escalada, es decir, es incluso un cambio dentro de la sociedad de cómo se está viendo a las personas mayores, y no pensar que nosotros cuando somos adultos nos merecemos determinadas cosas, y cuando somos mayores, pues eso cambia.

Javier Cámara es periodista, máster en Gerontología Social y director de Dependencia.info

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