Todos sabemos qué es y cómo funciona una residencia de personas mayores, pero quizá no conocemos tan en detalle cómo funciona y qué es exactamente un centro especializado en mayores que tienen un problema de salud mental. Este tipo de residencias atiende las necesidades físicas, psíquicas, funcionales y ocupacionales de aquellas personas que requieren una estancia media o larga en un centro residencial especializado en psicogeriatría.
Normalmente, estas residencias especializadas en personas mayores con un problema de salud mental están dirigidas a usuarios a partir de 65 años que padecen alguna enfermedad mental, cómo pueden ser trastornos del estado de ánimo, alteraciones conductuales y emocionales, trastorno bipolar o trastornos psicóticos que requieren todos ellos un tratamiento especializado de la sintomatología, tanto para el cuidado diario como para el abordaje terapéutico de su recuperación y prevención de recaídas.
Estas personas necesitan una atención especializada de media o larga estancia debido a otros tipos de patologías geriátricas, como pueden ser la inmovilidad, el riesgo de caídas y el deterioro físico o cognitivo derivado de cualquier patología asociada a la edad. Estos centros especializados en la salud mental de las personas mayores suelen disponer de un equipo multidisciplinar para sus distintas actuaciones. Así, disponen de especialistas en Psicogeriatria, Neuropsicología, Terapia Ocupacional, Medicina General, Enfermería, Fisioterapia, Psicología y Trabajo Social.
Proceso de atención
Cuándo se produce el ingreso de una persona mayor con un problema de salud mental, el proceso de atención suele ser siempre el mismo:
1.- Valoración inicial en la que cada miembro del equipo perfila un plan individual de tratamiento que servirá para diseñar el plan de actuación conjunto.
2.- Planificación de objetivos, qué pueden ser individualizados, específicos, concretos y marcados en el tiempo de manera coordinada por todo el equipo transdisciplinar.
3.- Plan Integral de Atención interdisciplinar (PIAI), que incluye los cuidados a realizar, las actividades terapéuticas y los tratamientos. Este plan se comparte en todo momento con la familia y otros cuidadores.
4.- Atención integral mediante los programas terapéuticos de los especialistas.
5.- Evaluación periódica que realiza el equipo de la situación clínica funcional, psicológica y de la perspectiva social del residente. Los profesionales revisan los objetivos del PIAI y su cumplimiento para ajustarse a la situación de la persona en cada momento. Lógicamente, se mantiene informados constantemente a la familia y otros cuidadores.
“Los estudios indican que 4 de cada 10 personas con más de 65 años tienen algún problema de salud mental y por el envejecimiento de la población, en los próximos 30 años el crecimiento de personas con estos problemas va a ser exponencial, va a crecer más del 70%”.
Así lo explica el director de operaciones del área de hospitales y centros sociosanitarios de Orpea, Íñigo Valcaneras, que aclara que el problema de salud mental, como es crónico, a medida que se avanza en edad, suele tener una prevalencia muy alta. Apunta que “hay muchas personas que previamente ya tienen una patología mental a los que luego se les suma los procesos de envejecimiento y necesitan unos cuidados sanitarios y terapéuticos distintos”.
Pero, ¿en qué se diferencia una residencia de personas de otra especializada en salud mental? La directora del centro de ORPEA Puerta de Hierro, Noelia Cabrera, pone el elemento diferenciador en que “tiene el perfil específico de la Psicogeriatría”.
“Nos vamos a central principalmente en la patología psiquiátrica y se diferencia de otras residencias en el tipo de usuario. Una residencia al uso tiene a un mayor de 80 años con un deterioro cognitivo y aquí nos vamos a centrar en la patología psiquiátrica de personas un poco más jóvenes que necesitan ese apoyo y esa supervisión. Por eso vamos a contar con el neuropsicólogo y el terapeuta ocupacional”, aclara Cabrera, psicóloga que estuvo antes 11 años trabajando en la Clínica López Ibor, que fue adquirida por ORPEA y que se encuentra a escasos 700 metros de la residencia.
Todos los profesionales de este equipo multidisciplinar trabajan especialmente en cuatro áreas: primero, en la atención a las necesidades específicas de la patología psiquiátrica y neuropsicológica; segundo, en las actividades básicas de la vida diaria; tercero, en la prevención por medio de actividades específicas con el objetivo de lograr la reducción de la dependencia, la promoción de la autonomía y evitar recaídas; y cuarto, seguimiento y control de patologías geriátricas y enfermedades crónicas para prevenir y controlar el desarrollo de complicaciones y poder realizar una intervención precoz.
Valcaneras recalca que en “la residencia especializada en salud mental es un centro que necesita mucha atención diaria porque son personas mayores, pero que se beneficia, al aprovechar las sinergias con la clínica López Ibor, de todo el conocimiento desde el punto de vista de Psiquiatría y Medicina y todo su programa de Psicogeriatría”.
