Carmen Moreno tiene 52 años y lleva más de dos décadas trabajando como auxiliar de enfermería en una residencia de mayores en Guadalajara. Si algo la define es su capacidad para empatizar con los residentes. Los conoce a todos por su nombre, sabe si prefieren el desayuno con café o con leche, y recuerda de memoria qué medicamentos toma cada uno. Para ella, su trabajo no es solo una profesión: es una vocación.
Sin embargo, como tantas otras personas que cuidan a los más vulnerables, Carmen también está expuesta a riesgos físicos y emocionales cada día. A principios de este año, una situación rutinaria cambió su vida —y sus planes— durante varios meses.
Un accidente que lo cambia todo
Era una mañana fría de enero. Carmen ayudaba a levantar a uno de los residentes que había perdido parcialmente la movilidad tras un ictus. Como había hecho cientos de veces antes, utilizó el arnés y siguió el protocolo, pero el residente se desequilibró ligeramente. Carmen intentó sujetarlo, y al hacerlo, sufrió una fuerte torsión en la pierna derecha. Sintió un chasquido en la rodilla y supo que algo no iba bien.
La llevaron al hospital y el diagnóstico fue claro: rotura parcial del ligamento cruzado anterior. Reposo absoluto, rehabilitación intensiva y baja médica inmediata. Estaría fuera del trabajo, al menos, tres meses.
El miedo más allá del dolor: la incertidumbre económica
Durante los primeros días de reposo, Carmen no solo sentía dolor físico. También tenía ansiedad. ¿Cómo iba a llegar a fin de mes? Su sueldo no era muy alto, y aunque la baja era justificada, sabía que la Seguridad Social solo cubre una parte de su salario. Tenía facturas, una hipoteca y una hija estudiando fuera.
Entonces recordó algo que había contratado hacía dos años por recomendación de una compañera: un seguro de baja laboral con Uniteco. En aquel momento no pensó que fuese a necesitarlo tan pronto. Pero ahora se convirtió en su tabla de salvación.
Un seguro que responde cuando más lo necesitas
Carmen se puso en contacto con su asesor de Uniteco. Desde el primer momento, recibió apoyo para tramitar la prestación, presentar los informes médicos y activar la cobertura correspondiente.
En menos de dos semanas, empezó a recibir una indemnización diaria por los días que permanecía de baja. Esta prestación, sumada a lo que le correspondía por parte de la Seguridad Social, le permitió mantener su nivel de ingresos habitual, sin que su economía personal se resintiera.
El valor real de un seguro: cuidar de ti para seguir cuidando
El caso de Carmen es solo uno de tantos. Cada día, cientos de profesionales sanitarios en residencias sufren lesiones, enfermedades o situaciones que los alejan de su puesto de trabajo durante semanas o meses. Sin una protección adecuada, eso puede suponer un gran golpe económico.
Lo importante de un seguro de baja laboral como el de Uniteco es que está diseñado específicamente para las particularidades del personal sanitario. En el caso de Carmen, su póliza incluía:
- Cobertura por accidente laboral o enfermedad común.
- Indemnización diaria desde el primer día de baja.
- Posibilidad de extender la cobertura según el diagnóstico.
- Acompañamiento en la gestión del siniestro por parte de un equipo especializado.
Volver con confianza
Tras tres meses de rehabilitación y seguimiento médico, Carmen pudo regresar a su trabajo. Volver a caminar sin dolor y sentirse útil otra vez fue emocionante. Pero lo más importante fue la seguridad con la que lo hizo, sabiendo que contaba con un respaldo económico en caso de que algo así volviera a pasar.
¿Qué habría pasado si Carmen no hubiera tenido seguro?
Sin el seguro de baja laboral, Carmen habría perdido casi un 40% de sus ingresos mensuales durante su ausencia. Probablemente, habría tenido que pedir ayuda económica a su familia o endeudarse para mantener sus gastos básicos.
Este escenario es muy común. Muchos profesionales del sector sociosanitario no están preparados para afrontar económicamente una baja larga, especialmente si trabajan en turnos parciales, tienen pluriempleo o no disponen de ahorros suficientes.
“Esta historia está basada en situaciones reales vividas por profesionales del sector sociosanitario”