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“La comunicación en salud se reforzó con la pandemia Covid-19”

Una enfermera en una residencia de personas mayores. (Foto: Pixabay).
Javier Cámara/Dependencia.info | Viernes 14 de marzo de 2025
Con cinco años desde el inicio de la pandemia Covid-19, surge la oportunidad de reflexionar sobre las transformaciones en la comunicación de las personas. Estas modificaciones han afectado el lenguaje verbal, gestual y paraverbal, en un contexto particular marcado por el uso de mascarillas y la necesidad de mantener distancia de seguridad.

La pandemia provocada por el coronavirus Covid 19 nos cambió la vida a la mayoría... en todo el mundo. El devastador confinamiento nos obligó a cambiar nuestros hábitos en el trabajo y la educación, que en muchos casos pasaron a ser a distancia; mayor higiene y desinfección; reducción del contacto físico, se impuso el distanciamiento social; también adoptamos la costumbre de un consumo y compras online; e, inevitablemente, pasamos más tiempo en casa, por lo que hicimos cambios en el ocio.

Pero otro aspecto muy importante fue cómo cambiamos nuestra forma de expresarnos, que en el caso de hacerlo con personas mayores, nos obligó a cambiar ciertos hábitos. Cuando se cumplen 5 años del inicio de este confinamiento, Julio García Gómez, experto en comunicación sanitaria, presenta un decálogo de habilidades comunicativas desarrolladas durante la pandemia.

Destaca la importancia de la voz, pronunciación, ritmo y lenguaje no verbal para mejorar la comunicación interpersonal, especialmente con los mayores. Descifra las claves de comunicación en pandemia, cuyos hábitos y costumbres vinieron para quedarse como ocurrió con el desarrollo de la comunicación online en videoconferencias, que estaba tan poco desarrollada antes de la crisis y nuevas estrategias comunicativas.

DECÁLOGO DE COMUNICACIÓN QUE NOS LEGÓ LA PANDEMIA
10 aspectos que potenciaron la comunicación y la expresión

1.- LA VOZ. Fue necesario elevar el volumen de la voz, en función de las necesidades de la situación y el lugar donde estuviéramos, para que se nos entendiera bien y se proyectara el sonido.

2.- LA PRONUNCIACIÓN. Se puso de relieve articular correctamente las palabras. Una buena vocalización facilitará que los mensajes lleguen con efectividad a nuestro receptor. Es necesario abrir la boca y articular claramente los sonidos para una buena pronunciación.

3.- EL RITMO. Debemos ajustar nuestros mensajes al ritmo adecuado de escucha para que se haga inteligible y nítido. No debemos hablar deprisa porque será más difícil que sigan nuestra alocución.

4.- LOS MENSAJES. Que nuestras comunicaciones sean concretas, cortas y con sentido de manera individual. Emitir frases breves con punto y seguido, que se separen convenientemente unas de otras y se evite tener que volver sobre las frases anteriores para entender el sentido de la conversación por haberse perdido el hilo conductor.

5.- EL ÉNFASIS. Huir de la monotonía de las frases en la conversación. Poner de relieve con énfasis determinadas palabras clave que fijen la atención del interlocutor y hagan más amena nuestra conversación. Hay que remarcar determinadas palabras para que nuestras frases sean más vivaces y vigorosas.

6.- LOS OJOS. Aprender a comunicar con la mirada, con los ojos, para que complementen nuestro lenguaje verbal. Hay que practicar la mirada directa para que el interlocutor pueda leer en los ojos nuestras emociones o la intención de nuestras palabras. Sería algo así como “hablar con los ojos”.

7.- LAS MANOS Y LAS PIERNAS. Que nuestras manos acompañen el lenguaje verbal y sirvan para remarcar el sentido de las frases, sean un complemento, o sirvan para dar vida a lo que queremos decir o manifestar. Y que nuestras piernas muestren la capacidad de movimiento para acercarnos o alejarnos al interlocutor en función del grado de captación de atención que deseamos.

