Esta actividad pionera no solo permitió un contacto cercano con estas majestuosas criaturas, sino que también fomentó la cognición, redujo el estrés y mejoró la interacción social entre los participantes.
Paulina Méndez, investigadora mexicana en Japón, desarrolla robots sociales para mejorar la interacción entre personas mayores. Su enfoque busca crear un puente entre humanos, aliviando la soledad sin sustituir a los cuidadores.