La residencia las Marismas, de la que por cierto eres directora, tiene una capacidad de 100 plazas con un alto nivel de dependencia (hay muchas más personas en silla de ruedas, con incontinencia y que sufren demencia ahora que hace diez años). Recuerdas con añoranza tus inicios en el centro, cuando había un grupo de residentes bastante autónomos que permitía organizar actividades como bailes o salidas que ahora casi se han dejado de hacer por falta de usuarios capaces de disfrutarlas.
Lo que no ha cambiado desde hace mucho tiempo es el organigrama.
Hay un equipo de auxiliares gerocultoras con unas encargadas de turno y una coordinadora. Un equipo de limpieza, personal de lavandería y mantenimiento que dependen de una gobernanta. La cocina con su personal. Además cuentas con médico, enfermeras, fisioterapeuta, terapeuta ocupacional, psicóloga, educadora social y personal de administración.
Sabes que algunas residencias cuentan con una figura de “director asistencial” y otra de “gerente”. Conoces casos en los que el médico tiene un gran papel en la organización y en cambio en otros la dirección y gerencia se ponen más en manos de economistas.
Hoy te ha dado por soñar, tienes un papel en blanco delante y te propones un divertimento. ¿Cuál sería el organigrama perfecto en una residencia de 100 plazas como la que hemos descrito?
Nota: Como el caso práctico de hoy es un poco más complejo de responder y puede requerir de enviar alguna imagen, propongo que, además de hacerlo en forma de comentario más abajo, quien quiera, puede enviarme una respuesta más elaborada. Dentro de unas semanas podemos publicar las recibidas a ver qué os parecen.
Autor: Josep de Martí Vallés. Jurista y Gerontólogo
Profesor del Máster en Gerontología Social de la UB
Profesor en cursos de dirección de residencias en varias universidades.