Más de 150 personas participaron el pasado sábado en la quinta edición de la “Milla de Oro” organizada por la residencia de mayores Amavir Alcorcón, un centro concertado con la Comunidad de Madrid. La iniciativa, que se ha convertido ya en una cita deportiva y festiva de referencia, reunió a residentes, familiares y trabajadores en una mañana dedicada al ejercicio físico y la convivencia intergeneracional.
La “Milla de Oro” es una competición de carreras que discurre por los alrededores del centro y en la que participan trabajadores, residentes y familiares, tanto de Amavir Alcorcón como de otros centros Amavir de la Comunidad de Madrid. Se organizan distintas categorías —mayores en silla de ruedas, mayores con andador, niños de 0 a 5 años, niños de 6 a 9 años, niños de 10 a 15 años, familiares de residentes y trabajadores—, convirtiéndose así en una gran fiesta que culmina con la entrega de trofeos, una sesión de zumba y un aperitivo en los jardines de la residencia.
Los ganadores en las diferentes categorías fueron los siguientes:
Infantil (0-5 años): 1º Leo Rodríguez, 2º Alejandro Mojeda, 3º Paula Torres.
Juvenil (6-11 años): 1º Guillermo del Campo, 2º Pablo Alonso, 3º Hugo Rodríguez.
Senior (12-15 años): 1º David Ortiz, 2º Mateo Galán, 3º Daría Cernat.
Trabajadores: 1º Laura Egea, 2º Iván Torres, 3º Marcos Fernández.
Familiares: 1º Álvaro Rodríguez, 2º Adrián Jiménez, 3º Javier Molina.
Residentes en silla de ruedas: 1º María Garrido, 2º Mariano Fragua, 3º Dolores Cañas.
Residentes andadores: 1º Ángela Valle, 2º Geli Muñoz, 3º Antonia Medina.
Residentes andarines con bastón: 1º Pilar Llorente, 2º Mercedes Gabaldón, 3º Dolores Pérez.
Para preparar el evento, organizado con la colaboración del Ayuntamiento de Alcorcón, la Policía Municipal y Protección Civil, los mayores de la residencia dedicaron varias semanas a entrenarse con gran ilusión. Además, ellos mismos elaboraron los trofeos y contaron con la presencia de su mascota, un simpático canguro llamado “Tiramillas”.
Con esta quinta edición, la “Milla de Oro” se ha consolidado como una cita emblemática en la residencia y representa una excelente oportunidad para fortalecer los lazos afectivos entre trabajadores, residentes y familiares en un entorno lúdico que promueve la actividad física, fundamental en la tercera edad.