Un bajo índice en los mayores puede desembocar en afecciones graves.
Un reciente estudio llevado a cabo por un equipo de investigadores de la Escuela de Duke-NUS Médica (Duke-NUS) y la Universidad de Duke, en Carolina del Norte, Estados Unidos, ha logrado vincular los bajos registros de vitamina D en los organismos de personas mayores con el deterioro cognitivo posterior.
Del trabajo, realizado a partir de más 1.200 muestras tomadas entre personas mayores de 60 años de origen asiático, se desprende que una baja ingesta o registro de la vitamina D, crucial para mantener los huesos y los músculos sanos, afecta a su vez y directamente al mantenimiento de la función cerebral sana.
Sin embargo, no sólo la baja incidencia de esta vitamina puede afectar a la salud cerebral del individuo mayor, sino que también puede degenerar en cuadros cardiovasculares y neurodegenerativos graves.
Independientemente del género y la extensión de la edad avanzada, los individuos con niveles más bajos de vitamina D al inicio del estudio, el primero de tipo prospectivo a gran escala en Asia, fueron aproximadamente dos veces más propensos a presentar deterioro cognitivo significativo en el tiempo.
Además, los niveles bajos de vitamina D al inicio del estudio también aumentaron el riesgo de deterioro cognitivo futuro entre dos y tres veces lo normal.
Estos resultados refuerzan la idea de que la vitamina D protege contra el daño neuronal y la pérdida de memoria, y requieren investigaciones más intensivas sobre los efectos de los suplementos de vitamina D en el deterioro cognitivo.
Para elevar los índices de la vitamina D en el organismo, los pacientes pueden ser recetados con complementos vitamínicos o una dieta rica en este aspecto, donde abunden la leche, el yogurt, la margarina, huevos, pastas, cereales, sardinas, atún o las setas.