Otra de las medidas es crear un eje Atlántico que incluya el norte de Portugal.
El Foro Económico de Galicia ha publicado el informe Desafíos de una sociedad vieja y en declive: desequilibrios territoriales y prestación de servicios donde se analiza las consecuencias de la crisis demográfica de la población gallega y se propone cuatro medidas concretas para combatir el envejecimiento y potenciar la economía y el bienestar general de la Comunidad.
Para realizar el estudio, los autores Melchor Fernández, profesor Titular de Análisis Económico de la Universidad de Santiago de Compostela y David Peón, investigador de la Universidad de A Coruña, identifican tres zonas donde se distribuye la población gallega y su riqueza: el Eje Atlántico donde se concentra más de las tres cuartas partes de su población y riqueza, con 109 ayuntamientos, siete ciudades, una densidad de 260 habitantes/Km2 y una renta per cápita de 21.000 euros, y donde la edad media es de 45 años de edad. Galicia central, que supone la mayor parte del territorio, con una densidad de 52 habitantes/Km2, 19.000 euros de renta per cápita y una edad media de la población de 52 años. Y por ultimo la Alta montaña, donde se presenta el mayor problema de desarrollo de España, con un 23,6% de los habitantes con dificultades de acceso a servicios básicos, frente al 9,8% de promedio español. Entre los servicios con dificultad de acceso para la población se encuentran: tiendas de alimentación, servicios bancarios, sanitarios, postales, de transporte y enseñanza obligatorio.
Proponiendo cinco medidas concretas para resolver los problemas de declive demográfico y dispersión. La primera de ellas es apostar por dinámicas cooperativas entre los ayuntamientos de la franja costera gallega para convertirla en una ciudad pujante y global, de 1,8 millones de habitantes, e íntimamente ligada y atractiva con el norte de Portugal revitalizando la Eurorregión.
Para seguir con la creación de una Red de infraestructuras de usos múltiples, como Centros comarcales que unifiquen y concentren en las cabeceras comarcales de la Galicia central los principales servicios públicos: cultura, enseñanza, sanidad y servicios sociales; Aumentar las infraestructuras y conexiones telemáticas, sobre todo para la prestación de servicios preventivos de sanidad; Unificar el historial social de cada individuo, que permita su atención pública y la prestación de servicios de manera preventivo desde las cabeceras comarcales; y por último crear Unidades móviles de atención sanitaria y social a partir de los centros de usos múltiples.
Se trata, según el profesor Fernández y en relación a los servicios sociales “de cambiar un modelo que funcionaba en las ciudades y que se intentó trasladar al ámbito rural, pero esta concentración de servicios resulta contradictoria con el propio entorno por lo que este modelo no acababa de funcionar, ya que obligaba a la población a desplazarse muchos kilómetros para recibirlo. Este modelo se ha parado, se ha cambiado, yendo actualmente en la dirección correcta con una apuesta centrada mucho más en los servicios de atención a domicilio”.
“La respuesta en la zona atlántica tiene que ser de infraestructras, pero en las zonas rurales hay que hacer una apuesta por la movilidad del personal de servicios sociales en el corto plazo, ya que hay mucha población mayor con mucha dificultad para trasladarse, y el acceso a la tecnología también lo tienen muy difícil, tanto por desconocimiento como en ocasiones por cobertura. La tecnología debe ser una apuesta para dar servicio a la población rural en el medio-largo plazo, sobre todo a aquellos mayores que actualmente tienen 60 años y que ya tienen contacto con ella. Las soluciones que demos deben ser locales y formularse en base al reconocimiento del territorio y las personas, ofrecer soluciones homogéneas es un error en si mismo”, añade Melchor Fernández.
Una medida, la de la movilidad, que según explica el profesor puede resultar cara si se compara en términos de trabajador, “pero menos que lo que costaría levantar una infraestructura, y el coste efectivo de la misma, ya que puede resultar infrautilizada desde el principio, e incluso abandonaba o fuera de uso en el medio plazo, por que el usuario no tiene forma de llegar hasta ella. La primera medida además, supondría la creación de puestos de trabajo con la generación de riqueza que eso supone”.
Todas ellas, según señalan los autores del estudio, deben ir encaminadas a conseguir el objetivo de cerrar la brecha existente entre el nivel de bienestar en Galicia y el nivel de bienestar medio de España y la UE.
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