Opinión

Reflexiones Finlandesas. ¿Podemos aprender del país de Papa Noel?

El fundador de Inforesidencias.com, Josep de Martí. (Foto: Dependencia.info).
Josep de Martí | Jueves 13 de junio de 2024

Escribo estas líneas mientras paso unos días en un país, Finlandia, conocido por su enfoque avanzado en la atención a las personas mayores. Estoy aquí acompañado por un grupo de directores, gerentes y profesionales de residencias, deseosos por aprender de la experiencia finlandesa y explorar nuevas ideas que podamos aplicar en nuestras propias comunidades. Cuando el autocar nos lleva de una residencia a otra miro por la ventana y veo un paisaje de bosques que penetran hasta bien dentro de la ciudad y lagos serenos que a veces no son lagos, sino que es un mar Báltico, estos días totalmente tranquilo y plano.

Este viaje es una buena oportunidad para entender cómo un país con una de las poblaciones más envejecidas del mundo ha logrado crear un sistema que no solo apuesta por ser sostenible, sino que también coloca la calidad de vida de los mayores y a las propias personas en el centro. Durante el viaje visitamos una residencia pública, en forma de vivienda compartida para personas con demencia, una privada de iniciativa no lucrativa y otra privada empresarial.

En todas las residencias un hecho sorprendente y que me gusta de forma especial: la transparencia y cómo a la entrada encontramos un certificado que nos dice de forma fácilmente entendible (con caritas sonrientes o serias) cómo ha encontrado la inspección el centro. También visitamos dos modelos de cohousing senior y las oficinas de los servicios sociales del Ayuntamiento de Helsinki.

Al igual que en muchos países, incluido el nuestro, las residencias de mayores enfrentan en Finlandia presiones considerables. La inflación y los costos crecientes de energía, alimentos y personal se han convertido en una preocupación constante. En las conversaciones con los directores de residencias que me acompañan surge repetidamente el tema de cómo mantener la calidad del servicio en medio de estas dificultades.

Es mi tercer viaje a Finlandia, el primero hace unos seis años y noto un cierto pesimismo en todos aquellos con quienes hablamos. Nos hablan repetidamente de la crisis, ocasionada en parte por la inflación y por la desestabilización creada por la agresión rusa a Ucrania y la guerra que le ha seguido. A esto hay que sumar la crisis demográfica que genera preocupación a largo plazo. Mientras compartimos experiencias, queda claro que todos estamos buscando soluciones que nos permitan adaptarnos sin sacrificar la dignidad y el bienestar de aquellos a quienes cuidamos.

Intento comparar mentalmente lo que estoy viendo en Finlandia con lo que espero ver en Japón cuando vaya en el viaje 43 el próximo mes de julio. En un país donde la proporción de personas mayores es la más alta del mundo, el aumento de los costos ha llevado a una situación precaria para muchas instalaciones. En mi lectura matutina de las noticias, me encontré con un informe alarmante: más de una cuarta parte de las residencias japonesas podrían enfrentarse a la quiebra si los precios continúan escalando. Esto plantea una pregunta crucial para nosotros: ¿podemos aprender de sus desafíos y evitar un destino similar en nuestras propias comunidades?

Una parte de la respuesta, creo, radica en parte en la tecnología. Finlandia ha hecho un uso extensivo de soluciones tecnológicas para mejorar la eficiencia en la atención a los mayores. Desde sistemas de monitoreo en tiempo real hasta innovaciones en el diseño de las instalaciones, la tecnología aquí no solo facilita la gestión diaria, sino que también mejora la calidad de vida de los residentes.

Sin embargo, en una de las visitas que hacemos en Helsinki a una residencia pionera en el uso de tecnología nos dicen que no es oro todo lo que reluce y que a veces el precio es demasiado alto. Nos ponen el ejemplo de sistemas de monitorización que requieren de una formación previa del personal que sencillamente, no encuentran tiempo ni compromiso por parte de los profesionales, para llevar a cabo. Es fundamental, nos dicen, que estas herramientas no se conviertan en una barrera entre el personal y los residentes. La tecnología debe servir para humanizar y enriquecer la experiencia de cuidado, no para despersonalizarla.

Durante nuestra visita, hemos tenido la oportunidad de ver de cerca cómo funcionan estas innovaciones. En una de las residencias que visitamos, nos hablaron de un sistema de monitorización basado en inteligencia artificial que ayuda a hacer seguimiento de la salud de los residentes y a prever posibles problemas antes de que se conviertan en emergencias. Pero más allá de la tecnología, lo que realmente impresiona es el compromiso del personal y la calidez con la que tratan a cada residente, algo que refleja una profunda cultura de respeto y cuidado.

No puedo pensar en el viaje a Finlandia como un hecho aislado. En Inforesidencias.com empezamos con esto de los viajes en 2007 y ahora, con más de cuarenta organizados ya no me fijo tanto en la “fotografía” del momento sino en la “película”, o sea en hacia dónde parecen ir las cosas. En esta tercera visita a Finlandia veo que la administración sigue con una firme apuesta por que las personas mayores permanezcan en sus domicilios recibiendo ayudas allí y ofreciendo servicios comunitarios que sean compatibles con que la persona siga en su casa.

Y ante esa posición, hemos escuchado a varias personas y profesionales que nos dicen que eso está muy bien, aunque hay personas que ya reciben mucha ayuda a domicilio, preferirían vivir en una residencia, pero no lo consiguen. Desde mi perspectiva española, eso de que alguien pueda quejarse por “recibir demasiado SAD” y que pida ir a una residencia se me antoja algo como mínimo raro, y aun así es lo que hemos escuchado.

Mirando hacia el futuro, es crucial que sigamos innovando y buscando formas de mejorar la calidad de vida de nuestros mayores. En este viaje hemos conocido a la persona que introdujo en Finlandia el modelo de atención a personas mayores Montessori, una variante de la filosofía de la Atención Centrada en la Persona.

Mientras el autocar avanza suavemente por el paisaje finlandés llevándonos a la próxima residencia que vamos a visitar, me encuentro razonablemente esperanzado. Por las respuestas que estoy recibiendo de los viajeros, la experiencia les está resultando positiva. A algunos (a mí mismo) no les ha gustado que en alguna residencia no nos hayan dejado ver dormitorios por dentro aduciendo que son espacios muy privados o que los usuarios con demencia se intranquilizarían si entran quince personas a la vez a verles.

Aun así, eso es un detalle, la casi totalidad de comentarios que recibo son positivos. No es fácil tener la oportunidad de conocer la realidad gerontológica de un país entrando a los centros y hablando con profesionales dispuestos a compartir. Espero que este viaje, como lo han hecho los anteriores sirva en el camino de la transformación continua de los cuidados a personas mayores dependientes.

He empezado a escribir en el autocar, acabo el último día ya en el aeropuerto, a punto de volver a casa. Espero que alguien se anime y venga a próximos viajes de Inforesidencias.com.

Autor del texto Josep de Martí Vallés. Jurista y Gerontólogo. Fundador de Inforesidencias.

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