Las comunidades autogestionadas de mayores, o senior cohousing, son un entorno para el envejecimiento bien conocido en muchos países de Europa, especialmente en Suecia, Dinamarca, Holanda y Alemania; también en Norteamérica.
En un principio, nació en los años 70 y sus destinatarios eran familias jóvenes. No eran comunas, ya que siempre conservaron su independencia económica y la vivienda de uso privativo, aunque compartían labores domésticas, cuidado de niños, etc. Cuando algunos de estos usuarios envejecieron, vieron que sus necesidades eran distintas y crearon sus propios proyectos comunitarios.
En España, por el contrario, el senior cohousing se ha adelantado al familiar y son las personas mayores quienes, buscando vivir un envejecimiento activo, rico en relaciones sociales, sin abandonar su independencia, está emprendiendo estas comunidades.
Pero, ¿cuáles son las claves del éxito de un senior cohousing? Según el Manual de Senior Cohousing (2009), publicado por el arquitecto Charles Durrett:
Además, la vida en estas comunidades es verdaderamente intergeneracional, abierta al barrio y a la comunidad más próximos.
La creación de estas comunidades se articula a partir de sistemas participativos, siendo prioritario la formación y el funcionamiento del grupo que va a convivir. Como señalan acertadamente los holandeses: “Primero se construye la comunidad, y después el edificio”.
Lo importante en los Senior Cohousing, es facilitar el encuentro.
Una alternativa habitacional
El senior cohousing no son cooperativas de viviendas en urbanizaciones en las que los vecinos se limitan a compartir piscina o pista de tenis, sino que todos y cada uno de ellos tienen un rol dentro de la misma. Así, hay quien se ocupa de llevar las cuentas comunitarias o quien da clase de pintura o de idiomas o se reparten la limpieza, la planificación de actividades, cuidado de un huerto, etc.
Una opción que gana cada vez más adeptos entre las personas mayores como alternativa habitacional, ya que según el Informe UDP, de abril 2015, el cohousing además de ser conocido por dos de cada tres personas mayores (64,6%), cuatro de cada diez (41,4%), se plantearían ir a vivir a uno de ellos.
En España el senior cohousing lleva la delantera al cohousing familiar, iniciativa que surgió en Europa hace 50 años.
Uno de los proyectos pioneros en España surgió en la década de los 90 de la mano de Trabensol (Trabajadores en Solidaridad), aunque no fue hasta el año 2006, tras la firma del convenio con el ayuntamiento de Torremocha del Jarama (Madrid), cuando su proyecto social cristalizó, y empezaron a construirse las viviendas de la cooperativa, 54 alojamientos de 50 m2. La imagen ampliable de arriba corresponde a su inauguración.
Ellos prefieren hablar más de Centro Social de Convivencia para Mayores, destacando sobre todo, los servicios comunes, como la biblioteca y mediateca; el gimnasio y el baño terapéutico climatizado, el taller de pintura, la sala de usos múltiples; contando además con servicio de limpieza, cocina y lavandería, que realiza personal contratado. Los residentes de forma voluntaria cubren otros servicios como servir las mesas del comedor o atender la recepción del Centro.
Los cooperativas disfrutan de una completa y variada agenda de actividades dentro del centro, abiertas también a los vecinos del pueblo, de la misma forma que ellos participan de forma activa en la vida social y cultural del pueblo.
Los interesados en formar parte de Trabensol deben aceptar los Principios Básicos de la Cooperativa; asumir sus valores (ser solidario, y estar dispuesto a poner a disposición de los demás, de forma altruista, sus capacidades); tener entre 50 y 70 años; buena salud en el momento de su adhesión; contar con recursos económicos que hagan posible adquirir la participación en la propiedad del conjunto cooperativo y poder hacer frente a la cuota mensual.
Otra de las pioneras fue residencial Puerto de la Luz, que surgió también hace 14 años en Málaga, y cuyo objetivo es llevar una vida activa, enriquecedora en lo personal y en compañía. Sus instalaciones son 60 apartamentos de 50 m2 repartidos en dormitorio, cocina, baño, salón, trastero y una terraza de 12 m2 con vistas al exterior. Además, cuenta con instalaciones comunes, como el comedor, el gimnasio, el jardín con piscina, la cafetería, la sala de cine, la peluquería, la biblioteca, y una consulta para el médico.
Entre las actividades propias están todo tipo de talleres (castañuelas, música, ajedrez, pintura, manualidades, juegos de mesa, cine-forum), salidas concertadas, o actuaciones de coros, grupos musicales, conferencias, etc. También participan de forma activa en el Ayuntamiento de Málaga, en el diseño de distintas actividades dirigidas a los más mayores.
Ambos Proyectos están integrados en la Red de Cohounsing que hay en España, donde se ofrece información sobre los proyectos ejecutados, los que se están desarrollando, y donde se puede encontrar asistencia técnica (legislación, arquitectura, etc.), para quien esté interesado iniciar este tipo de proyectos.
También la Asociación Jubilares entre sus actividades principalmente está la de difundir e informar sobre esta alternativa dotacional-residencial.