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El cambio del modelo de cuidado a las personas mayores: una perspectiva desde la enfermería geriátrica gerontológica

Stephan Biel

AÑO INTERNACIONAL DE LA ENFERMERÍA Y MADRONA 2020

Stephan Biel | Jueves 21 de mayo de 2020

Durante estos días se está hablando mucho de las Residencias de gestión privada, y de esa lectura se extrae que son peor que las públicas, no creo que sea un problema privado-publico, sino un problema en la gestión; la misma opinión tengo sobre la sanidad. Muchas veces hablo con profesionales del sector privado, y discrepamos, pero desde mi punto de vista, no todo el sector público es bueno, al igual que no todo el sector privado es malo, es una cuestión de hacer las “cosas” bien y ejecutarlas con sentido común para el bien del ciudadano. Respecto a las personas institucionalizadas en residencias en la modalidad de larga estancia y su vinculación con los fallecimientos en la gestión privada, es desde mi punto de vista, una postura simple. Todavía no disponemos de una estadística objetiva y comparativa clara a nivel estatal, para saber cuántas personas murieron por el Covid19 en residencia privadas y cuántas en las públicas. Pero aplicando el sentido común, ¡si hay más plazas privadas que públicas, parece lógico que haya más defunciones en unos centros que en los otros, digo yo, no! La discusión hacia un nuevo modelo asistencial por la crisis es independiente de su modelo de gestión, sea público o privado, sin o con ánimo de lucro.

Desde el ámbito de la enfermería que es la responsable del cuidado basado en evidencia podemos aportar mucho, sin embargo, me pregunto: ¿Lo haremos? ¡No! Tengo que decir, y reconocer, que nuestra profesión no favorece esta imagen de ofrecer un cuidado centrado en la persona y tener una visión holística hacia el cuidado. Pienso que, nuestra profesión tiene que madurar y reconocer que es la experta en estos cuidados basados y aplicados en la evidencia, y que se proclame con determinación clara y en voz alta, que necesita del uso de otras disciplinas como apoyo para ejercer este CBE. Tenemos modelos de cómo hacerlo, lamentablemente nadie habla de ellos, y desde hace décadas me sorprende. Quizá porque es más chic hacer una técnica sanitaria que un cuidado centrado en la persona, que es para mí más complicado y requiere un amplio conocimiento no sólo en áreas biomédicas, sino, también en el ámbito biopsicosocial. Cuidador no puede ser cualquiera, cuidar es un arte que hay que aprender. La técnica del arte del CUIDADO, no se aprende en 180 horas o en unas prácticas de semanas, sino que requiere empatía, y un alto grado de habilidades sociales. Eso era en su momento la filosofía de los grandes pioneros de la enfermería, si estos hubieran desarrollado sus modelos. La enfermería, o más bien dicho “la profesional de promover y mantener la salud y el bienestar y cuidado”, desde sus orígenes, era considerada como una ocupación basada en la experiencia práctica y el conocimiento común, y no contemplaba el conocimiento científico de la profesión. Hoy sabemos que, para trabajar profesionalmente en la atención directa, ya sea en una Residencia o en el domicilio, es imprescindible definir una filosofía de cuidado y orientarse en un Modelo de Cuidado. La evolución de la implementación de un Modelo de Cuidado nace en 1852 con Florence Nightingale. Su objetivo fue conservar la energía vital del paciente y, partiendo de la acción que ejerce la naturaleza sobre los individuos, colocarlo en las mejores condiciones posibles para que actuara sobre él. Y, en lo que a atención domiciliaria se refiere, los profesionales que prestan sus servicios deben de enseñar a los enfermos y a sus familiares a ayudarse a sí mismos a mantener su independencia. Por otra parte, el objetivo del modelo de Martha Rogers es procurar y promover una interacción armónica entre el hombre y su entorno. Así las enfermeras que sigan este modelo deben fortalecer la conciencia e integridad de los seres humanos, y dirigir o redirigir los patrones de interacción existentes entre el hombre y su entorno para conseguir el máximo potencial de salud. Hay muchos más modelos de cuidado con diferentes enfoques y filosofías, lo que todos tenían en común, era encontrar la mejor manera de apoyar a la persona y cuidarla.