En el caso concreto de este centro de ORPEA explican que todas las plantas son iguales, en todas hay un puesto de control con una persona y en todos los pasillos hay cámaras de seguridad que facilitan ese seguimiento y esa atención. La idea es que las personas puedan moverse por el centro con libertad, pero también con seguridad para evitar cualquier tipo de incidencia.
Las habitaciones son individuales para una mayor comodidad del usuario-paciente y con todas las medidas de seguridad, como cantos redondos, al igual que los cuartos de baños, que cuentas con las mismas medidas de seguridad. Un detalle es que el usuario puede personalizar el mobiliario de su habitación, pero siempre con supervisión médica con el fin de que no haya ningún riesgo para la persona.
Por su parte, el director médico de la Clínica López Ibor, Ignacio Basurte, detallaba los tres tipos de usuarios de la residencia ORPEA especializada en salud mental: “Personas que tienen un deterioro cognitivo y que pueden sufrir alteraciones conductuales, pacientes que ya tenían una enfermedad mental y al hacerse mayores requieren cuidados específicos y, finalmente, personas que debutan con un problema de salud mental a una edad avanzada".
Otra cuestión importante en el modelo de ORPEA es que el objetivo de sus residencias es hacer centros libres de sujeciones, tanto físicas como químicas, y en sus centros especializados en salud mental se busca seguir la misma línea, que en el caso del Centro de Madrid Puerta de Hierro cuenta con el soporte de la clínica López Ibor cuando el residente sigue un proceso agudo. Así mismo, los ratios de personal están por encima de los que se requieren para un centro residencial normal.
La Residencia Grupo 5 Puerta de Hierro se diferencia de aquellos centros de atención a la psicogeriatría clásica, que centran su atención en situaciones de discapacidad o enfermedad mental que aparecen o son propias del proceso de envejecimiento de personas anteriormente sanas, en que ofrece un servicio de psicogeriatría para aquellas personas que ya padecían una enfermedad mental.
La atención a las personas con trastornos mentales graves requiere un nivel de conocimiento y profesionalidad que no encontramos en las residencias psicogeriátricas tradicionales. Cuando entran en una residencia estándar, suele disminuir la accesibilidad real al tratamiento psiquiátrico especializado que tenían en su centro de salud mental o a sus especialistas, y pasan a tener seguimiento del médico de la residencia, que no es especialista en psiquiatría, explican.
"En Grupo 5 llevamos 30 años atendiendo al Trastorno Mental Grave. 30 años en la gestión de servicios públicos de diferente tipología, así como de servicios puramente privados, entre ellos, residencias de salud mental. Por lo tanto, esta residencia es solo una parte más de lo que ya veníamos haciendo y de lo que sabemos que funciona pues tenemos muchos Momentos e historias de vida que certifican precisamente esta experiencia", subrayan.
Y añaden: "En Grupo 5 Puerta de Hierro contamos con servicio de psiquiatría que aborda el seguimiento de los factores claves de salud de cada una de las personas, el seguimiento del y la coordinación con los recursos de salud. En estos procesos, para nosotros es primordial ofrecer servicios desde una perspectiva de la recuperación y calidad de vida, siguiendo las recomendaciones internacionales en el nuevo modelo de cuidados. El envejecimiento activo y saludable tiene que estar disponible para las personas con trastorno mental que llegan a edades avanzadas. Por lo tanto, ofrecemos como garantías la profesionalidad, sistemas de apoyo y acompañamiento al servicio de la persona para que esta siga desarrollándose personalmente y poder tener trayectorias de vida significativas".
Igualmente, cuentan con un equipo transdisciplinar especializado en salud mental: "Esa es la primera base: tienen esa especialización, lo que profesionaliza aún más el servicio".
El área de psicología, terapia ocupacional, gerocultores, enfermería, psiquiatría y fisioterapia trabajan en coordinación para adaptarse a las necesidades y cada proceso vital de la persona: "Ofrecemos un modelo de cuidados centrado en cada una de las personas, con una perspectiva psicosocial y atención comunitaria para cada persona residente".
Respecto a las personas mayores, en Grupo 5 consideran que "hay que combinar entornos adaptados con servicios de rehabilitación y garantía de cuidados". Por ello, diseñan "espacios y ambientes que permitan una vida diaria con apoyos tales como baños adaptados, camas articuladas, ayudas a la movilidad junto con otros elementos para el bienestar tales como office en todas las plantas para favorecer ambientes más hogareños, televisión en todas las habitaciones o espacios para el ocio". Del mismo modo, diseñan la residencia con "unidades de convivencia que permiten establecer estructuras arquitectónicas y espacios de convivencia centrados en una vida diaria satisfactoria para las personas".
El perfil está definido por un lado por la edad y, por otro lado, por los niveles funcionales. En cuanto a la edad, el perfil está acotado a personas con más de 65 años (aunque con posibilidades de entrar con menor edad si se considera por un informe médico). Por lo tanto, una cuestión que es fundamental para nosotros es establecer procesos individualizados para cada una de las personas. Nos comprometemos a establecer un diagnóstico inicial, definir objetivos, diseñar intervenciones y sistemas de apoyo y hacer revisiones semestrales de su evolución.