Hablamos con Sergio Osuna, director ejecutivo de Grupo VL, Fundación Vella Terra, uno de los grupos empresariales de referencia en Cataluña en gestión de servicios para personas en situación de dependencia y riesgo social, que está formado por seis empresas organizadas con más de 600 profesionales y una facturación de más de 21 millones de euros.
Osuna, es psicólogo, formación a la que ha unido a lo largo de los años titulos de postgrado en dirección y administración de empresas y gerontología social.
Recientemente, Sergio Osuna ha impartido un seminario sobre Dirección Estratégica para directores de residencias.
Sergio, ¿cómo llega un psicólogo a ser director ejecutivo de un Grupo como VL?
Solemos definir a las personas en función de los estudios que han realizado. Uno es ingeniero, otro es médico, enfermero o arquitecto. Las personas somos mucho más que nuestro título, sea universitario o no. Estudié psicología, gerontología, terapia familiar sistémica, un post grado en Dirección de Empresas y un EMBA. Pero también soy padre, alpinista y escritor aficionado… las personas somos poliédricas y es justamente esa multitud de aristas lo que explica por qué hacemos lo que hacemos.
A los 17 años cantaba el bingo en una pequeña residencia de Mataró. ¡Y me encantaba! Después, compatibilicé mis estudios universitarios con diferentes trabajos en residencias lo cual me aportó la experiencia requerida para cursar el Master en Gerontología sin ser licenciado todavía. Así que acabé la carrera y la especialidad al mismo tiempo. En definitiva, a los 24 años empecé a dirigir la primera residencia.
Durante 4 años me forme en el Hospital Sant Pau como terapeuta familiar Sistémico y ahí empezó mi pasión por la gestión del cambio en las organizaciones.
Me desvinculé de las residencias para poder dar apoyo a diferentes organizaciones en procesos de cambio, muchos de ellos, relacionados con nuevas estrategias competitivas. Porque, ¿qué es estrategia sino una hoja de ruta hacia el cambio de una organización? Trabajé para ayuntamientos, pequeñas organizaciones y grandes empresas. Cuando me llego la propuesta del Sr. Vicenç, Presidente de Grup VL y de Fundació Vella Terra, estaba trabajando para Red Bull en un ambicioso proceso de reorganización interna.
Y aquí estoy, contento de poder contribuir en la mejora de los diferentes sectores en los que trabajamos.
Recientemente ha impartido un seminario sobre dirección estratégica, pero ¿qué es eso exactamente?
Me gusta definir la dirección estratégica como aquel estilo de dirección que, con los pies en el presente mira al futuro; que planifica a largo plazo para ejecutar en el corto plazo. La dirección estratégica analiza continuamente su entorno y sus recursos internos para planificar sin perder de vista cuáles son los objetivos y, lo que es más importante, cuál el sentido último del trabajo que se está realizando y la razón de ser de la organización en la que uno trabaja.
Habiendo trabajado como director de residencias, “a pie del cañón” y ahora como gerente en los servicios centrales de un grupo díganos, ¿qué es lo que debe tener un buen director de residencias?
Sin ninguna duda, los valores y la actitud están por encima de cualquier conocimiento, habilidad técnica o capacidad de gestión. La capacidad analítica, de planificación, de innovación o de liderazgo se pueden aprender. Pero el respeto para con el resto de profesionales, personas usuarias, familiares o con la competencia, junto con una actitud positiva, empática y colaborativa es imprescindible para un directivo y es algo que no se aprende en la universidad.
Desde su perspectiva, ¿cuáles son los retos más importantes que enfrenta el sector de las residencias?
El sector geroasistencial está entrando en la etapa de madurez. Es el proceso lógico de cualquier sector: se empieza por trabajar con poca demanda, pocas restricciones normativas, muy buena voluntad y márgenes de beneficio interesantes. Poco a poco van entrando más empresas, atraídas por un mercado rentable en expansión y la normativa se va desplegando. Al cabo de unos años, encontramos una muy alta competencia, una normativa muy restrictiva que supone un freno para la innovación y encorseta el servicio y, por tanto, una caída de la rentabilidad del sector. Por tanto, uno de los grandes retos a los que se enfrentan una residencia geriátrica es decidir qué estrategia competitiva desplegará: o eres el más barato o eres el mejor o eres el único. ¿Cómo te diferenciarás para competir?
Por otro lado, observando las nuevas tendencias en los países vecinos y atendiendo a los movimientos de nuestro país, llegamos a la conclusión de que el modelo de atención a personas dependientes va a cambiar. El sector ha de estar atento y preparado para a dar respuesta a las necesidades que se nos van a plantear tanto por parte de los profesionales, como de los clientes. ¿Tenemos el modelo de residencias que queremos y que el cliente estará dispuesto a comprar y necesita? ¿qué haré para avanzarme?