8.- LA CABEZA. La cabeza nos ayuda a reforzar el mensaje con el movimiento que queramos efectuar para acompañar las palabras. Mover la cabeza hacia delante, a la izquierda o a la derecha, serán claves para reforzar ideas que queremos fijar en nuestro interlocutor.

9.- EL CUERPO. El tronco humano juega un papel fundamental en la expresión. En el grado de inclinación que tome para buscar la cercanía del mensaje o el afecto, siempre en los límites de la distancia establecida, contribuirá a que nuestra conversación sea más directa, efectiva y “personal”.

10.- ENSAYOS, ERRORES Y ACIERTOS. Practicar constantemente para conseguir comunicar con fluidez y eficacia. Escuchar nuestra voz grabada y ver nuestro rostro en vídeo, nos ayudará a mejorar la comunicación y disfrutar de la palabra y el diálogo con nuestros interlocutores.

La familia, la pareja y nuestros mayores en el centro de la crisis

El buen uso del lenguaje verbal y no verbal, que incluye las manos, el rostro, el cuerpo y las piernas, junto con otros aspectos, como certeramente explica Julio García Gómez, ha sido fundamental para expresar ideas, conceptos y pensamientos. Esto ha facilitado el establecimiento de diálogos en el entorno personal, social y familiar, tanto entre padres e hijos como en parejas y con nuestros mayores, ya sea en casa o en residencias.

García Gómez resalta que “los mayores, en particular, nos han exigido habilidades paraverbales para comunicarnos de manera más efectiva con la mascarilla. Esto implica hablar más alto y claro, pronunciar correctamente e incluso casi deletrear, debido a las dificultades auditivas que podrían experimentar. De hecho, se diseñaron mascarillas con material transparente en los labios para que las personas con problemas de audición pudieran leer nuestras palabras”.

Por desarrollar el concepto, este experto en comunicación de crisis, nos explica que la necesidad de nuevas estrategias y habilidades en la comunicación interpersonal surgió a raíz de la pandemia y, como resultado, experimentamos un auge en el uso y la implementación de reuniones online y videoconferencias, lo que nos transformó a todos en una especie de ‘presentadores’ del Telediario. Aprender a dirigir la mirada hacia la cámara se volvió esencial, así como evitar distraerse y concentrarse en el punto luminoso de la cámara del ordenador o del móvil. También fue importante hablar con claridad frente al micrófono y mantener las manos quietas. Así, descubrimos cómo reunirnos con la familia a través de una cámara y un micrófono, aunque fuera a distancia.

Julio García Gómez, ha dedicado su labor, especialmente durante la pandemia de Covid-19, a enseñar habilidades comunicativas a profesionales de la salud y a otros sectores. En relación con la comunicación entre médicos y pacientes en hospitales e instituciones sanitarias, sostiene que el uso de la mascarilla obligatoria contribuyó a mejorar el lenguaje verbal, ya que era necesario elevar el tono de voz y vocalizar con mayor claridad para asegurar una buena comprensión, debido al efecto de filtraje que producen.

Además, dependiendo del material con el que estén hechas, las mascarillas pueden reducir el sonido de las palabras en diferentes grados. Por ejemplo, las mascarillas quirúrgicas y las FFP2 o FFP3 alteran el sonido de manera distinta, lo que requiere ajustar el volumen de la voz para que el oyente pueda entendernos correctamente.

García Gómez resalta que todas estas circunstancias “han venido a potenciar nuestra comunicación y diálogo personal para hacer del ‘Decálogo de la Comunicación Personal Covid-19’ de la Fundación Casaverde, un legado para hablar mejor, transmitir con más facilidad y practicar una comunicación más efectiva”.

Julio García Gómez es experto en comunicación sanitaria de la Fundación Casaverde y Fundación Economía y Salud, director del curso “Comunicación en Salud” de la Fundación Economía y Salud, autor del 'Manual Urgente de Comunicación en pandemia Covid-19', 'Técnicas de Comunicación Eficaz' y 'Habilidades de comunicación en pandemia'.

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