Seguro que hoy en día lo hubieran hecho diferente, como lo hice en la catedra Krohwinkel de Alemania o el Böhm de Austria, pues los tiempos han cambiado la visión y las necesidades de la profesión, quizá sea el momento para que cambiemos también nuestra manera de ser y miremos hacia delante, con nuevos enfoques, retos y oportunidades para nuestra profesión, que no solo es hospitalaria sanitaria, sino también social. Quizá esa también es una razón de cómo se ve la enfermera, una profesional más bien sanitaría técnica y no cuidadora holística social que sabe centrarse en las personas, que no se ha implicado mucho en el desarrollo del concepto/modelo ACP como otras profesiones. Eso me recuerda un poco la época del desarrollo de la “Ley de dependencia” (LAPAD), dónde a mi parecer, nuestra profesión lucia por su gran ausencia. Llegados a este punto, me pregunto: ¿sería necesario tener tantas carreras profesionales segregadas, o no sería más lógico tener una base común, y después una especialización? Pues, teniendo en cuenta también el cambio demográfico, y en vista de no tener suficientes profesionales para un futuro próximo, quizá no estaría mal analizarlo posteriormente, pero bueno, retomemos el tema central.

Cambio sí, pues la demanda hacia el cambio de cultura en el cuidado existe, y ejemplos de buenas prácticas hay, se trata de analizarlo y definir un marco de cuál sería el modelo o los modelos que queremos. La clave hacia un nuevo modelo de cuidados, no solo es necesario cambiarlo por la crisis actual, sino que el modelo actual ya es obsoleto, aparte de tener en cuenta los nuevos perfiles respeto al cambio demográfico (Baby boomers), tiene que cumplir algunas características básicas, que para mí serian: transformar el cambio de cultura en el cuidado hacia un modelo/concepto holístico centrado en las personas, unidades de convivencia con sus respectivos cambios arquitectónicos, que a su vez minimiza el riesgo de expansión de epidemias provocados por situaciones como la que vivimos actualmente (ver también artículos en infodependencia.info Mirando al exterior), fomentando el eje socio-sanitario, ampliar las habilidades y el conocimiento de cuidados basados en evidencia en la atención directa, ampliación del ratio de personal según perfiles de los residentes.

Toda esta transformación del cambio de cultura en el modelo requiere, sin duda, un análisis profundo implicando en el desarrollo toda la sociedad, y cuando digo “todo” me refiero a todos, expertos y no expertos, y poner encima de la mesa hasta donde están todos dispuestos a implicarse y participar activamente en este cambio. Lo que sí podemos ver y aprender de los países nórdicos, es que con un modelo de gestión sea público-privado, y con las mismas condiciones para todos, aplicando un modelo de cuidados basado en evidencia con un enfoque ACP, un ratio de personal más amplio, flexibilidad en la contratación y horario laboral, y una sólida base de formación en la atención directa, y un modelo arquitectónico basado en unidades pequeñas, y una buena coordinación socio-sanitaria con personal especializado en gerontología y geriatría les ha funcionado muy bien, también en la crisis actual.

Pienso que, desde la enfermería especializada en geriatría/gerontología podemos y debemos liderar la integralidad y el cambio del modelo de cuidados, siempre y cuando se trate del cuidado basado en evidencia, y requiere un profesional de referencia en esta materia.

Stephan Biel, enfermero, Máster en Gerontología Social, Profesor de Enfermería (titular en Alemania). Actualmente asesor y formador de innovación en gerontología social, cambio demográfico y atención centrada en las personas, por cuenta propia.

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